sábado, 21 de diciembre de 2013

Cuba, ¿un país estático que comienza a moverse?

Cuba, ¿un país estático que comienza a moverse?

Luego de medio siglo de gobierno comunista, el tiempo parece congelado,

pero otros dicen que el ritmo de la vida se ha acelerado mucho en los

últimos tres años

diciembre 20, 2013



En Cuba, todo depende del cristal con que se miren las cosas.



Para muchos isleños, los días transcurren lentamente, bajo un sol

abrasador. Luego de medio siglo de gobierno comunista, el tiempo parece

congelado en las fachadas de mansiones coloniales venidas a menos, el

cromo de los automóviles de la década de 1950 y un reloj que no funciona

en el aeropuerto. Y no sienten apuro alguno.



Otros dicen que el ritmo de la vida se ha acelerado mucho en los tres

años que han pasado desde que Raúl Castro exhortó a la población a

apoyar sus reformas "sin prisa, pero si pausa". De repente aumentó el

tráfico en las callas de La Habana. Hay que cumplir con compromisos,

resolver asuntos privados y otras cosas.



"Yo hallo que este año se ha ido más rápido que nunca. Estamos viviendo

tiempos acelerados", expresó Antonio Hernández, un empleado de

mantenimiento de 57 años. "Uno se levanta por la mañana y... ¡ya estamos

en diciembre!".



La sensación de que todo se acelera le recuerda a mucha gente otras

épocas. Los años que siguieron a la revolución de 1959 fueron un período

sumamente agitado, en el que Fidel Castro y sus rebeldes armados

derrocaron al caudillo Fulgencio Bautista y acabaron con su forma de

capitalismo despreocupado.



En poco tiempo Castro nacionalizó las empresas privadas. El nuevo

gobierno comunista movilizó los maestros de toda la nación para poner la

educación al alcance de los más pobres y no mucho después declaró que

había erradicado el analfabetismo. La fallida invasión de Bahía de

Cochinos fue seguida por un embargo económico de Estados Unidos y por la

Crisis de los Misiles.



A los cubanos se les garantizó vivienda, comida, atención médica y

trabajos sin tomar en cuenta su desempeño. Hubo períodos de auge

seguidos por otros de crisis, se fantaseó en torno a la producción

azucarera, se lanzaron aventuras militares en Africa y se forjó un

fuerte vínculo con todo lo que fuese soviético hasta la desaparición de

ese bloque. Acto seguido, la vida casi se detuvo por décadas. La gente

se dejó estar. La producción decayó. El tiempo se tornó estático. Los

resultados fueron por momentos enloquecedores.



Los cubanos pasaron años en listas de espera para conseguir autos y

viviendas, o hicieron cola por horas para comprar alimentos y artículos

para el hogar, a veces sin saber si estaban disponibles. Una lluvia era

razón suficiente para no ir a trabajar en este país tropical.



A algunos ese ritmo de vida les encantó. No había necesidad de manejar

rápido porque no los esperaban en ningún lado. No había apuro por

contestar correos electrónicos porque pocos tenían acceso a la internet

y nadie hubiera dicho que jugar al dominó con amigos un domingo por la

tarde era una pérdida de tiempo, ya que era un hábito que cultivaron por

40 años.



El tiempo se detuvo también en la política. En otros países un cambio de

gobierno a menudo conlleva una nueva era. Los gobiernos de Ronald Reagan

y Barack Obama en Estados Unidos, el de Margaret Thatcher en Inglaterra.

En Cuba llevaban n casi 50 años de gobierno comunista dirigido por Fidel

Castro y sin la menor perspectiva de cambios.



Lo mismo sucede en el ámbito de las relaciones internacionales. Mientras

que Estados Unidos normalizó relaciones con China, Vietnam y Rusia, La

Habana y Washington siguen hostigándose.



En Cuba la revolución es vista como un estado de cosas permanente. La

historia es tratada como una noticia en la televisión estatal, que

transmite con frecuencia las conmemoraciones de aniversarios de

escaramuzas relacionadas con el alzamiento de 1959. La prensa oficial

sigue imprimiendo discursos que Fidel Castro pronunció décadas atrás.

Recientemente, la nota principal del día fue la recreación hecha por un

grupo de jóvenes del viaje de los hermanos Castro de vuelta a Cuba en el

yate Granma en 1956, que casi termina en un desastre pero que a la larga

fue el punto de partida de la lucha armada que derrocó a Batista.



El pasado y el futuro se confunden en un momento histórico: la marcha

triunfal de Fidel Castro a La Habana en enero de 1959.



