jueves, 2 de mayo de 2013

Con los números perdidos

Con los números perdidos

Miércoles, Mayo 1, 2013 | Por Osmar Laffita Rojas



LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -Algunas de las razones por las

que se puede tildar de mercantilista al régimen cubano son sus

fracasadas tendencias al control del Estado sobre las principales

actividades económicas y por la priorización de las exportaciones por

encima de las importaciones.



Es el diseño económico que ha prevalecido en Cuba en los últimos 54

años. El régimen ha intentado -sin lograrlo plenamente- desarrollar un

mercado nacional en el que prevalezca la mercancía como medida de valor

y de cambio, y que supla las limitadas reservas de oro y divisas que

atesoran sus arcas.



Es por este neomercantilismo que los gobernantes cubanos continúan en su

fracasada defensa de la presencia del Estado como garante del quehacer

económico de la nación. Los 313 lineamientos aprobados en el VI Congreso

del Partido Comunista están dirigidos a consolidar esa presencia

monopolizadora en todos los asuntos claves de la economía.



No existe ninguna duda sobre este intento de consolidar el

neomercantilismo, pero al contrastarlo con los pobres resultados

obtenidos por las empresas cubanas en su producción de bienes y

servicios, en estos últimos cinco años de gobierno del general Raúl

Castro, queda al descubierto el fracaso de tal apuesta económica.



El mercantilismo, surgido en el siglo XVI, y que nunca se consideró como

una corriente de pensamiento económico, se mantuvo hasta bien avanzado

el siglo XVIII. Hasta que empezaron a surgir los estados capitalistas

modernos, los estados monárquicos tuvieron un total predominio en el

control de la economía.



Calificamos de neomercantilista al régimen cubano porque, para propulsar

el desarrollo económico del país, recurre a las herramientas legales del

proteccionismo más extremo, caracterizado por los altos aranceles a las

importaciones y el estimulo y protección de las exportaciones.



Hagamos un breve inventario del fracaso del neo-mercantilismo en Cuba:

El Estado es el poseedor de las mayores extensiones de tierra

cultivables, pero el pasado año la producción agrícola alcanzada por las

empresas agrícolas estatales fue totalmente desastroso. Tampoco la

mayoría de las empresas estatales productoras de bienes y servicios

cumplieron sus planes en 2012.



El sector azucarero no acaba de solucionar los graves problemas

operacionales y de producción en que permanecen atrapados los 56

centrales que quedan en todo el país, a pesar de que se dispone de

suficiente caña y de un relativamente alto rendimiento de toneladas por

hectárea.



Hubo también el pasado año significativos incumplimientos en las

empresas productoras de materiales de la construcción, de la industria

del níquel, así como la alimentaria y la textil. También se registraron

significativas caídas en la industria química y en la extracción de

petróleo. Las empresas de transporte registraron también, en 2012,

notables caídas en el traslado de carga y pasajeros.



En general, las empresas cubanas registran una alta descapitalización,

por el acelerado deterioro de su parque industrial y de transporte. Las

pocas producciones que alcanzan, son poco competitivas, tanto en el

mercado internacional como en el de frontera, por su poco valor agregado.



La sustitución de importaciones no ha tenido los resultados esperados.

En los últimos cinco años, el Estado cubano ha destinado un promedio

anual de 1 500 millones de dólares para la importación de alimentos, que

en su mayoría se pueden producir en Cuba.



Debido a la apuesta por la planificación y no por el mercado, ha

fracasado estrepitosamente el neo-mercantilismo que hoy aplica el

gobierno cubano.



ramsetgandhi@yahoo.com



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