Una obsesión muy femenina
Cualquier producto beneficioso para el cabello puede representar la
mitad del salario
Jueves, mayo 4, 2017 | Ana León
LA HABANA, Cuba.- Son tantos los problemas con que deben lidiar las
mujeres cubanas a diario, que es imperativo mostrarse solidario cuando
colapsan por algo aparentemente tan trivial como el hecho de no tener un
champú de buena calidad para lavarse el cabello. El salario simbólico
que perciben y la brega constante para proveer a los hijos son factores
esenciales que abren una brecha enorme entre el deseo de cultivar
ciertos placeres estéticos, y la posibilidad real de costearlos.
Sahily es cajera en el Banco Metropolitano y sabe que para trabajar con
clientes es esencial mantener una presencia personal impecable. "Me dan
uniforme, así que lo más importante es tener el cabello arreglado, la
manicura hecha y llevar zapatos cómodos, pero que luzcan elegantes", cuenta.
Sin embargo, lo que suena tan sencillo se convierte en un desafío
cuando, luego de dar la vuelta a La Habana, descubre que no hay lo que
necesita.
En el caso de Sahily, el problema principal es la irregularidad en el
abastecimiento de productos de perfumería; especialmente porque no
puede, aunque quiera, lavarse el cabello con cualquier champú. "He
probado todas las líneas buscando la mejor opción, y solo me asienta el
Pantene para cabello rizado (…) Ahora mismo solo hay en el hotel Manzana
porque es nuevo; pero puede acabarse en cualquier momento".
La joven explicó a CubaNet que durante algún tiempo la línea mantuvo
cierta estabilidad en tiendas como Galerías Paseo, 3ra y 70 y
dependencias hoteleras. Luego desapareció y no le quedó más remedio que
depender de las "mulas" que traen mercancías desde Miami o México. Cada
dos meses aproximadamente Sahily paga 30 CUC por champú, acondicionador
y crema peinadora. Ello representa todo su salario mensual en moneda
nacional, más la estimulación en divisa. Matemáticamente no puede
permitírselo; pero al igual que casi todos los cubanos, ella "raspa" un
extra y lo dedica a darse el único gusto del que puede presumir.
Sahily es una de las pocas mujeres que posee cabello rizado-ondulado y
así quiere conservarlo. Sus amigas le han sugerido que se acoja a la
moda de la queratina; pero lo que le gusta a la joven es, precisamente,
lucir diferente. Al igual que muchas damas profesionales y trabajadoras,
no acepta tener que privarse de algo tan simple y personal como lavarse
la cabeza con el champú y acondicionador que prefiere.
La necesidad y el costo de la belleza agregan una presión insoportable a
la mujer cubana. Ese instante de satisfacción al mirarse al espejo, una
vez concluido el arreglo matutino, y sentirse a placer consigo misma, se
ha convertido en parte de la nostalgia. Las políticas económicas
implementadas en Cuba conspiran abiertamente contra la autoestima
femenina. Cualquier producto beneficioso para el cabello puede
representar la mitad del salario que perciben las mujeres, y el precio
de los servicios de peluquería son pavorosos.
No es de extrañar que en una cultura donde las féminas están adaptadas a
colocar —en todo momento— las necesidades de hijos y cónyuge por encima
de las propias, lo menos importante sea cubrir la canas, ir al gimnasio
o comprarse algo lindo. Muchas mujeres considerarían que gastar 30 CUC
en productos para el cabello es un derroche; pero cada vez que lo hace,
Sahily se siente —según ella misma lo define— "con el poder de decidir
algo en su vida". En un país donde se dictan las costumbres y hasta lo
que hay que comer, ello equivale a un gesto de liberación.
Source: Una obsesión muy femenina CubanetCubanet -
https://www.cubanet.org/actualidad-destacados/una-obsesion-muy-femenina/
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