Donantes "voluntarios" de sangre ignoran los negocios del régimen cubano
03 de marzo de 2017 - 21:03 - Por IVÁN GARCÍA
Según informes del Gobierno cubano, el 95% de todas las unidades de
sangre humana acopiadas se fracciona en sus componentes, lo que permite
un comercio mucho más lucrativo que cuando solo se vende el plasma
Un chapucero trozo de cartón pintado con crayola anuncia la venta de una
casa descolorida en el barrio de La Víbora, a treinta minutos en
automóvil del centro de La Habana.
Amanda, su dueña, pobre a rabiar, si logra vender la casa por el
equivalente a 40 mil dólares, pretende comprar dos pequeños
apartamentos, uno para su hija y otro para su hijo.
La casa necesita con urgencia una reparación de fondo. Pero la familia
de Amanda no tiene el dinero necesario para emprender las obras. Frank,
36 años, su hijo, es custodio de una escuela secundaria y devenga un
salario de 365 pesos, alrededor de dieciséis dólares al mes, y para
ayudar en el sustento familiar es donante voluntario de sangre.
El régimen cubano no paga por esas donaciones. Frank, quien dona sangre
hasta dos veces al mes, debiera recibir unas diez libras de viandas,
medio kilogramo de pescado y tres libras de pollo.
"Siempre hay atrasos. Es un fastidio. En cada municipio existe una
bodega asignada para distribuir esos alimentos a los donantes. Pero
nunca se cumple. Y lo que es peor, el Gobierno no te lo reintegra. El
pescado, por ejemplo, nunca lo recibes. Varios donantes enviamos una
carta al Ministerio de Salud Pública quejándonos por la falta de
suministros, pero no hemos recibido respuesta", se queja Frank.
Negocio
La precariedad material en Cuba es brutal. Un número creciente de
familias en sus casas tienen muebles de medio siglo o más de antigüedad,
carecen de electrodomésticos modernos y deben estirar su ropa y calzado
hasta el infinito.
Aunque el mayor problema es la comida, que devora entre el 80 y 90 por
ciento del salario promedio, que según datos oficiales equivale a 26
dólares mensuales.
Odalys, enfermera de un banco de sangre, cuenta que "la mayoría de los
donantes voluntarios extraen su sangre para resolver un poco de comida
para sus casas. Incluso hay gente que ocasionalmente dona sangre para
recibir como merienda un bocadito de jamón y queso y un refresco enlatado".
Los CDR, una organización de corte paramilitar creada como embrión de
apoyo a los servicios especiales, lo mismo se dedican a recolectar
materias primas, efectuar guardias nocturnas que a delatar disidentes y
sospechosos de 'enriquecimiento ilícito', un acápite jurídico aberrante
aplicado por el castrismo a cualquier persona que eleve su calidad de vida.
También, los CDR hacen campaña por las donaciones de sangre. Una vecina
de la barriada de Lawton, presidenta de un Comité, afirma que "cada vez
son menos las personas que quieren donar sangre. Los CDR se han
convertido en un relajo, solo se ocupan de chivatear a los disidentes.
Hace rato que en mi cuadra no se hace guardia, tampoco actividades
recreativas".
Danaisis, médica desde hace tres años, reconoce que "incluso en los
grandes hospitales de La Habana, donde a diario se efectúan decenas de
intervenciones quirúrgicas, en sus bancos de sangre no hay plasma
suficiente. Cuando un paciente tiene que operarse, la sangre deben
donarla sus familiares. O comprarla a personas que cobran 20 cuc por
donación", unos 20 dólares al cambio.
Tanto Frank, como el resto de donantes voluntarios del municipio 10 de
Octubre, la enfermera Odalys y la doctora Danaisis desconocen que el
Estado anualmente exporta cientos de millones de dólares en derivados de
sangre humana.
Exportación
Según María Werlau, directora ejecutiva del proyecto Archivo Cuba, en un
artículo publicado el 4 de junio de 2016 en Diario de Cuba, "durante
décadas, el Estado cubano ha coordinado un negocio multimillonario,
basado en el comercio de la sangre que extrae a ciudadanos que ignoran
ese tráfico y que no reciben remuneración alguna por sus donaciones. Ya
a mediados de la década del 60, los informes indicaban que Cuba vendía
sangre a Vietnam y Canadá. En 1995, Cuba exportó sangre por valor de
30,1 millones de dólares estadounidenses, por lo que este comercio
representó su quinto producto de exportación, solo superado por el
azúcar, el níquel, los mariscos y el tabaco."
Werlau aporta cifras. "En las estadísticas oficiales del Gobierno
cubano, que publica la Oficina Nacional de Estadísticas e Información
(ONEI), no figuran estas exportaciones, pero los datos del comercio
mundial indican que en los 20 años transcurridos entre 1995 y 2014, Cuba
exportó 622,5 millones de dólares en derivados de sangre humana -lo que
arroja un promedio anual de 31 millones de dólares- en el marco de la
Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional (SITC 3002), para
componentes de sangre humana (plasma, etc) y productos médicos derivados
del plasma (PDMP, por sus siglas en inglés)".
En ese artículo, la directora de Archivo Cuba denunciaba que, "el grueso
de esas exportaciones se ha destinado a países cuyos gobiernos
autoritarios son aliados políticos de Cuba, probablemente a entidades
estatales que aplican criterios menos estrictos, tanto éticos como de
otra índole (Irán, Rusia, Vietnam, Argelia hasta 2003; luego a
Venezuela, Brasil, Argentina y Ecuador). Según informes del Gobierno
cubano, el 95% de todas las unidades de sangre humana acopiadas se
fracciona en sus componentes, lo que permite un comercio mucho más
lucrativo que cuando solo se vende el plasma, y facilita la producción
de derivados del alto valor, como el interferón, la albúmina humana, las
inmunoglobulinas, los factores de coagulación, las toxinas, las vacunas
y otros productos fármacos. Este comercio de exportación dispone de una
considerable ventaja sobre sus competidores, ya que se ahorra el costo
habitual que representa el pago a los donantes por la sangre, que es la
materia prima del negocio".
Exportar plasma, ya sea animal o humana, no es un delito. Lo repudiable
es la falta de transparencia del régimen de Raúl Castro. O que cubanos
como Frank tengan que donar sangre a cambio de un puñado de viandas y
unas pocas libras de pollo. Alimentos cuyas entregas la mayoría de las
veces el Estado incumple.
Source: Donantes voluntarios de sangre ignoran los negocios del régimen
cubano | Cuba -
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