domingo, 22 de junio de 2014

Una de dos - embargo o Ley de Ajuste (II)

Una de dos: embargo o Ley de Ajuste (II)

DDC | Madrid | 22 Jun 2014 - 9:59 am.



Según encuesta, una mayoría de ciudadanos cubanoamericanos apoyaría el

levantamiento del embargo de EEUU a La Habana, pero también el

mantenimiento de la Ley de Ajuste. DDC recaba varias opiniones sobre el

tema. En esta entrega: González Acosta, Álvarez Quiñones, Prats Sariol.



Alejandro González Acosta: La encuesta máxima



Hace sesenta años, Darrell Huff publicó su clásico Cómo mentir con

estadísticas (How to lie with statistics), donde expone con profundo

conocimiento de causa las argucias y trapacerías del oficio. Mucho

antes, Benjamín Disraeli había afirmado que hay tres tipos de mentiras:

"Las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas". Por la misma

época, nada menos que Carlos Marx escribía: "Hay dos formas de mentir;

una, faltando a la verdad; la otra, haciendo estadísticas". Todo lo

anterior para tratar de ubicar en su justa dimensión la reciente

encuesta realizada con el auspicio de la Florida International

University en una "muestra" de mil cubanos consultados telefónicamente

en el Miami Dade County.



Aparte de las muchas opiniones que ha concitado este ejercicio

estadístico, debe destacarse la contradicción evidente que arrojan las

cifras, por un lado, de levantar el embargo comercial del gobierno de

Estados Unidos al gobierno de Cuba y, al mismo tiempo, sostener la

llamada "Ley de Ajuste Cubano": es decir, tener lo mejor de ambos mundos

posibles.



Si asumimos a Cuba como un paciente y recorremos su evolución en estos

cincuenta y tantos años, veremos que el diagnóstico es decepcionante: se

ha aplicado una "medicina" (el embargo) que no logrado "curar" la

enfermedad. Así, después de tan largo tratamiento, el paciente "no

remite" y ni se cura ni fallece. Evidentemente, hay algo que está mal en

la terapia: o el medicamento no funciona o la dosis es demasiado débil.

Por lo tanto, o se cambia o se aumenta. O se deja al paciente para que

siga su propia evolución. Lo preocupante debe ser además la metástasis

que este paciente irradia hacia otros cercanos a su lecho.



María Zambrano, la filósofa española, reflexionó muy certeramente entre

lo que definió como "el hombre de acción" y "el hombre de pensamiento" a

propósito de la figura de José Martí y llegó a la conclusión de que

ambas categorías coincidían en el patriota cubano, lo cual confirmaba su

excepcionalidad.



Fidel Castro nunca hizo una encuesta para saber si el pueblo cubano se

oponía o no a Fulgencio Batista. Tampoco acudió a los organismos

internacionales para denunciar los atropellos del batistato (salvo una

denuncia puramente testimonial ante el Tribunal de Garantías

Constitucionales cubano de la época). No buscó firmas, sino armas. En

este sentido, también podría ser ubicado en esa categoría que estudiaba

Zambrano.



Como tenemos a la vista lo irreconciliable de las posiciones tan

divergentes sobre el tema cubano, creo es saludable replantear no solo

el diagnóstico sino la prognosis y terapia del paciente. Tartarín de

Tarascón, el héroe de Daudet, decía a sus contrincantes: "¡Estocadas, no

alfilerazos!" Y Rubén Martínez Villena desde hace casi un siglo decía:

"Hace falta una carga para matar bribones..."



Encuestas van y encuestas vienen; proyectos, programas,

pronunciamientos, denuncias y huelgas de hambre se suceden unas a otras,

sin resultado visible y contundente.



Si de verdad se quiere conocer la opinión del exilio cubano sobre su

tema más doloroso, puede solucionarse con la encuesta que está sobre

todas las encuestas, la que se considera la encuesta máxima: un

plebiscito o referendo. Se despejarán entonces todas las dudas y las

posibles manipulaciones.



La comunidad cubana en la Florida —estado de mayor concentración de esta

nacionalidad en la Unión Americana— tiene todos los mecanismos legales

para solicitar a las autoridades a través de sus representantes electos

que, con imparcialidad y profesionalismo, se realice un ejercicio

plebiscitario que arroje, ahí sí, resultados incontrovertibles e

inobjetables. Y después, lo que siga…





Roberto Álvarez Quiñones: ¿Va a capitular Obama ante los Castro?



Con independencia de lo que opinemos los cubanos sobre el embargo de

Estados Unidos a Cuba, el presidente Barack Obama parece inclinado a

capitular y llegar a un "acuerdo" con la dictadura castrista. A eso

ayudan encuestas como la realizada por la Universidad Internacional de

la Florida (FIU).



Esta vez el "recadero" (mediador) es el ex tupamaro José Mujica, hoy

presidente de Uruguay, quien dice estar "muy optimista" con respecto a

un entendimiento Cuba-EEUU.



Pero el embargo es ley y el Congreso difícilmente hará concesiones

unilaterales a nadie. Lo que sí puede hacer el Presidente es abrir

esclusas desde la Casa Blanca, que no pueden incluir el otorgamiento de

créditos al régimen, pero sí que el Departamento del Tesoro haga la

vista gorda ante una avalancha de turistas estadounidenses a la Isla

para contactos "pueblo-pueblo", o con fines supuestamente religiosos,

artísticos, o académicos.



