salones de belleza
LA HABANA, 12 Abr. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Cuba comenzó a entregar este mes la administración de
cientos de pequeñas barberías y salones de belleza del Estado a los
empleados, en lo que parece ser el inicio de una esperada
reestructuración del sector minorista de servicios bajo el Gobierno del
presidente Raúl Castro.
La medida aún no ha sido confirmada oficialmente por las autoridades
de la isla, pero peluqueros y estilistas de varias ciudades informaron a
Reuters de esta decisión que podría ser considerada la primera reforma
de alcance nacional en el sector minorista y pionera en la entrega de
ese tipo de negocios a empleados desde su nacionalización en 1968.
Empleados que hasta ahora trabajaban por un salario mensual podrán
alquilar los salones y pagar impuestos, dijeron peluqueros y estilistas
consultados. Quienes no quieran participar en el nuevo modelo, serán
asignados a otros sectores o podrán jubilarse.
La nueva política, que se aplica por el momento a los locales con un
máximo de tres sillas, está sujeta a ajustes y establece el pago mensual
de un 15 por ciento de los ingresos promedio del negocio. Eso incluye
alquiler del local y equipos, e impuesto a la seguridad social.
Los nuevos dueños podrán cobrar los precios que el mercado esté
dispuesto a pagar y esperan hacer buenos negocios en Cuba, donde un
salario mensual ronda los 420 pesos cubanos, el equivalente a unos 12 euros.
Daisy, una peluquera de la provincia de Guantánamo --en el extremo
este de la isla-- comentó que tendría que pagar 738 pesos mensuales
(unos 20 euros) de alquiler. En la provincia de Santiago de Cuba,
también en el este, el promedio será de 1.008 pesos (28 euros) y en
Holguín 1.292 pesos (36 euros).
"Tenemos que pagar el agua, la electricidad y los productos, pero
parece una buena idea", aseguró Daisy, explicando que los empleados
deberán ocuparse de decorar y mantener los locales.
Por su parte, Yordanka, empleada de un salón de belleza en la ciudad
de Holguín --a 730 kilómetros al este de La Habana-- contó en una
entrevista telefónica que "habrá que trabajar duro para sacar una buena
ganancia, pero me gusta la idea".
Barberos y manicuristas deberán pagar menos que los salones de
belleza. En la ciudad de Guantánamo, por ejemplo, el alquiler y los
impuestos serán de 604 y 280 pesos, respectivamente (17 y 8 euros).
Cuba es una de las pocas economías socialistas de estilo soviético
del mundo, donde el Estado controla más del 90 por ciento de la
actividad. Otros países de gobiernos comunistas como China o Vietnam
liberaron hace tiempo su comercio minorista, servicios y pequeños negocios.
PEQUEÑOS PASOS, GRANDES IMPLICACIONES
El actual presidente cubano, Raúl Castro, que reemplazó hace dos
años en el poder a su convaleciente hermano Fidel, promovió la discusión
de ciertos problemas económicos en los medios y los barrios.
El rendimiento del sector minorista ha sido muy criticado por la
mala calidad de los servicios y el robo y desvío de recursos. El
Gobierno ha pedido paciencia mientras experimenta con posibles
soluciones que no impliquen medidas un cien por ciento capitalistas.
En muchos salones de belleza los empleados deben comprar los
productos para trabajar, creando una situación insostenible, lamentó
Mabel, una peluquera en La Habana. "Lo que sí es seguro es que, como
estaba, no servía. Ni era estatal, ni era particular y en definitiva no
funcionaba", agregó.
Phil Peters, un experto del Lexington Institute en Virginia, indicó
que la nueva medida era un pequeño paso con consecuencias potencialmente
grandes. "Si se implementa a fondo, convertiría pequeños negocios
estatales en acuerdos de arrendamiento y cooperativas urbanas", consideró.
"Como los modelos de las cooperativas y el arriendo están ya siendo
extendidos en la agricultura, no parecería haber ninguna barrera
ideológica para aplicarlo en las ciudades", explicó.
El Gobierno cubano absorbió los pequeños negocios en 1968. En medio
de la crisis postsoviética de la década de 1990 legalizó el empleo por
cuenta propia en sectores minoristas como pequeños quioscos de comida,
restaurantes familiares, pedicuristas, barberos y payasos.
Pero en los años siguientes redujo significativamente el número de
licencias. El número de empleados por cuenta propia llegó a unos 210.000
en 1996, según cifras oficiales, pero cayó a 100.000 en 2009. Sin
embargo, muchos cubanos ofrecen servicios profesionales de forma ilegal.
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