lunes, 2 de septiembre de 2013

El país de la indolencia

El país de la indolencia
LUNES, 02 DE SEPTIEMBRE DE 2013 00:00
ESCRITO POR GLADYS LINARES

Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) La vida diaria del cubano está
llena de problemas. Entre los peores están el maltrato, el desinterés,
la apatía, el engaño, la falta de atención en lugares públicos. Pero uno
de más difíciles es la indolencia.

Son frecuentes los comentarios sobre los robos que sufrimos a diario en
los agromercados cuando le falta peso a la mercancía adquirida, y
culpamos de ello a los dependientes, mientras aceptamos como algo
natural que las viandas estén llenas de tierra o se pongan a la venta
vegetales casi podridos y comidos de bichos, o cómo a pesar de la
escasez el plátano maduro, la frutabomba, la malanga, se pudren en las
tarimas porque no se les rebaja el precio como está establecido.

Me han contado algunos que han viajado al extranjero que han visto a
algunos comerciantes colocar en la acera frutas pasadas para quien
quisiera llevárselas. Si en Cuba hicieran lo mismo en lugar de tirarlas
a la basura, seguramente podrían aprovecharlas muchos ancianos que viven
de su pensión y que algunas veces se quedan sin comer.

La indolencia de los dirigentes cuenta con la indiferencia cómplice de
inspectores y funcionarios, y una prueba de ello es que muchas veces los
trabajadores saben el día en que van a ser inspeccionados y solo ese día
las cosas funcionan como es debido.

Pero la indolencia también se extiende a las Tiendas Recaudadoras de
Divisas (TRD), donde no se rebajan los productos sino en raras ocasiones
y solo cuando están a punto de vencer. Hace pocos días, en una de estas
tiendas ubicada en Porvenir, en Lawton, Diez de Octubre, los cereales
chinos marca Ideal fueron rebajados. Una empleada les hacía propaganda
de la oferta a los clientes. Algunos incautos compraron, entre ellos una
vecina, pero cuando abrió una de las bolsitas que trae la caja se
encontró con que los insectos ya habían comenzado a disfrutar del
cereal. Regresó corriendo a la tienda para cambiarlo, pero la empleada
le dijo que no aceptaban devolución.

Lo mismo sucede con la ropa, zapatos y otros artículos que por caros
apenas se venden. Si es que los rebajan, lo más probable es que estén
deteriorados o tengan defectos, como le sucedió a Luisa, que se compró
un par de zapatos de señora y el día que se los estrenó para ir a la
iglesia se quedó descalza en la calle porque toda la suela se le despegó.

Una de las personas estafadas fue Marielis. Se compró una blusa
estampada, pero en la tienda no había la iluminación suficiente para
revisarla bien. Al otro día, cuando la lavó, al colgarla en la tendedera
vio que tenía diminutos huequitos: estaba comida de bichos. Cuando
intentó recuperar su dinero, tampoco aquí aceptaban devoluciones, lo
cual es la regla en casi la totalidad de las tiendas de nuestro país.

María compró para sus nietos unas africanas (biscocho cubierto de
chocolate) de la fábrica cubana La Estrella. Cuando las abrió estaban
socatas (así llamamos en Cuba a las galletas que por el tiempo o la
humedad han perdido la textura adecuada). Cuando revisó la envoltura vio
que las fechas de producción y de vencimiento estaban en blanco, y que
además se recomendaba conservarlas entre 18 y 20 grados centígrados.
María recordó que en el Silvayn quitan mucho el aire acondicionado y que
las africanas no se guardan en la nevera, sino en el mostrador.

Para ahorrar electricidad y no sobrepasar su límite de kilowatts por
hora, en las TRD y otras tiendas en divisas apagan el necesario aire
acondicionado durante horas, a pesar de las elevadas temperaturas de
nuestro verano, aun en detrimento de la calidad de los comestibles que
allí venden.

Es que la indolencia en nuestro país tiene raíces profundas.

Para Cuba actualidad, gladyslinares42@yahoo.com

Source: "El país de la indolencia | Cuba noticias actualidad.Periodismo
independiente." -
http://www.primaveradigital.org/primavera/destacados/117-politica/8484-el-pais-de-la-indolencia.html

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