domingo, 25 de octubre de 2015

Cocheros cubanos comprueban las preocupaciones y ventajas del negocio privado

Cocheros cubanos comprueban las preocupaciones y ventajas del negocio
privado

Las cooperativas dan a los trabajadores cubanos entrenamiento en la
empresa privada
Cooperativa privada de 124 cocheros ofrece recorridos por La Habana Vieja
El gobierno estudia permitir la creación de cientos de cooperativas privadas
MIMI WHITEFIELD
mwhitefield@miamiherald.com

LA HABANA
Los que visitan Cuba y desean dar un viaje en el tiempo se suben a un
coche de caballos para recorrer las calles adoquinadas de La Habana
Vieja mientras el cochero les ofrece información histórica de la zona.

Pero los caballos, los coches y los cocheros son parte de un fenómeno
moderno en la isla, consecuencia de las reformas económicas que, al
menos ese es el plan, deben impulsar la decrépita economía cubana.

Desde principios del año pasado, el sector de coches a caballo, que se
centra en los alrededores del Capitolio habanero, es una cooperativa
administrada por los trabajadores, llamada El Carruaje, que tiene 124
cocheros.

Como parte de un esfuerzo por sacar a cientos de miles de personas de la
nómina del gobierno, que comenzó en 2010, las autoridades han entregado
a los trabajadores la administración de entidades estatales de servicios
–como salones de belleza, barberías, colectivos de taxistas,
restaurantes, y ahora los cocheros.

"Es algo nuevo. Antes éramos trabajadores estatales", dijo Leo Pérez
Pérez, quien dirige la cooperativa de cocheros. "Los coches
transportaban a la aristocracia en la época colonial, y Eusebio Leal, el
historiador de La Habana, revivió esta actividad como un gesto histórico".

Entre 2013 y 2014, casi 500 nuevas cooperativas no agrícolas fueron
autorizadas por el gobierno cubano, y a comienzos de este año se
estudiaba autorizar otras 300, según Ted Henken, profesor del Baruch
College, quien ha estudiado el empleo y la empresa privada en Cuba.
Aproximadamente 77 por ciento de las cooperativas privadas son antiguas
empresas estatales y el 23 por ciento restante son nuevas.

Henken dijo que el coqueteo de Cuba con la economía de mercado no
significa que abandonará el modelo socialista. Durante una visita
reciente a la isla, había esperado ver más cambios. En su lugar, el
profesor dijo que encontró "islas de innovación y emprendimiento", pero
que al final son solo eso, islas.

En estos momentos hay más de medio millón de cubanos trabajando por
cuenta propia, pero muchos de esos empleos no son de tipo tecnológico o
de innovación, dijo Henken.

Y no todas las cooperativas administradas por los trabajadores han
salido adelante; muchos cooperativistas todavía se están acostumbrando a
los gastos adicionales, la responsabilidad y el trabajo duro que implica
dirigir un negocio propio. Pero varios entrevistados por The Miami
Herald dijeron que el atractivo es que con sus propios esfuerzos pueden
ganar más que antes.

Los que visitan Cuba y desean dar un viaje en el tiempo se suben a un
coche de caballos para recorrer las calles adoquinadas de La Habana
Vieja mientras el cochero les ofrece información histórica de la zona.
Pérez afirmó que los cooperativistas están aprendiendo en el camino,
pero que el cambio era necesario. "La economía nacional no puede
continuar como hasta ahora", dijo, en el centro de coches cerca del
Parque Central de La Habana.

Diez por ciento del dinero recaudado por la cooperativa se paga en
impuestos, y también contribuye 1 por ciento en pesos cubanos, la moneda
que usa la mayoría de los cubanos, y 5 por ciento en pesos convertibles,
a la preservación del distrito histórico de La Habana Vieja, que es
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Los cocheros, dijo Pérez, deben contribuir un mínimo de 3.5 pesos
cubanos convertibles, llamados CUC –equivalentes a unos $4 al tipo de
cambio con el dólar– todos los días, excepto los domingos. Eso no es
difícil, explicó Pérez, cuando hay suficientes turistas. Pero en los
días lluviosos o de frío no recaudan tanto.

Pérez agregó que está satisfecho con las nuevas relaciones con Estados
Unidos porque espera más turistas. "Otros quieren ver a Cuba como está
hoy, porque mañana quizás sea diferente", acotó.

Cuba no tiene las condiciones para recibir a una gran cantidad de
turistas, dijo, pero a los cocheros les gustaría ver un flujo más
estable de clientes durante todo el año. Además, añadió, hay mucha
competencia de los conductores de automóviles clásicos estadounidenses y
los bicitaxis.

Los cocheros cobran entre 20 y 25 CUC la hora para pasear a un máximo de
cuatro clientes durante hora, y además les cuentan sobre los viejos
edificios por los que pasan y la historia del país.

Pero en los días nublados y de pocos pasajeros, los cocheros están
dispuestos a ofrecer descuentos. "Te llevo a la Plaza de la Artesanía
por cinco pesos", ofreció Rafael Díaz Peña mientras comenzaba a caer una
llovizna. Era un viaje corto desde la Plaza de la Catedral, pero eso
significaba que el caballo, llamado Peter Pan, tenía que navegar el
tráfico a lo largo del Malecón, la avenida que corre paralela al mar.

