Publicado el 05-21-2007
El Futuro del Petróleoen Cuba
Por Jorge R. Piñón
El United States Geological Survey, en su "Evaluación de Recursos
petrolíferos y de gas en la Cuenca Norte de Cuba, Cuba, 2004", calculó
una media de 4.6 billones de barriles de reservas de crudo por
descubrir, 9.8 trillones de pies cúbicos de reservas de gas natural por
descubrir, y de 0.9 billones de barriles de reservas de líquidos de gas
natural por descubrir en la Cuenca Norte de Cuba.
Si esta evaluación es correcta, colocaría a Cuba en las primeras filas y
a la par de otros países suramericanos que cuentan con importantes
reservas petrolíferas, tales como Ecuador, Colombia y Argentina.
El futuro del sector cubano de exploración y producción de petróleo y
gas natural podría muy bien estar ubicado en las aguas costeras
profundas del Golfo de México, en las estribaciones occidentales de los
Estrechos de la Florida, y en la extensión oriental de la península
mexicana de Yucatán.
La Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Cuba en el Golfo de México es un
área de 12,000 kilómetros cuadrados que ha sido dividida en 59 bloques
para exploración, de aproximadamente 2,000 kilómetros cuadrados cada
uno, a una profundidad promedio de 2,000 metros, aunque algunos bloques
alcanzan hasta los 4,000 de profundidad.
La ZEE se encuentra dentro de límites demarcados entre México, Cuba y
los Estados Unidos, acordados en diciembre de 1977 durante la
administración del Presidente norteamericano Jimmy Carter. Todavía queda
pendiente el acuerdo sobre los límites marítimos para la Fosa Oriental
del Golfo de México entre los tres países.
Hasta hoy día Cuba ha concedido veinte bloques costeros, que representan
cinco concesiones, a compañías petroleras internacionales tales como
Repsol (España), ONGC (India), Petronas (Malasia), Sherritt (Canadá) y
PDVSA (Venezuela).
Si resultaran exitosos, estos proyectos en aguas profundas llegarían a
su pleno desarrollo en un período de tres a cinco años, con una
inversión de capital extranjero que se calcula en más de $3 billones.
Los compromisos actuales contraídos por las compañas petroleras
internacionales, que suponen el gasto de millones de dólares en trabajos
exploratorios, junto con los nuevos cálculos de la USGS sobre reservas
aún no descubiertas, subrayan el potencial de las áreas costeras de Cuba
en petróleo y gas natural.
El reto que se presentaría para las compañías petroleras extranjeras que
operan en Cuba sería el de encontrar las formas de comercializar la
futura producción de hidrocarburos del modo más eficaz y eficiente en
cuanto a costos, mientras se mantiene en pie el embargo económico y
comercial de Estados Unidos contra el gobierno cubano. Con la posible
excepción de la futura refinería de Cienfuegos, en proceso de
modernización por Petróleos de Venezuela, Cuba no tiene la capacidad de
refino o de conversión que se necesita para procesar grandes cantidades
de petróleo crudo pesado en sus dos refinerías existentes.
En el 2006 se calculaba que Cuba tenía una demanda aproximadamente de
160,000 barriles diarios de petróleo crudo y de productos refinados.
Debido a la falta de capacidad de Cuba para refinar crudo pesado, la
producción actual en aguas territoriales y costeras, de aproximadamente
68,250 barriles diarios se usa directamente como combustible para
calderas en la industria eléctrica, de cemento y de níquel.
Bajo un acuerdo de suministro subsidiado, Cuba importa su déficit de
alrededor de 90,000 barriles diarios de petróleo crudo y de productos
refinados de PDVSA, la compañía petrolera nacional de Venezuela.
Amy Myers Jaffe y Ronald Soligo, economistas de la Universidad Rice,
estiman que si Cuba abre su economía y desarrolla un sistema económico
de mercado, el consumo de crudo del país prácticamente se duplicaría,
pasando de 160,000 barriles diarios a 349,000 barriles diarios para el
año 2015.
Esta futura demanda evitaría que Cuba se convirtiera en un exportador de
petróleo crudo, hasta que la proyectada producción sobrepase el umbral
de los 350,000 barriles diarios.
Hoy en día, tal como ocurriera en los años 1970-80, Cuba ha vuelto a
depender, para cubrir más del 50 por ciento de sus necesidades de
petróleo, de una sola fuente extranjera, a precios subsidiados y con
términos contractuales de pago preferenciales. Tal relación debilita
cualquier transición, acentúa la dependencia de Cuba y limita el futuro
crecimiento económico de la isla.
Es importante para una Cuba futura, no sólo desde el punto de vista
económico, sino también del político, desarrollar una independencia
energética, libre del influjo de un único proveedor extranjero de
petróleo crudo.
La futura política energética en Cuba debe incluir la conservación de la
energía, la modernización de la infraestructura de energía, y una
producción de petróleo, gas natural, etanol, derivado de la caña de
azúcar y otras fuentes de energía alternativa de tal manera que proteja
el medio ambiente de la isla, y juegue un papel catalizador en su
desarrollo y crecimiento económico.
Las implicaciones económicas y políticas para la isla, no solo en lo
referido a convertirse en autosuficiente productor de petróleo, sino
también como posible exportador neto de petróleo crudo y derivados,
podría constituir un importante factor en las relaciones futuras con los
Estados Unidos y Venezuela.
Jorge R. Piñón es investigador del Instituto de Estudios Cubanos y
Cubanos-americanos de la Universidad de Miami, y ex-presidente de Amoco
Oil Latin America.
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