lunes, 9 de febrero de 2015

Observaciones sobre la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU

Observaciones sobre la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU
¿Cuánto se beneficiarán los cubanos y cuánto el gobierno en la primera
fase de la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU?
Jorge A. Sanguinetty, Miami | 09/02/2015 8:44 am

La normalización de las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de
Cuba y Estados Unidos incluye medidas que pudieran relajar en algo las
restricciones económicas establecidas por el embargo de EEUU al gobierno
de la Isla. Tales medidas podrían tener un impacto positivo en la
economía cubana, pero distan mucho de representar una normalización de
las relaciones económicas entre ambos países. Por otro lado para poder
evaluar las implicaciones y resultados de este proceso hay que
distinguir entre dos economías cubanas, la del gobierno y la de los
cubanos. Esta dualidad plantea enseguida la interrogante de cómo y
cuánto cada una de las dos se va a beneficiar del proceso de
normalización y de alguna relajación de las restricciones económicas
actuales.
La economía del gobierno cubano es preponderante sobre la de los
ciudadanos cubanos en materia de control de la actividad económica
nacional y de la acumulación y uso de la riqueza del país. Dicha
economía está basada en la posesión de las grandes empresas productivas,
los sistemas de distribución, el sector financiero, el monopolio del
comercio exterior, las actividades de salud y educativas y el control de
los mercados de trabajo. La economía de los cubanos, sin embargo, está
estrictamente restringida y controlada por la del gobierno y consiste
principalmente de la masa de trabajadores (y consumidores) que devengan
la mayor parte de sus ingresos en el sector estatal, y en menor
proporción en los sectores de pequeños agricultores privados, la
incipiente pequeña empresa comercial, de servicios y artesanal y los
cuentapropistas. Como consumidores los cubanos también están
restringidos por las decisiones del gobierno.
Antes de que el gobierno cubano permitiera algunas actividades
económicas privadas, se podía afirmar que la economía cubana estaba no
solo restringida por el embargo de EEUU si no también por lo que yo he
venido llamando por muchos años un embargo interno, o sea, el verdadero
bloqueo que el gobierno de la Isla ha impuesto y mantenido sobre la
economía de los cubanos. Hasta entonces los cubanos no podían poseer
empresas de ningún tipo, comerciar libremente tanto en mercados
domésticos como internacionales, ni ofrecer sus servicios profesionales
o de trabajo.
Sin duda, las reformas de Raúl Castro han representado un modesto
levantamiento de ese embargo interno que todavía predomina en forma de
grandes empresas e inversiones, las finanzas, el comercio exterior y los
mercados de trabajo. De hecho ese embargo interno pervive en la nueva
ley de inversiones extranjeras mediante la exclusión expresa de los
cubanos residentes en la Isla como inversionistas, a la vez
impidiéndoles que puedan ser libremente contratados por los
inversionistas foráneos.
No hay duda que las nuevas medidas (facilidades para viajeros de EEUU a
la Isla, uso de tarjetas de crédito, aumentos en los niveles permitidos
de remesas, etc.) incrementarán los ingresos externos de Cuba. Pero esto
plantea varias interrogantes.
Una de ellas es cuánto se beneficiarán los cubanos y cuánto el gobierno
en la primera fase de la normalización. Si el gobierno cubano continúa
manteniendo su control férreo sobre la economía de los cubanos, no es de
esperar que los mismos se beneficien equitativamente.
Otra interrogante es cómo se distribuirán los beneficios entre los
cubanos independientemente de cuál sea el volumen total del aumento de
los ingresos. Se sabe que la mayoría de los cubanos no recibe remesas de
dinero del exterior, ni que tampoco tiene un acceso equitativo a
oportunidades de trabajo en sectores lucrativos como el turismo.
Una tercera interrogante atañe al impacto que el mejoramiento de los
ingresos externos del gobierno tendrá sobre las reformas propuestas por
Raúl Castro.
Es posible tener dudas sobre si la hasta ahora modesta expansión del
sector privado empresarial se detendrá o incluso retrocederá, como
sucedió a finales de los años noventa cuando la ayuda venezolana alivió
la precaria situación económica de Cuba. Semejante situación daría al
traste con las expectativas optimistas de algunos de que un mejoramiento
de la economía cubana ha de propiciar una apertura en materia de
libertades civiles y respeto por los derechos humanos en Cuba, incluso
el retorno a un sistema democrático de gobierno.
En síntesis, el embargo de EEUU es un instrumento poderoso de
negociación para abogar por el levantamiento del embargo o bloqueo
interno impuesto por los Castro sobre la economía de los cubanos y a la
vez lograr avances en el frente de los derechos civiles. No tiene
sentido levantar el embargo de EUU sin un levantamiento pari passu del
embargo interno.
Por todas estas razones es imprescindible monitorizar y evaluar el
proceso de normalización tanto en sus aspectos económicos como políticos.
El gobierno de EEUU debiera interesarse en comprobar si los objetivos y
las hipótesis de trabajo utilizadas en el diseño de la normalización se
verifican o no en la práctica, especialmente el supuesto de que una
relajación en lo económico traerá avances automáticos en el campo de las
libertades civiles.
También los cubanos que luchan por el establecimiento de un gobierno
democrático querrán saber si los objetivos concretos de la normalización
se cumplirán.
Aunque las negociaciones que precedieron al anuncio de la normalización
hayan dejado mucho que desear en cuanto a la falta de concesiones por
parte del gobierno cubano y la falta de participación de disidentes y
opositores cubanos, hay que reconocer que los términos del juego han
cambiado. Ahora el desafío consiste en aprovechar las nuevas
oportunidades inteligentemente en favor de la democracia en Cuba.

Source: Observaciones sobre la normalización de relaciones entre Cuba y
EEUU - Artículos - Opinión - Cuba Encuentro -
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/observaciones-sobre-la-normalizacion-de-relaciones-entre-cuba-y-eeuu-321854

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