miércoles, 31 de octubre de 2012

Empresario español implicado en turbios negocios en Cuba

Empresario español implicado en turbios negocios en Cuba

Publicado el Miércoles, 31 Octubre 2012 06:34

Por Wilfredo Cancio Isla



En medio de la cruzada anticorrupción lanzada por el gobierno cubano, el

empresario español Vicente Blasco Amado parece estar protegido por una

bendición oficial que le permite operar turbios negocios y realizar

transacciones bancarias ilegales con absoluta impunidad dentro de la isla.



La sobrevivencia de Blasco como empresario extranjero en Cuba es un

verdadero enigma, según indican testimonios y documentos obtenidos por

CaféFuerte.



Blasco, de 59 años y natural de Valencia, comenzó sus operaciones en

Cuba hacia 1999 a través de la firma Blafer International S.A.,

constituida en Panamá. Está casado con Lourdes María Fernández González,

de 49 años, cubana de nacimiento y naturalizada española.



El negocio consistía en revender autos y motores de segunda mano a las

corporaciones CIMEX y Cubalse al amparo de un contrato de venta en

consignación con la empresa estatal cubana Transimport.



"Era un negocio redondo", afirmó un empleado del Ministerio de

Transporte (MITRANS) al tanto de las transacciones del empresario

español. "Los autos y motores se vendían en Cuba a cinco o siete veces

el precio que pagaba en las 'desguazadoras' de España para adquirirlos".



De acuerdo con la fuente, los autos y motores eran comprados en $300 y

$200 dólares en rastros españoles donde se arrojan los vehículos que

causan baja técnica por más de 10 años de explotación. La tarea de

Blafer International era entonces someter los equipos a una reparación

inicial y enviarlos a Cuba para revenderlos a través de Transimport.



Con el negocio en marcha, Blafer International tuvo que sortear la traba

proteccionista que impuso el gobierno cubano: las compras de autos

debían hacerse a concesionarios establecidos en el territorio nacional.

Blasco ideó entonces sortear la restricción cortando por la mitad los

autos en España para introducirlos en la isla como "piezas de repuesto".



"El trabajo en Transimport era el reensamblaje de los autos para

vendérselos a CIMEX y Cubalse como si fueran autos en traspaso desde una

empresa estatal", dijo la fuente. "Ese era el rejuego".



Se estima que Blasco amasó así casi $4 millones de dólares en unos cinco

años de operaciones.



Los reportes de dos ex empleados de Transimport consultados por

CaféFuerte coinciden en que Blasco obtuvo el contrato de venta en

consignación gracias a sus relaciones con un ejecutivo del Ministerio de

Transporte (MITRANS).



"A cambio [del contrato], Blasco le dio empleo en Blafer International

y le pagaba un salario en dólares por debajo de la mesa", dijo un

testimoniante. "Si eso no es corrupción que venga Raúl Castro a decírmelo".



Fueron infructuosos los intentos de CaféFuerte para localizar a Blasco.

Un correo electrónico a la dirección de Blafer International no fue

respondido.



Sorteando escollos burocráticos



Las operaciones de Blafer International cobraron auge sorteando

regulaciones y escollos burocráticos. En una oportunidad, se le detectó

un lote de autos traídos de España sin la debida documentación legal,

pero el empresario se deshizo del embrollo con una iniciativa de talante

solidario.



Como no era negocio reexportarlos, decidió donarlos al Ministerio de

Salud Pública (MINSAP), con la petición adicional de asignar tres de los

autos a un hospital en el interior del país.



Pero los excesos no pararon allí. Blasco se volvió temerario y compró un

lote de motores de autos Lada en la Oficina de Zona Franca, con

intención de exportarlos a México, volverlos a importar a Cuba y sacar

margen comercial de $500 a cada motor.



"Esa operación de los motores de Lada fue lo que le puso la tapa al

pomo, el hombre se había pasado de la raya", dijo un empleado de

Transimport que vive en Miami.



Se disparó entonces la alarma gubernamental y, a comienzos del 2007,

sobrevino una auditoría que determinó la cancelación del contrato entre

Blafer International y Transimport.



Se suponía que tras la terminación del contrato, Blasco perdía de paso

su permiso de trabajo y su residencia temporal (Carné de Identidad para

Extranjeros No.53051929343) en Cuba, así como su auto Mercedes Benz y el

apartamento alquilado a la firma Cubalse en el exclusivo reparto de

Miramar. Cubalse fue disuelta en el 2009.



Una salida airosa



De acuerdo con las disposiciones vigentes en Cuba, la cuenta bancaria de

Blafer International en el Banco Financiero Internacional (BFI) también

debía cerrarse, pero sigue aún operando en dólares y euros.



Como empresario hábil y previsor, Blasco tenía ya calculada una salida

airosa para permanecer en Cuba.



Acudió a sus contactos en la firma Ingeniería y Comercio, S.A. (ICSA),

constituida también en Panamá y registrada en Cuba como sucursal de

sociedad mercantil extranjera.



ICSA, que tiene su casa matriz en Miramar, es uno de los engendros

empresariales de la llamada "revolución energética" y guarda estrecha

correspondencia con la firma cubana SANFI S.A. para desarrollar y

comercializar productos y servicios vinculados al uso eficiente de la

energía. Su representante legal es Huang Xiaowu, artífice de venderle a

Fidel Castro la idea de aprovechar la energía eólica.