LOS CABALLOS PASAN LA NOCHE EN CASA DE LOS COCHEROS, QUIENES POR LO
GENERAL VIVEN EN LAS AFUERAS DE LA CAPITAL, COMO REGLA, MARIANAO,
GUANABACOA, SAN MIGUEL DEL PADRÓN Y EL COTORRO

Peter Pan se puso nervioso cuando se acercaba un camión, pero Díaz logró
dejar sanos y salvos a sus pasajeros. "A lo mejor esto es todo lo que
gano hoy", dijo. En un buen día puede recaudar entre 25 y 30 dólares. La
zona cerca de la Plaza de la Catedral es de las mejores, dijo, porque es
donde los taxis dejan a los turistas.

Los caballos pasan la noche en casa de los cocheros, quienes por lo
general viven en municipios en las afueras de la capital, como Regla,
Marianao, Guanabacoa, San Miguel del Padrón y El Cotorro, donde es más
fácil tener a los animales.

Díaz, quien vive en Regla, entrega su coche en una terminal y entonces
se va con su caballo en un carruaje pequeño de dos ruedas en un viaje
que dura 40 minutos. El trayecto demora más de lo normal porque no se
permiten carruajes de caballos en el túnel que pasa por debajo de la
entrada a la Bahía de la Habana, que lo haría más corto.

"La cooperativa nos da alimentos para los caballos", dijo. "Y por la
noche también pastan. Les damos los alimentos que necesitan, los bañamos
y les damos todo lo que necesitan para que estén tranquilos y fuertes",
dijo.

20 a 25 CUC por hora cobran los cocheros. Un CUC equivale a $0.87
Díaz tiene cuatro caballos y los rota, un día de trabajo y uno de
descanso, para que siempre estén frescos.

Pero los caballos, en su mayoría criollos, tienen más tiempo libre que
el cochero. "Yo trabajo todos los días y descanso sólo uno –sábado o
domingo– para pasar algún tiempo con mi familia", dijo.

Díaz, quien lleva nueve años de cochero, creció rodeado a caballos.
"Este tipo de trabajo ha pasado de una generación a otra en mi familia,
mi abuelo, mi padre y ahora yo".

Pero no todos los cocheros se llevan los caballos a casa. Richard
Antonio González, quien vive en el corazón de Centro Habana, recoge un
caballo todos los días junto con el coche.

"Me gusta trabajar en el turismo", dijo González, quien llevaba una
gorra con un bordado que decía "Los Angeles", regalo de un cliente.
"Hacemos amigos, aprendemos cosas nuevas y esto ayuda a mi familia. Me
gusta acercarme al mundo exterior a través de mi trabajo".

Y siempre está listo para trabajar. González recuerda un día de
diciembre, cuando caía una lluvia fría y un coche lleno de turistas
insistió en seguir el paseo. "Querían ver la ciudad y yo quería
mostrárselas", dijo.

Pero en la mayoría de los días lluviosos no gana nada. "Es cuestión de
la oferta y la demanda", dijo.

González explicó que espera un aumento en el negocio cuando las nuevas
relaciones entre Cuba y Estados Unidos se desarrollen. "Lo que queremos
es una verdadera relación", dijo. "No tenemos ningún interés en ser
enemigos".

Pero el trabajo de los cocheros no es la única forma de transporte que
ha cambiado en Cuba. El gobierno también tenía el monopolio de los
taxis. Ahora, algunos choferes manejan sus propios vehículos, otros se
los alquilan al gobierno y otros siguen siendo choferes estatales.

Julio Pérez , antiguo chofer estatal que ahora alquila un vehículo al
gobierno, dice que tiene que pagar de su bolsillo todo lo relacionado
con el vehículo, desde el mantenimiento hasta la gasolina.

El taxista Omar Valdés reconoce que la agrada el sentido de propiedad
que ahora tiene. Ha tapizado el vehículo que maneja con una tela de
flores y mantiene el automóvil meticulosamente limpio. "Lo que se había
perdido en Cuba era el sentido de propiedad. A la gente no le interesaba
cuidar nada y la actitud era que el gobierno se encarga de arreglarlo",
afirmó.

Una vez que tuvo que viajar a la playa de Varadero para llevar a un
cliente regular canadiense este verano, se levantó más temprano para
verifica que el vehículo estuviera a punto. "Si me pasa algo en la
carretera, es mi problema, no de mi cliente", dijo.

Antes, si el taxi que conducía necesitaba una reparación, lo dejaba en
un taller estatal. Pero no había sentido de urgencia. "Le daban
mantenimiento cuando no les quedaba más remedio", contó. Pero ahora, a
pesar de que tiene que pagar el mantenimiento, la gasolina y los
impuestos de su bolsillo, Valdés dice que le va mucho mejor que con el
viejo sistema. Y con el aumento del turismo, dijo que no tiene capacidad
para más trabajo.

Source: Cocheros cubanos comprueban las preocupaciones y ventajas del
negocio privado | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article41337645.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario