jueves, 15 de noviembre de 2012

Más sombrío el panorama

Huracán Sandy, Economía



Más sombrío el panorama



Antes de ocurrir el desastre, apenas había esperanzas de tener un futuro

mejor en las provincias orientales



Miriam Leiva, La Habana | 15/11/2012 10:04 am





Salieron despavoridos para salvar la vida en la madrugada del 25 de

octubre, cuando el huracán Sandy embistió las provincias de Santiago de

Cuba, Holguín y Guantánamo, y en menor medida las otras dos provincias

orientales. Al regresar, encontraron las ruinas de las vetustas

viviendas, sobre todo en la segunda ciudad del país, pero los medios

pudieron publicar que "la vivienda más antigua de Cuba resistió". La

morada de Diego Velázquez, primer gobernador de la Isla, construida

entre 1516 y 1530 en Santiago, se mantuvo imbatible ante los fuertes

vientos, debido a ser una edificación muy sólida, donde después de haber

sido "rescatada" se encuentra el Museo de Ambiente Histórico desde el 30

de noviembre de 1970.



Muchos miles de cubanos en esas zonas afrontan el drama de que no podrán

reponer sus viviendas durante sus vidas, y deambularán con sus hijos y

nietos, carentes de condiciones existenciales y los bienes más

elementales para un ser humano. Incluso quienes perdieron techos o

partes de sus inmuebles muy difícilmente los recompondrán, al igual que

los enseres perdidos. Cada día toman más conciencia y sufren más. Antes

de ocurrir el desastre apenas había esperanzas de tener un futuro mejor,

por lo que los "orientales" se esparcieron por todo el territorio

nacional, con preferencia por La Habana, lógicamente. Desde hacía

décadas se los llamaba palestinos; a la llegada de uno seguiría la

familia, apretada en un cuarto de algún viejo edificio, pero la invasión

amplió los "solares" hasta en el preservado barrio de Miramar, y las

villas miseria cerca de la Plaza de la Revolución o las zonas

periféricas, como la locación de la película Havanastation y peores.

Igualmente, habaneros originales llenaron esos lugares, como resultado

de los decenios sin poder construir "por cuenta propia" ni recibir una

de las pocas viviendas edificadas por el estado.



El Gobierno cubano no ha distribuido gratuitamente los materiales de

construcción para reparar los techos ni edificar nuevas obras.

Indudablemente la magnitud del desastre es tan inmensa que en un país ya

ruinoso y en crisis económica progresiva desde hace más de veinte años

no existe capacidad de respuesta adecuada. Pero la forma como las

autoridades lo han encarado resulta totalmente injusta y desconsiderada.

No ha emitido un gran llamado para la ayuda internacional, aunque a

diferencia de sucesos anteriores, acepta la asistencia, pero siempre

selectiva y discriminatoria según sus intereses. Donde el Presidente

reconoció hace varios años que el salario no alcanza para vivir, cada

lámina de asbesto cemento se comenzó a vender a 110 pesos. Debido al

malestar ocasionado por los exorbitantes precios y la ausencia de apoyo

gubernamental, el 8 de octubre, se publicó la Decisión del Gobierno

Revolucionario de que el Presupuesto del Estado realice una bonificación

del 50 % a los precios vigentes (elevados-fijados por el Gobierno) de

los materiales de construcción que se venderán a las familias con

destrucción total o parcial de sus viviendas", y para reponer otros

bienes imprescindibles podrán optar por tomar créditos bancarios. Si el

salario medio a fines de 2011 era de 455 pesos (18 dólares) y la pensión

media de 249.65 pesos (10 dólares), hay que optar por comprar el techo o

los alimentos, ya que tampoco se han entregado gratuitamente a los

damnificados.



El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas comenzó el envío de

asistencia, anunciaron los medios oficiales. No se dijo que desde hacía

años, el PMA contribuía a la alimentación de los niños, fundamentalmente

de las provincias orientales, debido a su desnutrición progresiva y baja

talla. También se publicó que Ban Ki-moon, secretario general de ONU,

había llamado telefónicamente a Raúl Castro para expresarle las

condolencias por la catástrofe y ofrecer ayuda de la organización, así

como la reunión de la Asamblea General para analizar los estragos

causados por el huracán Sandy en el Caribe y Estados Unidos, y acordar

el auxilio material. Además se ha reportado la llegada de algunos barcos

y aviones de Venezuela, Rusia, Bolivia, Ecuador y Catar, pero no se

facilita a las instituciones humanitarias y personas extranjeras o

cubano-americanas.



Si ni siquiera se propicia contribuir a mitigar las necesidades más

elementales de los damnificados, qué esperar para el provenir. Los

esfuerzos por huir de Cuba serán mayores, aunque el Gobierno cubano no

podrá fomentar un éxodo masivo hacia Estados Unidos, como los de

Camarioca (1965), Mariel (1980), la crisis de los balseros (1994) para

descompresar la olla. A mediados de octubre pasado se emitió el

Decreto-Ley 302 o Ley Migratoria, que comenzará a regir en enero

próximo, cuya novedad fue eliminar la carta de invitación y el permiso

de salida a cambio de la emisión del pasaporte —lo cual existió

anteriormente—. Los objetivos fundamentales podrían ser fomentar las

salidas y entretener a los cubanos en la búsqueda de visas y los medios

financieros para el viaje.



La crisis multifacética existente desde hace años se ha complicado

notablemente. Los destrozos en el oriente de Cuba incidirán

negativamente sobre una economía nacional en perenne declive. Las

autoridades cubanas deberían permitir ampliamente las actividades

privadas, sobre todo favorecer las de carácter productivo, incluso más

allá de la esfera agrícola, como medio de procurarse el sustento y

mejorar las precarias condiciones de vida, al tiempo que complementen la

macroeconomía estatal. Los cubanos tendrán que despertar de la sumisión

irracional, exigiendo su derecho a procurarse los trabajos que el Estado

es incapaz de ofrecer, más aún cuando está dejando sin puestos hasta

alcanzar 1,3 millón de personas, alrededor del 25 % de la fuerza laboral

empleada. Las alternativas de mayor miseria, represión y emigración

tienen que sustituirse por la laboriosidad, las oportunidades y la

cooperación ciudadana.



http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/mas-sombrio-el-panorama-281579

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