miércoles, 18 de febrero de 2015

Tres errores de Gorbachov que los cubanos no debemos olvidar

Tres errores de Gorbachov que los cubanos no debemos olvidar
PEDRO CAMPOS | La Habana | 18 Feb 2015 - 8:53 am.

En escritos anteriores se han valorado los errores que impidieron al
exlíder de la URSS Mijaíl Gorbachov poder realizar las transformaciones
que se proponía la perestroika y que, a la postre, condujeron al ascenso
político de Boris Yeltsin y su grupo, apoyados por liberales,
demócratas, ruso-nacionalistas y partidarios de la restauración del
capitalismo privado en la antigua URSS, ante la asonada
conservadora-militar y como alternativa al regreso pleno del estalinismo.

Entre esos desaciertos, hay tres muy importantes al abordar la
autogestión económica y el trato a la oposición y a los conservadores en
el gobierno-partido.

Apenas los mencioné en mi articulo sobre los dos partidos comunistas en
Cuba, pero los cubanos debemos tenerlos muy en cuenta.

Ahora, sintéticamente, trataré de explicarlos: 1- Gorbachov no
desarrolló ampliamente las formas autogestionarias de producción y
mantuvo muchos frenos estatales a las mismas; 2- no buscó la alianza con
las clases medias y las fuerzas democráticas; y 3- no enfrentó ni
derrotó a las fuerzas conservadoras del neoestalinismo en el PCUS que, a
la postre, le dieron el golpe de Estado.

Veamos:

1-Gorbachov logró pasar una ley sobre la autogestión en las empresas
estatales que no tuvo tiempo para desplegarse ampliamente, mientras el
Estado siguió burocráticamente imponiendo la "planificación" y el
control sobre los resultados de la producción. Por eso los trabajadores
nunca llegaron a sentirse dueños ni pudieron consolidar el control sobre
las empresas y la producción.

Realmente no le dieron tiempo. Esto, unido al tradicional control
estatal que había agotado el "entusiasmo revolucionario" y había
convertido aquella sociedad en un hastío del cual solo se podía escapar
con el alcohol, impidió que los trabajadores tomaran el control de la
economía e identificaran la socialización en ciernes como el verdadero
camino a la nueva sociedad.

Mayor fuerza asumió la economía privada, nacional y extranjera, que
explotaba asalariados.

En el fondo seguía predominando en el PCUS la vieja concepción
neoestalinista de que el capitalismo debía ser "eliminado" por
imposición y no por obsolescencia, por demanda natural del desarrollo de
las fuerzas productivas y el progresivo avance de las relaciones de
producción asociadas de todo tipo.

Sin una participación directa y efectiva de los trabajadores en la
dirección, la gestión y en las ganancias de las empresas, no hay control
real de los trabajadores, no hay propiedad autogestionaria, no hay
socialismo posible ni existen posibilidades concretas de un amplio
respaldo de los trabajadores a las tareas de socialización de la
economía, por la distancia entre ellos, la propiedad sobre los medios de
producción y la apropiación de sus resultados.

Si en el área de la libertad de expresión, con la glasnost (política de
transparencia informativa), la perestroika (renovación) logró conquistar
los corazones de los "soviéticos", las mayorías habían perdido ya la
confianza en el "socialismo". Y la dirección del mismo hacia la
socialización quedó tronchada por el golpe de Estado que concitó
—lógicamente— la reacción natural contra los defensores de un régimen
identificado como "socialista".

2- Aunque Gorbachov y sus seguidores sacaron de las cárceles y el
ostracismo a muchos luchadores por la democratización, no fueron capaces
de establecer una alianza política con ellos, las clases medias y los
liberales, que ganara a esas fuerzas para la perestroika y sirviera de
contrapeso decisivo a los elementos retranca.

Latía el viejo error sectario de los comunistas sobre el rechazo a las
alianzas con las fuerzas democráticas y liberales, consideradas "burguesas".

Cuando el golpe de Estado, las fuerzas que Gorbachov debió ganarse, no
tuvieron otra opción que aliarse a la única posibilidad antiestalinista
con capacidad para gobernar, representada por Yeltsin, quien había sido
Secretario del PCUS en Moscú y ex compañero de Gorbachov.

3- Gorbachov no quiso o no pudo sacar de la dirección del Partido y el
Gobierno y especialmente de las Fuerzas Armadas a los tradicionales
conservadores neoestalinistas. Había la creencia del respeto absoluto al
dirigente principal del Partido que había contado con el apoyo de la
mayoría en el Buró Político. Ya casi nadie se acordaba de la destitución
de Nikita Jruschov a manos de esas fuerzas oscuras.

La permanencia de esas elites conservadoras puso todos los obstáculos
que pudo a la perestroika y a la postre terminó promoviendo y asestando
un golpe de Estado que abrió el camino a Yeltsin y a la coalición que lo
apoyó, la cual en nombre de la lucha "contra el socialismo", desmontó
también los planes renovadores de la Perestroika y aceleró los procesos
de privatización.

Salvando las distancias y diferencias entre la ex URSS y Cuba, entre
Gorbachov y Raúl Castro y entre la perestroika y la Actualización, que
no son pocas, encontramos que en Cuba se manifiestan también esas
"regularidades", para utilizar un término muy manejado por los
académicos cubanos de la Ciencias Sociales.

De no haber una rectificación en el tratamiento a las mismas, un
eventual vacío de poder en Cuba podría llevarnos a algo parecido a lo
que entonces aconteció en la antigua URSS, de modo que la Actualización
podría concluir en un proceso acelerado de privatizaciones, en medio de
un caos económico, social y político, aquí, a 90 millas de EEUU.

Por una cuestión de espacio y para no cansar a los lectores con el tema,
en artículo que publicaré posteriormente, trataré la forma en que se
manifiestan esas "regularidades" en la realidad cubana del momento y la
manera en que podrían aprovecharse positivamente otras experiencias.

Source: Tres errores de Gorbachov que los cubanos no debemos olvidar |
Diario de Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1424245996_12946.html

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