martes, 24 de noviembre de 2009

La economía en su laberinto

Economía
La economía en su laberinto

¿Cómo pasar de un sistema ineficiente e intervencionista a otro basado
en el respeto a los derechos de propiedad y el mercado?

Elías Amor Bravo, Valencia | 23/11/2009

En las últimas semanas, la situación económica en Cuba se deteriora por
momentos.

La alarma entre las empresas extranjeras que no pueden recuperar sus
inversiones y se encuentran con sus fondos congelados en el Banco
Central, se ha extendido con rapidez; lo mismo que las informaciones que
apuntan al creciente malestar de la población por la desaparición de
algunos productos básicos de la libreta de racionamiento y su
imposibilidad de compra en los mercados agropecuarios existentes.

Al final, el problema siempre vuelve a su origen. Un sistema económico
comunista, de base estalinista, simplemente no funciona. Durante 50
años, la usurpación del derecho legítimo de toda persona a la propiedad
privada, y la eliminación de cualquier institución basada en la economía
de mercado han dejado a la economía cubana al borde de su extinción, sin
capacidad para crecer ni para afrontar los retos de un entorno
internacional cada vez más complejo e incierto.

Es fácil culpar al "embargo" o "bloqueo" de todos los problemas. Incluso
al paso de los ciclones, como si Cuba fuera el único país del mundo
afectado por estos meteoros. La propaganda y el discurso vacío de
contenido pueden durar un cierto tiempo, pero al final, en Economía, los
hechos terminan por imponerse y los datos contribuyen a reflejar y
explicar lo que realmente sucede.

Esta es la cuestión que se debe plantear el gobierno de Raúl Castro en
materia de asuntos económicos. ¿Cómo transitar, y a la velocidad más
rápida, de un sistema ineficiente, intervencionista y confiscatorio de
derechos económicos, a otro basado en el respeto a los derechos de
propiedad y el mercado?

Varias son las dificultades que se plantean para la ejecución de esta
estrategia. Sin olvidar la importancia que tiene despejar el marco
represivo que a nivel político existe en el país —con derechos humanos
confiscados a quiénes se atreven a disentir de la opinión única, del
partido único o del sindicato único, y la necesidad urgente de vaciar
las cárceles de presos políticos que luchan en el más rotundo
aislamiento, por la libertad del pueblo— los deberes en materia
económica no son fáciles.

Baja capacidad adquisitiva

La primera restricción se encuentra en la muy baja capacidad adquisitiva
de la población. Con un salario medio de 25 dólares al mes, sin poder
aplicar una estructura de retribuciones en las empresas en función de
los resultados porque el mercado no existe, y con los niveles de
productividad más bajos de las economías de América Latina, cualquier
opción por el mercado libre plantea muchas incertidumbres.

Una solución a corto plazo podría ser eliminar la doble moneda en
circulación, y facilitar el acceso de toda la población a todo tipo de
bienes, pero esa decisión podría terminar estrangulando a la débil
capacidad productiva de la economía, si no se liberaliza la producción y
la distribución comercial. Otra solución podría ser entregar a la
población bonos que aumentaran su capacidad de gasto a corto plazo para
acceder a los mercados libres, cuyo desarrollo no se puede ver frenado
por esa escasa capacidad de gasto. Pero tampoco parece que esta solución
intervencionista vaya a dar resultados eficientes.

Gasto público

La segunda restricción se sitúa en la pesada y asfixiante carga del
gasto público. No puede mantenerse una proporción superior al 50% del
gasto del gobierno en el PIB de la economía. La producción de bienes y
servicios se debe privatizar de forma rápida, trasvasando los derechos
de propiedad a la población de forma ordenada, facilitando la entrada de
capital extranjero en todos los sectores de la economía, generalizando
la venta de empresas estatales por medio de subastas transparentes y
públicas, y promoviendo la transferencia de tecnología para modernizar
la obsoleta estructura productiva.

En estrecha relación con este objetivo, se tiene que reducir el tamaño
de la administración, procurando descentralizar los servicios básicos a
los ayuntamientos y las entidades más cercanas al ciudadano. Suprimir
las organizaciones de masas dirigidas por el partido único, y reducir el
tamaño del ejército son otras prioridades para liberar recursos hacia
actividades productivas.

Derechos económicos y laborales

La tercera restricción se encuentra en el ejercicio de los derechos
económicos y laborales. Una vez que se autorice el libre ejercicio por
cuenta propia de actividades empresariales, de todo tipo de empresas,
hay que permitir la sindicación libre de los trabajadores, y establecer
un marco de retribuciones que deje al estado fuera de su actual papel de
empresa de trabajo temporal sobre todo hacia el capital extranjero.
Modernizar el sistema de relaciones laborales, apostar por el diálogo
social y el consenso, se convierte en una tarea fundamental a acometer
cuanto antes.

Recursos para la economía

La cuarta restricción se encuentra en la necesidad de disponer de
recursos para consolidar la posición internacional de la economía. Si
Cuba es incapaz de generar los bienes y servicios que permiten a su
población comer, vestirse, calzarse, deberá obtenerlos en otros países.
Y para ello, deberá contar con los fondos necesarios para asumir los
pagos. En caso contrario, la deuda crecerá de forma explosiva. Hay
quienes piensan en algún tipo de Plan Marshall para atender este grave
problema de la economía cubana hasta que se liberalicen sus fuerzas y
potenciales productivos, que los tiene, pero que el sistema económico
impide aflorar.

No creo que la tarea sea fácil. Tampoco considero que pueda ser
realizada por Raúl Castro. Carece de credibilidad para afrontar los
cambios, y mientras su hermano siga vivo, no podrá enfrentarse a sus
enseñanzas y doctrinas, por mucho que en amplios sectores de la
dirigencia política, ya nadie se cree lo de la "revolución" y demás. Los
cambios que necesita la economía cubana deben empezar cuanto antes. La
pérdida de tiempo juega en contra de los intereses de 11 millones de
ciudadanos que merecen algo mejor que lo que tienen. Basta ya de culpar
a los otros de los errores y fracasos cometidos.

© cubaencuentro.com

La economía en su laberinto - Artículos - Cuba - cubaencuentro.com (23
November 2009)
http://www.cubaencuentro.com/es/cuba/articulos/la-economia-en-su-laberinto-224795

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