Graziella Pogolotti cree que burocracia entorpece la economía y crea
malestar
"Los errores no se superan con autocríticas formales, ni tirando piedras
a quienes ayer se equivocaron", señala la ensayista cubana en el diario
oficialista Granma
EFE, La Habana | 21/07/2011
La intelectual cubana Graziella Pogolotti afirmó en un artículo
publicado hoy en el diario oficial Granma que el "pensamiento
burocrático" y los "pequeños burócratas" entorpecen el funcionamiento de
la economía y son una fuente de "malestar político en el pueblo".
Pogolotti, miembro del secretariado de la Unión de Escritores y Artistas
de Cuba (UNEAC), ensayista, crítica de arte y literatura, miembro de la
Academia Cubana de la Lengua y presidenta de la Fundación Alejo
Carpentier, afirma que "urge cambiar la mentalidad" en un país donde "la
retórica establecida oscurece la formulación de las preguntas adecuadas".
"La conducta del pequeño burócrata entorpece el adecuado funcionamiento
de la economía, la aplicación de los Lineamientos aprobados por el
Congreso del Partido (Comunista, PCC) y constituye una fuente de
malestar político en el pueblo, sometido muchas veces a gestiones
aberrantes, además de provocar una pérdida de credibilidad en las
instituciones", afirma Pogolotti, de 79 años.
La Premio Nacional de Literatura 2005 subraya que "a otra escala los
daños son aun más irreparables y pueden lacerar la continuidad del
proyecto socialista, la pérdida de la soberanía y la caída vertical del
nivel de vida de las grandes mayorías, así como la entronización de la
violencia por la intromisión de mafias de toda índole".
Pogolotti recuerda las críticas realizadas por el presidente cubano,
Raúl Castro, al fenómeno del "secretismo" en el país, que aún así
"parece recrudecerse en todas las instancias, desde la oficina de
trámites destinadas al ciudadano común, hasta aquellas de mayor
jerarquía, requeridas para dar respuesta a cuanto determina la vida de
un centro laboral".
También subraya que "ninguna medida de carácter organizativo logrará sus
propósitos si persiste el predominio de un pensamiento burocrático,
planta parasitaria que esteriliza la creatividad, la auténtica
participación colectiva y el trabajo de formación de las nuevas
generaciones".
"Los errores no se superan con autocríticas formales, ni tirando piedras
a quienes ayer se equivocaron", escribe en su artículo Pogolotti.
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