Publicado el viernes, 11.01.13
Hay que expropiar al Estado
ARIEL HIDALGO
Independientemente de las especulaciones y desconfianzas bien fundadas
ante el anuncio gubernamental cubano de un cronograma para eliminar la
doble moneda, hay un consenso bastante generalizado acerca de que si
bien la unificación monetaria no debe depender del aumento de la
productividad, tampoco esa productividad será fruto de esa unificación,
ni la reducción de la inflación. La inflación no depende de las leyes
monetarias, sino de la productividad del país, y esa productividad
depende mucho más del estímulo de la fuerza de trabajo.
¿Cómo se incentiva esa fuerza de trabajo? Varias son las medidas que a
mi juicio conducirían al aumento de la productividad, a la reducción de
la inflación, a un mayor número de empleos, a un aumento del poder
adquisitivo de la población y al mismo tiempo a un incremento de las
contribuciones públicas.
• Reducción de las excesivas cargas fiscales a cuentapropistas y
empresas privadas.
• Supresión de regulaciones prohibitivas injustificadas a las
actividades productivas y comerciales.
• Simplificación y abaratamiento de los trámites burocráticos a la
legalización de las iniciativas económicas independientes.
• Concesión de mayores incentivos fiscales a aquellas actividades
económicas independientes fundadas en relaciones no salariales, como el
cooperativismo, la autogestión y las microempresas familiares e
individuales.
• Cooperativización, sin imposiciones de pagos arrendatarios, de las
pequeñas unidades industriales, comerciales y de servicio aún bajo
control estatal.
• Establecimiento de instituciones de apoyo crediticio y de consejería a
cooperativas y microempresas.
• Implementación en las empresas del Estado de un sistema cogestionario
como el que produjo a principio de los 50 el milagro económico alemán
bajo el liderato de Konrad Adenauer.
Medidas como éstas y quizás aún más radicales incrementarían las
contribuciones públicas no solo porque estimularían las inversiones de
capitales, sino además, nuevas iniciativas económicas de la ciudadanía,
así como la incorporación de las empresas clandestinas del mercado negro
a la formalidad, todo lo cual permitiría una economía sustentable capaz
de brindar a toda la población, en las mejores condiciones, servicios
públicos como la educación y el cuidado de la salud.
¿Estaría la administración raulista en disposición de dar pasos como
éstos? A mi entender, no, debido a que alterarían radicalmente la
esencia del sistema y por tanto afectarían los poderosos intereses del
sector burocrático gracias al cual se sostiene en el poder la dirigencia
histórica. Conclusión, no hay solución bajo el control de esa dirigencia
ni de sus sucesores, a no ser que impulsaran desde arriba una nueva
revolución capaz de defenestrar a ese estamento burocrático, algo muy
dudoso. ¿Cuál es entonces la salida? A mi juicio, no queda,
lamentablemente, otra vía que la revolución desde abajo, la insurrección
pacífica de la sociedad civil, y cuando digo sociedad civil pienso en
los intelectuales, los artistas, los estudiantes y los trabajadores. Esa
revolución debe conducir resueltamente a la expropiación de quien
detenta todas las riquezas del país: el Estado.
infoburo@aol.com
Source: "ARIEL HIDALGO: Hay que expropiar al Estado - Opinión -
ElNuevoHerald.com" -
http://www.elnuevoherald.com/2013/11/01/1604151/ariel-hidalgo-hay-que-expropiar.html
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