En cuanto a la encuesta de FIU, no me parece muy imparcial que una de

las dos firmas que financiaron el sondeo haya sido el Grupo Trimpa, de

Denver, que dirigió una campaña de cabildeo del Cuba Study Group que

colocó anuncios en el Metro de Nueva York en apoyo al cese del embargo.

Y Ted Trimpa, presidente de esa entidad consultora, lidera el grupo

artístico Tectonic Theatre Project de New York, que está organizando un

viaje "pueblo-pueblo" a la Isla.



Además, asumiendo que el 52% que apoya el cese del embargo fuese

incuestionable, eso no significa que tengan razón. Hugo Chávez fue

electo presidente cuatro veces por los venezolanos y no tenían la razón.



Muchos encuestados piden el cese del embargo y que se mantenga la Ley de

Ajuste Cubano. ¿Es que para obtener más respuestas contrarias al embargo

no se aclaró que el fin de éste derogaría de hecho ese privilegio

migratorio?



Se percibe que una mayoría de los entrevistados corresponde a nuevas

generaciones desconectadas de los orígenes del castrismo y el diferendo

Cuba-EEUU. A ello se suma que con el empobrecimiento masivo de la

sociedad cubana se enraizó el individualismo y lo importante hoy es

"resolver" y sobrevivir. Salvo para los valerosos opositores en la Isla,

ya no son prioritarios ciertos valores democráticos, patrióticos,

humanísticos, ni Martí o Maceo. La precariedad cotidiana y la consigna

de "sálvese quien pueda" los devoraron.



Eso explica que algunos inmigrantes cubanos de las nuevas oleadas se

definan a sí mismos como más pragmáticos y parezcan más interesados en

viajar y enviar dinero a Cuba, hacer negocios allá o en EEUU, sin

importarles mucho las libertades individuales en la Isla, o si la casta

militar que ya ostenta el poder económico perpetúa la dictadura cuando

los Castro digan adiós. Esa creciente burguesía cívico-militar sería la

ganadora si cesase el embargo. El beneficio del sector privado sería

marginal. Sin cambio de voluntad política y de "Lineamientos" no habrá

avances en Cuba.





José Prats Sariol: Cazar en Babia



Los reyes se refugiaban en el remoto poblado de Babia, León, para huir

de las intrigas palaciegas. Y cuando preguntaban por ellos: "Están en

Babia". De ahí viene la frase para los que se alejan de la realidad. Más

la milenaria evidencia: las ilusiones siempre son baratas, regaladas.

Pero los lobbies que se mueven en torno a Cuba ni están en Babia ni

viven de ilusiones. Actúan. Mueven influencias. Prometen contribuciones.

Hacen encuestas. Pagan publicidad. Trabajan para lo suyo, que poco tiene

que ver con la democracia que se exige en 2014 y ellos mismos disfrutan.



En Babia está la abrumadora mayoría de los cubanos de adentro, pobres y

desinformados, con un miedo que de tanto durar se ha hecho nativo. ¿Qué

les falta a los lobbies, además del cabildeo en Washington? Pues

convencer a los cubanoamericanos —los que tienen derecho al voto y sus

familiares— de que lo mejor es levantar unilateralmente el viejo

embargo, por obsoleto (¿El castrismo no lo es?) e ineficaz (¿Por qué

entonces se empeñan en quitarlo?).



Quieren, sencillamente, estafarnos. Aunque les será difícil convencer a

los disidentes que mientras redacto esta opinión sufren golpizas,

interrogatorios, registros y decomisos, amenazas judiciales... O a

exiliados que no se tragan la pildorita "conciliatoria" y los porcientos

inducidos por preguntas de respuestas implícitas e inferencias turbias.



Quizás lo consigan, tal vez inmediatamente después del factor biológico:

la muerte de los hermanitos-símbolos. Pero como no están en Babia sino

quieren regalarnos un boleto emponzoñado, como ya preparan negocios

gordos —obesos—, al menos podemos denunciar la maniobra: la connivencia

entre la élite político-militar descendiente de los guerrilleros con el

capital yanqui y cubano-yanqui. Esa es la escabrosa jugada, otra más

donde los escrúpulos se guardan en un hoyo del nuevo campo de golf de

Varadero. Desmemoria tarifada. Nuevo patriciado criollo con cuentas en

Wall Street.



Fin del embargo, sin embargo, es fin de los privilegios inmigratorios

inherentes a la actual anormalidad. Cubano como uruguayo o haitiano.

Nada de pies secos por la dictadura, húmedos por la represión. No habrá

de qué huir, por lo menos legalmente. Borrón con dólares y nueva cuenta.

Dirán que no es elegante andar en esos trajines propios de la plebe.

Dirán, reirán, armarán ilusiones baraticas. Y ante cualquier problema

con Human Rights Watch, nada más fácil: como los reyes de León, a cazar

en la remota Babia.



Source: Una de dos: embargo o Ley de Ajuste (II) | Diario de Cuba -

http://www.diariodecuba.com/cuba/1403423987_9167.html

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