jueves, 24 de noviembre de 2016

Cuba y EEUU, reformas e intelectuales

Cuba y EEUU, reformas e intelectuales
Tanto en lo que respecta a Cuba como a Estados Unidos, es apremiante una
vuelta a esa labor de vigilancia y denuncia racional, sin alboroto
callejero y con eficacia
Redacción CE, Madrid | 24/11/2016 4:03 pm

Durante el mayo francés, Sartre reclamaba que el intelectual volviera a
ejercer el papel desempeñado durante el siglo XIX. Reconocía que esa
función había sido abandonada por más de cincuenta años en su país y
consideraba necesario retomarla.
Con diversos énfasis y resultados disímiles —desde el intelectual
orgánico hasta el educador público—, esa labor de conciencia crítica de
la sociedad se mantuvo vigente durante la segunda mitad del siglo XX.
Sin embargo, en los últimos años ha sido relegada en buena medida, salvo
en los momentos en que ocurren hechos como sangrientas matanzas,
atentados terroristas y muestras de despotismo extremos que causan un
clamor que sucumbe a las pocas semanas.
Tanto en lo que respecta a Cuba como a Estados Unidos, es apremiante una
vuelta a esa labor de vigilancia y denuncia racional, sin alboroto
callejero, que pueda contribuir en alguna medida a la vuelta de la
tolerancia, el respecto y el sentido común.
Vivimos en una época que es, en muchos sentidos, similar a la que
antecedió al mayo francés de 1968. Y también presenciamos un abandono de
la función intelectual, similar al denunciado por Sartre. Ser
intelectual es una profesión del siglo pasado. Hasta hace poco los
jóvenes autores diferían en la elección de su vocación —querían ser
poetas, narradores o cineastas—, pero estaban unidos por un afán común:
se consideraban intelectuales. Ya no.
Vale la pena preguntarse si la respuesta al problema es un nuevo llamado
a que escritores, académicos y expertos participen más activamente en la
problemática social y política de sus respectivos países, o, por el
contrario, crear las condiciones para que esa labor intelectual no sea
necesaria.
En gran medida EEUU, a diferencia de Francia, transitó un camino en
buena parte diferente, durante el mismo período a que se ha hecho
referencia. Pese a figuras notables que han logrado compartir su tiempo
entre una tarea intelectual cercana, o inmersa en el periodismo, y la
creación literaria, la tendencia imperante y creciente ha sido hacia la
especialización.
Esta especialización de labores llevó a separar los campos del escritor
y académico de los terrenos del comentarista político.
A su vez ocurrió un fenómeno histórico. La tendencia hacia la izquierda
de la mayoría de los intelectuales llevó a un paulatino pero constante
deterioro del prestigio disfrutado por décadas.
El fin de la Unión Soviética y la decadencia del ideal comunista fueron
la culminación de un proceso iniciado años atrás. La noción de
compromiso político quedó en entredicho. Su cara oculta salió a relucir
con fuerza: un oportunismo que gritaba las injusticias capitalistas
mientras callaba los desmanes socialistas.
Esto afectó no solo a los intelectuales de izquierda, sino también a los
críticos sociales desde una posición de centro y centro-derecha. Estos
últimos, menospreciados de forma más o menos evidente por los seguidores
de Sartre —que se consideraban los paradigmas del "intelectual orgánico"
proclamado por Gramsci— no vieron llegar su turno sino también fueron
parte del grupo en desgracia. La caída de los "comprometidos" arrastró
consigo la estima de constituirse en aguafiestas social. Desempeñar la
función de conciencia crítica comenzó a verse como una labor de
"izquierdista": poco confiable, caduca y sospechosa.
Con cada año que pasa, se relega más la función de los intelectuales
—especialmente de los escritores— en la sociedad. Se repiten los
llamados a incrementar los técnicos y científicos, como si una serie de
problemas sociales y políticos ya hubieran sido resueltos o los
tecnócratas fueran a brindar las claves necesarias para su solución.
Lamentablemente, ello no ha ocurrido. Es hora que los intelectuales
vuelvan a desempeñar su papel de conciencia crítica de la sociedad.

Source: Cuba y EEUU, reformas e intelectuales - Artículos - Opinión -
Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/cuba-y-eeuu-reformas-e-intelectuales-327770

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