jueves, 1 de mayo de 2014

El pan nuestro, ¡ay, de cada día!

El pan nuestro, ¡ay, de cada día!

El día que hay pan es una bendición, el problema es qué echarle adentro.

Un viejo panadero comentó: antes, el pan tenía grasa, estaba tostado,

salíamos con canastas, al amanecer, a venderlo por las calles, el horno

jamás se rompía

jueves, mayo 1, 2014 | Frank Correa



LA HABANA, Cuba – A través de la libreta de racionamiento instaurada por

la revolución a principio de los años sesenta, se les vende un pan de 80

gramos a cada ciudadano a un precio supuestamente subsidiado.

Frecuentemente, junto a un vaso de agua con azúcar, ese pan ha

constituido el sostén para muchos cubanos.



La calidad de este pan que se vende por la libreta ha estado siempre en

la mirilla de las críticas, al igual que las colas para comprarlo y las

roturas de equipos o falta de ingredientes que interrumpen continuamente

la producción. El problema del pan es uno de los planteamientos más

comunes y recurrentes en las Asambleas de rendición de cuentas que los

Delegados de las Circunscripciones deben ofrecer a sus electores.



En esta semana, un cartel informativo pegado en las paredes de las

panaderías, apareció divulgando una nueva iniciativa de la Empresa

Provincial de Alimentos, como saludo a la celebración del próximo

Primero de Mayo, titulada "Puertas abiertas a la Comunidad". Su objetivo

fundamental, según reza el surrealista cartel que la anuncia es:

"Reafirmar el compromiso de los panaderos con el barrio, sus directivos

y otros factores, donde se podrá conocer las interioridades y esclarecer

las inquietudes, así como revisar el estado de los planteamientos, con

vista al próximo proceso de Rendición de cuentas".



Disímiles opiniones ha despertado en la población tal iniciativa. Un

viejo panadero retirado contó en la cola, que "antes el pan se fabricaba

totalmente artesanal, habían variedades, la calidad era superior, tenía

grasa, textura, mejor sabor, salíamos con canastas por el pueblo al

amanecer, a venderlo por las calles, el horno jamás se rompía y nunca

faltaba la materia prima. No me explico ahora con más desarrollo y mejor

tecnología el pan es tan malo y las panaderías cierran a cada rato por

roturas".



Papo, de 40 años y albañil por cuenta propia, al ser entrevistado para

conocer su opinión respondió: "El día que hay pan es una bendición, para

la merienda de los muchachos en la escuela, el problema es qué echarle

adentro. Pero si la panadería se rompe entonces hay que comprarlo en una

cafetería particular y entonces sí que la cuenta no da".



"El fiñe" de 56 años y pescador de Jaimanitas, no confía en la

iniciativa "Puertas abiertas" anunciada por la empresa. Dice que la

calidad del pan se afecta más debido al robo de ingredientes por los

propios trabajadores y no le interesa entrar a inspeccionar, porque "de

seguro que van a esconder la bola".



Otro anciano en el mostrador se quejó del peso del pan, asegurando que

no tenía el pesaje estipulado.



–¿Usted quiere ver que sí pesa 80 gramos? –le preguntó el dependiente y

llamó a un panadero. Le pidió que comprobara el pesaje.



El panadero desapareció en el área de elaboración. Nadie vio lo que hizo

dentro. Al regresar corroboró: "Ochenta gramos, mi abuelo, ni un gramo

menos". El anciano se marchó decepcionado.



Le pregunté al dependiente si alguien había respondido a la iniciativa

de la empresa, entrando a la panadería a examinar. Me contestó que no,

que la gente llegaba apurada, compraba su pan y se iba rápido. Leían el

cartel y se reían. O se burlaban.



– ¿Cuánto cree usted que durará la iniciativa?



Me contestó con una sonrisa.



–Hasta que el cartel se caiga.



Source: El pan nuestro, ¡ay, de cada día! | Cubanet -

http://www.cubanet.org/actualidad/actualidad-destacados/el-pan-nuestro-ay-de-cada-dia/

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