Prohibida la propiedad y la riqueza en Cuba: marcha atrás sin freno
[01-06-2017 12:44:19]
Elías Amor
Economista
(www.miscelaneasdecuba.net).- Uno de los temas planteados en las
comisiones de asuntos económicos, constitucionales y jurídicos y
atención a los servicios de la Asamblea Nacional ha sido la regulación
de la propiedad y la riqueza en Cuba. Marino Murillo, que había estado
fuera de juego en los últimos meses, ha surgido de las cenizas, cuál ave
fénix, para tratar de reivindicar, como señala Granma, "las
modificaciones realizadas a los documentos del Partido por parte de los
diputados a la ANPP y los miembros del Comité Central del Partido en las
reuniones del mes de abril, así como aquellas propuestas que no fueron
aprobadas".
Modificaciones que en lo relativo a la propiedad y la riqueza en Cuba se
inclinan hacia el ala ideológica más reaccionaria del régimen comunista.
O expresado, tal y como lo ha dicho el diputado por el municipio Manatí,
Pastor Batista "en las formas de gestión no estatales no se permitirá la
concentración de la propiedad y la riqueza material y financiera…".
No se permitirá. Otra prohibición más del régimen castrista a la que se
debe estar atento. Básicamente por lo que supone de distancia de la
economía cubana del resto del mundo en esa obsesión dinástica con "la
concentración de la propiedad y la riqueza material y financiera" que ha
tenido efectos tan negativos sobre el país.
A los diputados cubanos les preocupa "qué estamos haciendo para evitar
que se concentre la riqueza, un fenómeno que constituye hoy una realidad
en un pequeño sector de la población", sobre todo, en lo que llaman
"formas no estatales", que no son otra cosa que pequeñas empresas y
proyectos emprendedores que están en el origen de la generación de
riquezas que se quieren cercar y prohibir desde el Estado totalitario.
En cuando a "pequeño sector de la población" su número limitado obedece
al "racionamiento" en la concesión de licencias para el ejercicio del
trabajo por cuenta propia, que es otra forma de controlar el sector en
su conjunto.
La libertad económica es objeto, una vez más, de obstáculos para su
pleno desarrollo en Cuba. Por si alguien no lo había entendido, ni los
acuerdos con Obama, ni la apertura a la inversión extranjera, ni las
generosas condonaciones de deudas por parte del Club de París, o los
acuerdos de cooperación con instituciones internacionales, como la Unión
Europea, han servido para que el régimen comunista deje atrás su penosa
herencia de ineficacia y pésima gestión que ha llevado a los salarios
medios de los cubanos a los niveles más bajos del mundo. Sino, todo lo
contrario, al reafirmar la guerra obsesiva contra la propiedad y la
riqueza de los cubanos.
Los herederos de las confiscaciones y expropiaciones sin compensación
que comenzaron en 1959 y finalizaron en 1967 con la llamada "ofensiva
revolucionaria" no quieren reconocer los errores cometidos por sus
antepasados, y se cierran en banda a cualquier reforma institucional de
la economía que suponga trasladar a los cubanos la capacidad de elección
y el derecho a decidir en cuestiones económicas. Limitando la propiedad
privada y la riqueza, el régimen comunista mantiene el control económico
sobre la población que tantos réditos ha dado a la demagogia y
propaganda castrista, convirtiendo a la isla en uno de los últimos
reductos de la trasnochada guerra fría.
Es lamentable que ahora, que tienen todo a su favor para que los cubanos
puedan volver a disfrutar de la prosperidad económica que les arrebató
Fidel Castro, se mantengan firmes en sus posiciones y se nieguen a
cualquier cambio. Y además, lo hacen desde un profundo desconocimiento
de las reglas de funcionamiento de la economía de mercado, la misma a la
que no quieren abrir espacios en Cuba. Y si no, qué nos explique
Murillo qué relación puede existir entre un modelo multisectorial en la
economía, y la posibilidad de contratar fuerza de trabajo, con la
generación de excedente económico. Evidentemente, ninguna. Cuidado,
mucho cuidado con lo que se dice porque eso afecta la credibilidad
internacional de la economía mucho más que un presunto embargo o
bloqueo, o un impago de deudas.
Además, algunas de las ideas que han salido a la palestra son
abrumadoras y ponen de manifiesto, una vez más, las lógicas precauciones
que los inversores internacionales deben mantener con la economía
castrista. Por supuesto que allí donde hay propiedad privada tiene que
existir un determinado nivel de concentración. De hecho, la propiedad
tiene como finalidad el crecimiento. Que Murillo se lo pregunte a los
inversores canadienses, holandeses o españoles. O si quiere a los
brasileños del Mariel. Todos le van a decir lo mismo. Invierten en Cuba
para ganar ingresos, acumular más riqueza y pagar beneficios a los
accionistas. No son organizaciones de beneficencia. No sólo aspiran a
más ingresos para generar más riqueza, sino también empleo, progreso,
bienestar. Murillo dice que hay que "precisar qué entendemos por
concentración de la riqueza".Que les pregunte. Los tiene cerca.
Sin duda, una cuestión de primer curso de economía que cualquier
estudiante le podría responder pero que estos inversores extranjeros lo
harán encantados. La concentración de la riqueza es fundamental para el
despegue de las naciones, para la innovación tecnológica, para el
desarrollo sostenible y la acumulación. La riqueza permite a las
sociedades crecer de generación en generación, superar los lastres del
subdesarrollo y modernizarse. Sin concentración de la riqueza, las
naciones se convierten en ejércitos de pobres sometidos al control del
estado, sin capacidad de consumo e inversión, ni libertad para elegir.
La ausencia de concentración está directamente relacionada con la
pobreza y el totalitarismo económico.
La riqueza no cae del cielo. Se genera con la corriente de ingresos
proveniente del trabajo, el esfuerzo, la capacidad de asunción de
riesgos, el talento y la cualificación, la capacidad para emprender y la
existencia de un sistema jurídico y normativo que facilite el proceso de
creación de la riqueza y no lo obstaculice. Valores que existieron en
Cuba antes de 1959. La riqueza se genera con ingresos procedentes del
uso adecuado de aquellos factores productivos. Después se acumula con el
ahorro y la restricción del consumo a corto plazo para disponer de
ingresos para el futuro. Murillo puede pensar en la política tributaria
que considere más adecuada para la redistribución de los ingresos. Pero
esa política de redistribución de los ingresos no debe suponer una
agresión a la propiedad y la riqueza construida, porque entonces, la
economía entra en crisis.
La regulación que se plantea el Estado castrista para frenar la
concentración de las riquezas es una vuelta atrás, un regreso al pasado,
a un modelo que no ha funcionado, pero que se resiste a desaparecer. Ni
la empresa estatal socialista, ni la inversión extranjera, ni tampoco
las cooperativas controladas por el régimen van a servir para que la
economía cubana salga del atolladero. Hay que devolver la riqueza y la
propiedad a los cubanos. A todos. Y permitir que esa riqueza se acumule
y crezca, con instituciones jurídicas estables y creíbles. Por supuesto
que pueden aparecer desigualdades, y para ello diseñar sistemas
tributarios modernas y eficientes que no frenen el proceso de
crecimiento de las bases imponibles. Hay mucho que aprender y más que
hacer. No pierdan esta oportunidad histórica.
Source: Prohibida la propiedad y la riqueza en Cuba: marcha atrás sin
freno - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/592ff0033a682e0b0c861267#.WTAlUWh976Q
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