'Que nadie toque nada, yo solo puedo tocar'
PEDRO CAMPOS | La Habana | 4 de Julio de 2017 - 13:31 CEST.
En la alta burocracia que domina el Partido-Estado-Gobierno que encabeza
el general Raúl Castro se manifiestan con mucha fuerza las ideas
contrarrevolucionarias y neoestalinistas que se oponen al desarrollo de
lo que ellos llaman las formas económicas de producción "no estatales".
Esto último es un eufemismo para llamar al cooperativismo, al trabajo
por cuenta propia y las pequeñas y medianas empresas capitalistas, que
ellos consideran contrapuesta a su "socialismo".
Esto quedó claramente de manifiesto en la última reunión del Consejo de
Ministros, donde Marino Murillo dejó entrever que no permitirían más
cooperativas no agropecuarias, y que se aumentarían las regulaciones y
las inspecciones al trabajo por cuenta propia y a la entrega de
tierras, cuyo usufructo se expandiría de 10 a 20 años, aunque con otras
limitaciones.
Otras informaciones dan cuenta por estos días del cierre de importantes
restaurantes privados, de la próxima retirada de las licencias a los
hostales particulares que habían construido piscinas y a las fregadoras
de carros y del cierre de múltiples locales en La Habana y el interior
dedicados al mercado privado de productos no agropecuarios. En fin, una
ofensiva contrarrevolucionaria, en el mismo sentido de la de 1968.
Tratan de justificar esta retranca a las modestas reformas económicas
apelando al igualitarismo que caracteriza al "comunismo vulgar", a los
supuestos o reales desvíos de recursos del Estado, a la evasión de
impuestos y otros por el estilo.
No son capaces de decir la verdad. El cinismo de siempre se hace
presente una vez más. La realidad es que, a pesar de las mil y una
trabas, de los altos impuestos, las inspecciones y multas, los cientos
de regulaciones y prohibiciones del Estado para favorecer sus
monopolios, la economía no estatal de privados y trabajadores asociados,
le está haciendo fuerte competencia al Estado. Oferta mayor calidad y
personalización en los servicios, y resuelve un millón de problemas y
necesidades de la población que el Estado es incapaz de solventar, por
su concentración, bajos salarios, altos precios y falta de contacto con
los intereses de la población.
Igualmente, la política de la Administración Obama de apoyar a los
emprendedores que el presidente Trump ha retomado, pareció suficiente a
quienes siempre se opusieron al trabajo libre, privado o asociado, para
arremeter en su contra porque "responden a los intereses del
imperialismo norteamericano".
Recuerdo que en una de las ocasiones en que me citaron a una estación de
policía para presionarme y amenazarme con prisión y represalias a fin de
que abandonara mis actividades políticas y dejara de escribir para la
prensa alternativa, uno de los segurosos me dijo más menos: "el Gobierno
de Obama apoya el cooperativismo igual que tú", tratando así de ponerme
como "jugador del campo enemigo".
Entonces esta fue mi respuesta: el cooperativismo y el trabajo libre
individual, así como las empresas capitalistas grandes, medianas o
pequeñas, tienen cabida en el socialismo, todas son necesarias, como
explicaron Marx y los comunistas democráticos de Ginebra, en la Crítica
al Programa de Gotha. Yo no tengo la culpa de que ustedes y sus
dirigentes no hayan estudiado a Marx y, si lo leyeron, no lo hayan
comprendido. No lo saben pero actúan como si fueran enemigos del marxismo.
Ahora, pudiera repetir aquellas palabras directamente a Murillo y al
Consejo de Estado que están aprobando las restricciones al trabajo libre
y al naciente capitalismo necesario. Pero sé que "les entrará por un
oído y les saldrá por el otro". Simple: los partidarios del capitalismo
monopolista de Estado vendido por socialismo, en verdad no pueden
aceptar otra forma de producción que no sea el estatalismo asalariado,
porque saben perfectamente que esas otras formas son más eficientes,
democráticas, populares y productivas. Tienen que pararlas, pues se van
a quedar sin asalariados.
Ellos necesitan que la propiedad y la riqueza se concentren en el
Estado todo poseedor y todo decisor, para ellos administrarla según sus
intereses y conveniencias populistas y oportunistas, y no que esté
repartida entre distintos estamentos de la sociedad.
El sheriff, un personaje cómico del programa humorístico televisivo
Pateando la lata, cuando llegaba a la escena del crimen expresaba con el
doble sentido que caracteriza a los cubanos: "Que nadie toque nada, yo
solo puedo tocar". Los mandantes en Cuba son los personajes reales que
inspiraron al sheriff, precisamente por sus tradicionales ambiciones de
control de todo en Cuba, especialmente de las riquezas. Acaso fue esa
una de las razones de la desaparición de aquel programa.
Además de todo lo que se apropiaron los Castro y sus estrechos
colaboradores en los primeros años en nombre de la revolución, la clase
obrera y el socialismo; además de los grandes, medianos y pequeños
capitales nacionales y extranjeros; de los pequeños negocios
individuales y familiares; de las propiedades de las cooperativas; de
las organizaciones mutuales; de las asociaciones de trabajadores y
profesionales; de las propiedades de los sindicatos y de todo lo que
fuera patrimonio del pueblo cubano; en casi 60 años de capitalismo de
Estado, mal pagando a sus asalariados, el Estado debe haberse apropiado
de cientos de miles de millones de dólares dejados de pagar a los
trabajadores.
Difícil: pero ya sacaremos la cuenta. Estoy seguro que suma más que todo
de lo que se apropiaron en la primera década de "revolución" y que todo
lo que dicen que ha costado el bloqueo-embargo a ese Gobierno. No sé
cómo van a pagar la demanda de los trabajadores cubanos cuando estos
decidan unirse y presentarla.
Esa concentración de la propiedad y las riquezas, no la había logrado
ningún capitalismo nunca. Ese es el verdadero sentido de tanta
preocupación con la "concentración de la riqueza" del naciente sector no
estatal de la economía cubana.
Pero es precisamente esa concentración del poder la que será la causa
principal de la autodestrucción del estatal-socialismo. La solución de
los problemas de Cuba pasa irremediablemente por la desestatalización de
la economía y específicamente por la expropiación del monopolio
económico del Estado capitalista.
Source: 'Que nadie toque nada, yo solo puedo tocar' | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1499167916_32311.html
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