¿Llegó el final de la empresa socialista?
El déficit de combustible profundiza aún más la situación de caos que
viven muchas de estas entidades en Cuba
Viernes, febrero 17, 2017 | Ernesto Pérez Chang
LA HABANA, Cuba.- Las empresas estatales cubanas se enfrentan a grandes
retos e incluso a la paulatina extinción. Por un parte, y para no entrar
en contradicción con los lineamientos económicos trazados por el
gobierno, deben demostrar que son superiores en eficiencia a las formas
de gestión no estatales; por otra, están obligadas a aumentar el ritmo
de producción en medio de los sucesivos reajustes energéticos debido a
la inestabilidad en el flujo de petróleo desde Venezuela.
La realidad actual más que un desafío es la expresión de un contexto
económico tan absurdo que pudiera parecer un experimento macabro. Hay
menos combustible, menos importación de materias primas, más
obsolescencia tecnológica, menos fuerza de trabajo y empeoramiento de
las condiciones laborales, crecimiento indetenible de las cuentas por
pagar y de las deudas entre las empresas y los bancos.
Aun así, todo indica que aumentan las presiones por parte de los
organismos estatales de dirección para que no se hable demasiado en los
informes anuales de un decrecimiento o, peor aún, del colapso que ya
experimentan algunas.
La crisis es palpable en el aumento del número de industrias cerradas
durante los últimos años y que han ido integrando ese paisaje de la
devastación que nos caracteriza en casi todos los aspectos. También en
las peripecias que deben hacer los trabajadores para, a final de mes,
poder cobrar un salario no siempre respaldado por la productividad sino
por sagaces estrategias diseñadas al interior de las empresas para,
mediante trucos y engaños, retardar ese día definitivo del "apaga y
vámonos".
Tamara, jefa de servicios de una empresa productora de alimentos, nos
habla de la inestabilidad de la producción y del dilema que enfrentan
con el pago de los salarios a los trabajadores:
"Todos los meses cunde el pánico porque no somos un departamento
vinculado directamente a la producción", comenta Tamara: "Tampoco
quienes lo están escapan a ese problema. (…) Tenemos un plan de consumo
de combustible que no nos permite ser productivos y que cada día se
vuelve más riguroso. Si queremos cumplir, debemos aumentar las
afectaciones a los trabajadores. (…) Por ejemplo, solo podemos encender
el 50 por ciento de las luces en el área de producción o afectar las
áreas de refrigeración y conservación. También hay limitaciones con los
equipos y con la transportación de los productos. (…) A veces para
cumplir con el plan de ventas, hemos tenido que organizar ferias para
que el mismo trabajador compre una parte de la producción o gestionar
con otras empresas para intercambiar parte de las producciones. (…) Es
prácticamente una economía primitiva de intercambio, de trueque, una
cosa al estilo medieval".
Manuel, director de una cooperativa que abastece con sus productos a
varias empresas productivas estatales, nos habla de las dificultades que
enfrenta al verse obligado a sustituir el parque automotor debido a las
medidas de ahorro de combustible:
"Es una cadena donde todo el mundo resulta perjudicado", dice Manuel:
"Debimos renunciar a los tractores y reintroducir las yuntas de bueyes,
la tracción animal. Es el plan para todas las cooperativas, ir
sustituyendo el parque automotor. (…) Se dieron cuenta de que al no
alcanzar el combustible, había que salir a buscarlo por ahí para poder
cumplir con la producción. Hasta las propias empresas (estatales) debían
acudir al mercado negro. Lo que hicieron fue aplicar una medida radical
pero no cambiaron los planes de producción de acuerdo con la realidad,
por el contrario, los aumentaron. (…) Antes arábamos un campo en un par
de horas, ahora nos lleva todo el día. Igual podíamos transportar las
producciones inmediatamente pero ahora hasta se pierden los productos
porque ni las empresas vienen a recogerlos ni nosotros podemos
llevarlos. (…) Hay incumplimiento en los contratos, atraso en los
cronogramas de siembra y muchas más cosas, consecuencia de los recortes.
No se puede producir más si aumentan los recortes. No se puede hacer
milagros y eso es lo que nos están pidiendo, que hagamos milagros".
Para Rubén, director de una empresa, la responsabilidad en la crisis
actual recae en los propios directivos y no en los planes de recorte:
"Si no eres eficiente, te cierran y ya. Eso es cierto. Se hace. Son esa
cantidad de fábricas que están cerradas actualmente. Sencillamente les
llegó el día en que el globo reventó y ya. Así nos irá sucediendo a
todos porque no decimos la verdad cuando nos piden que produzcamos más
con menos, vaya, ni siquiera con menos, con nada, con aire, y con aire
solo se pueden inflar globos. (…) Eso son la mayoría de las empresas
(estatales), grandes globos que un día revientan. (…) No somos
eficientes pero, para sobrevivir, inventamos que lo somos y llenamos
papeles y más papeles demostrando que lo somos. El gobierno dice: 'si lo
lograron así, ahora vamos a probar con mucho menos', y no es que nadie
tenga los pantalones para decir que no se puede, es que nos conviene
cerrar la boca y continuar en el invento. (…) También está eso. No hay
grandes beneficios en producir o en ser eficientes. Más gana un
trabajador robándose una parte de la producción y vendiéndola (en el
mercado negro) o un director de producción barajando (ocultando) los
picos productivos y beneficiándose personalmente con ellos. Produzco lo
que me pide el plan. Si me paso, (el excedente) es mío; si no cumplo,
invento", declara Rubén.
Cuando aún se está lejos de los meses de mayor consumo de energía ya se
aplican nuevos planes de reajuste en la asignación de combustible a las
empresas, incluidas aquellas vinculadas directamente a la producción. Se
supone que para los meses del verano las medidas sean más drásticas, lo
cual pudiera llevar al cierre parcial de algunas industrias para no
perjudicar el sector residencial ni limitar el funcionamiento de las
instalaciones turísticas.
El déficit de combustible, unido al incremento de las exigencias a las
empresas para que cumplan los planes de producción profundizarán aún más
la situación de caos que viven muchas de las empresas estatales en Cuba.
Es momento, quizás, de hacer una pausa para revisar los actuales
lineamientos, examinar nuestro contexto de manera crítica y enfrentar el
escenario económico con soluciones realistas.
Source: ¿Llegó el final de la empresa socialista? | Cubanet -
https://www.cubanet.org/destacados/llego-el-final-de-la-empresa-estatal-socialista/
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