Al parecer, el trato privilegiado que disfruta Blasco en Cuba se debe a

un padrino poderoso, ex funcionario del Departamento América del Comité

Central del Partido Comunista: Emilio Vidal, alias El Chino. Vidal

prestó servicios en Suramérica y se reorientó al mundo de los negocios

bajo la identidad de Emilio Alfonso Sarmiento, que figura oficialmente

como director ejecutivo de ICSA.



Alfonso Sarmiento no pudo ser contactado durante esta investigación. Un

correo electrónico enviado a una dirección de ICSA con el servidor ENET

no fue respondido. Otros dos mensajes electrónicos a direcciones de la

firma rebotaron sin recepción del destinatario.



Cambio de firma



El empresario español se valió de la conexión de Vidal con un accionista

chileno de ICSA para traspasar en papeles el Mercedes Benz a una

ciudadana chilena residente en Cuba y proseguir rodándolo (Documento 1).

CaféFuerte obtuvo el documento bancario que indica que los pagos por el

auto al concesionario MCV Comercial S.A. se hacen con cargo a la cuenta

de Blafer International.



Aunque tuvo que cambiar la dirección para casa de su esposa, Blasco

resolvió que ICSA fuera la firma extranjera sucesora de Blafer

International en el alquiler de la vivienda con Cubalse para continuar

ocupándola y utilizándola también como oficina. La casa está ubicada en

la Calle 18 No.120, entre 1ra y 3ra, Miramar, muy próxima a la división

del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) del Ministerio del

Interior (MININT) encargada de supervisar a las firmas extranjeras.



"El hombre parece que está al margen de la batalla contra la corrupción,

porque sus operaciones son visibles", dijo una fuente cercana al

Ministerio de Comercio Exterior (MINCEX) familiarizada con el caso.



Las transferencias bancarias obtenidas por CaféFuerte señalan que Blasco

y su esposa operan como si Blafer existiera aún y transfieren desde la

cuenta corporativa sobreviviente al Banco Metropolitano (BM), que tiene

autorización para cuentas de personas naturales y funciona sólo en La

Habana. Incluso consiguieron que la Jefa de Banca Personal de la

Sucursal 250 del BM, con sede en Línea y Paseo, en el Vedado,

certificara los montos recibidos en dólares y euros (Ver Documento 2 y

Documento 3).



Así pueden extraer dinero por el aeropuerto hacia España y Panamá sin

afrontar problemas con la Aduana General de la República.



Romper el "corralito" cubano



Llama la atención en los documentos consultados que "para gastos

personales de casa" la esposa haya extraído $9,800 dólares el 22 de

septiembre de 2010 (Documento 4) y $9,800 dos días después (Documento 5).



Blasco justifica extracciones como "gastos operacionales" de Blafer

International, algo inadmisible para una compañía clausurada. El 7 de

diciembre de 2010, por ejemplo, extrajo $9,900 dólares y 9,900 euros

(Documento 6 y Documento 7) para tales gastos. Su secretaria, Gisel

Cantillo Becerra, acredita haberlo hecho también (Documento 8).



La fuente vinculada al MINCEX asegura que Blasco Amado se jactaba de

haber roto así el "corralito" que impuso el Banco Central de Cuba (BCC)

hacia el 2009, limitando a $5,000 dólares mensuales las extracciones

para gastos internos de los titulares de cuentas corporativas en el BFI

y en el Banco Internacional de Comercio S.A. (BICSA).



Además, desde la cuenta de Blafer International, Blasco paga a entidades

del propio gobierno, como el Ministerio de Educación Superior (Documento

9) y el Palacio de las Convenciones (Documento 10).



Pero la más sugerente de las operaciones bancarias ilegales de Blafer

International es el "pago de contrato por servicios prestados" al Bufete

Colectivo de Playa (Documento 11).



Accidente y condena



Testimonios de fuentes cercanas al bufete de Playa señalan que Blasco

necesitó un abogado luego de verse involucrado en un accidente con su

Mercedes Benz a comienzos del 2009. Para esa fecha el auto seguía siendo

pagado con cargo a su empresa cerrada.



El accidente ocurrió en el área del Malecón, cerca de la Oficina de

Intereses de Estados Unidos, y Blasco se dio a la fuga tras atropellar a

una mujer. Al parecer Blasco estaba conduciendo en estado de embriaguez.



La víctima falleció y Blasco fue condenado a cuatro años de cárcel, pero

la sentencia no se hizo nunca firme en medio de un dilatado proceso

penal con apelaciones de ida y vuelta ante el Tribunal Supremo Popular.



Una fuente del Tribunal Provincial de Ciudad de La Habana dijo que

Blasco habría pagado a familiares de la víctima para acallarlos, e

incluso propició la visa y costeó el viaje de una jueza cubana a España.



"Ha habido claras infracciones en este caso, es algo que se conoce en

los medios jurídicos aquí", comentó la fuente.



En una evidente violación del reglamento de la Dirección de Inmigración

y Extranjería, Blasco se quedó con su pasaporte español (AD493742), con

fecha de expiración del 17 de agosto de 2015.



En esas circunstancias, también es improcedente que la Fiscalía General

de la República permita que un extranjero encausado por homicidio pueda

operar la cuenta bancaria de una sucursal extranjera cerrada como

resultado de una auditoría.



"Entre jueces y fiscales todo esto ha dejado un mal sabor, porque se

trata de un extranjero que ha podido actuar con absoluta impunidad",

agregó la fuente judicial.



http://cafefuerte.com/cuba/noticias-de-cuba/economia-y-negocios/2246-empresario-espanol-implicado-en-turbios-negocios-en-cuba

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