2007-01-08
Heriberto Portales Rodríguez, Presidente del Partido del Pueblo Cubano
Ortodoxo
A partir de la delegación de poderes realizadas el 31 de Julio del año
pasado por el gobernante Fidel Castro, muchas voces tanto dentro de Cuba
como en el exterior, se han pronunciado con respecto a este evento,
emitiendo sus criterios en unos casos y en otros haciendo vaticinios
sobre la incidencia del mismo en la aceleración de la eventualidad de un
posible Cambio, tanto en el terreno político como económico.
En este sentido, el tema más tocado ha sido y sigue siendo el proceso de
privatización de la economía cubana. Sobre esto se han pronunciado
principalmente los tecnócratas, neoliberales e ingenieros de las polícas
privatizadoras. Entre ellos, también se encuentran personas que poseen
la biografía de haber utilizado el servicio público como vía de
enriquesimiento, lo que hace pensar que desde el punto de vista de la
moral pública, no son muy confiables. Esto es tan así, que nos lleva
hasta el punto de afirmar que son los menos recomendables para
representar o iniciar, una apertura económica en Cuba.
Dado estos antecedentes, suponer que su defensa de la privatización en
Cuba se debe a que tienen una visión modernizadora y que lo hacen
pensando en en el bien del pueblo cubano, es algo que solo es creíble
para ingenuos (que aunque no se crea aún abundan).
Entre estos personajes, hay varios que sueñan verse como socios o
beneficiarios de las posibles empresas privatizadas, y hasta deben estar
haciendo sus cálculos de lo que sería más conveniente (para ellos
obviamente); asociarse a algún nacional o a una corporación extranjera.
Ya que ha estos mercanchifles de la política, les interesa un bledo el
hecho de que una privatización apresurada, los activos nacionales puedan
pasar a otras manos o ser en último caso, objetos de actividades
especulátivas, ya que este proceso (la privatización), lo conciben más
como medio para acrecentar fortunas o establecerlas, que como medio para
la remodelación y modernización de la actual depauperada sociedad cubana.
La inmediata privatización de la economía puede no ser cuestión de vida
o muerte para la sociedad, pero sí lo es (al parecer), para quienes
desean la rápida inyección de capitales a través de la privatización,
por que es posible que se estén contemplado como posibles candidatos
para dominar la vida económica (o quizás también la política) del país.
Es por ello, es que la actual sociedad civil cubana tiene que estar muy
alerta durante el proceso de transición que se avisora. El Gobierno de
Transición no debe ser el mecanísmo institucional que establezca el
Coma, y cuándo debe comenzarse a realizar el proceso de privatización.
Esto debe caer en el ámbito de las obligaciones constitucionales del
Gobierno legítimamente elegido, quién tendra las atribuciones
suficientes para determinar qué mecanísmo de transición económica se
debe utilizar.
Sopesará si la aplicación de una "Terapia de Choque" podría tener que
ver más con el desarrollo y establecimiebnto de futuras fortunas
personales, que con el desarrollo del país -teniendose en cuenta, que
siempre el número de propietarios será menor que el de empleados- por lo
que una ejecución acelerada del proceso de privatización en el plano
personal traería por consecuencia inmediata, que los primeros se
beneficiarían rápidamente por la aplicación de esta medida, mientras que
los segundos, mantendrían un status similar al que viven actualmente
(hasta quien sabe cuanto tiempo).
Lo importante es desarrollar los interes nacionales y no los intereses
partículares de determinado grupo de personas.
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