Pero para muchos cubanos, la vida se ha acelerado desde que Raúl Castro

asumió la presidencia en el 2006, cuando Fidel sufrió un problema

intestinal que casi lo mata. Raúl legalizó las computadoras y los

teléfonos celulares y eliminó las restricciones para que los cubanos

ingresen a los hoteles, pero esperó tres años para anunciar cambios más

radicales, incluidas formas limitadas de mercado libre capitalista.



Se está facilitando el acceso a la internet y la propiedad de

computadoras y teléfonos celulares. Los cubanos pueden tener sus propios

negocios, comprar y vender casas, abrir pequeñas empresas, contratar

trabajadores y viajar al exterior sin tener que someterse a la

humillación de pedirle permiso al gobierno.



"Si a ti te hubieran dicho hace seis años que podrías hacer esto, esto y

esto y haces una listado de todo lo que ha cambiado en seis años en

Cuba, es impresionante", expresó Carlos Alzugaray, veterano diplomático

cubano y prominente intelectual.



Para la nueva clase empresarial cubana, no poder asistir a una cita

puede conllevar pérdidas. Para sus empleados, llegar tarde puede

costarles el trabajo. Algunos aplazan sus vacaciones para administrar

sus pequeños negocios. Otros transmiten mayor seguridad al caminar por

la acera.



"Ahora ves a algunos cubanos --una minoría, en ciertas partes de la

ciudad-- que tienen otra actitud", expresó Gregory Biniowsky, un abogado

canadiense que vive en Cuba. "Los últimos tres años, de repente sientes

que el tiempo se aceleró. Están de apuro, tratando de llegar a algún

sitio. Si lo comparas con la Cuba de los años 70 u 80, nadie tenía apuro

por llegar a ninguna parte".



Aviel Sanmiguel, gerente de 42 años de Doña Eutimia, un restaurante

privado con 18 empleados en la Vieja Habana, djio que le costó

acostumbrarse a la idea de trabajar 15 horas diarias. También le costó

despedir a un empleado que no rendía.



"Cuesta muchísimo, hemos estado paternalizados mucho tiempo", expresó.

"Ahora sé que me tengo que levantar temprano... Si no hago mi trabajo,

se perjudica el cliente y 18 gentes, que son 18 familias y más contando

con toda la gente externa que depende, el florero, el que lava manteles".



Los más inquietos, sin embargo, dicen que los cambios llegan demasiado

lentos. Sí, pueden viajar y comprar propiedades, pero quieren más: más

dinero, más oportunidades, más libertades políticas. El Partido

Comunista sigue siendo el único partido de la isla y las autoridades

dicen que eso no va a cambiar. La economía sigue débil y los disidentes

continúan siendo hostigados y detenidos. Es legal trabajar por tu propia

cuenta pelando frutas o como custodio de baños, pero no puedes ser un

abogado privado. Y Cuba sigue siendo el país con menor nivel de

penetración de la internet y con el servicio más lento del Hemisferio

Occidental.



"¿Cambios? ¿Qué cambios? Lo que quiero es irme de aquí porque estoy

desesperado", expresó Orlando Rivera, de 28 años, quien dice que no

tiene trabajo.



Mientras que Fidel Castro gobernó mayormente por decreto e impulsado por

la fuerza de su personalidad, su hermano Raúl es más considerado. Busca

el consenso, lo que toma tiempo.



Con un nuevo iPhone en la mano, el diplomático Alzugaray, de 70 años,

dijo que le gustaría que los cambios fuesen más rápidos, pero que el

ritmo mesurado de Raúl Castro puede arrojar resultados más duraderos.

"Tiene un sector conservador del cual no puede prescindir", explicó.



En muchas partes de La Habana el paisaje cambia rápidamente. Hay calles

otrora oscuras por las que la gente camina bajo carteles de neón de

nuevos bares, restaurantes y habitaciones en alquiler. En el puerto, un

viejo muelle fue destruido y pronto abrirá una microdestilería.



En casas y negocios hay cada vez más árboles y coronas de Navidad ya que

ese festejo se está popularizando de nuevo en un país que ha sido

oficialmente ateo por décadas. Se están viendo numerosos autos último

modelo europeos y asiáticos que comparten las calles con vetustos

Chevrolet estadounidenses y Lada rusos.



Por mucho que repita la frase "sin prisa pero sin pausa", Castro siente

el ruido de las agujas del reloj. Tiene 82 años y, en una muestra de los

tiempos cambiantes, dijo que se retirará al completar su mandato en el

2018. Apeló ya a la nueva generación al nombrar a Miguel Díaz Canel, de

53 años, como su primer vicepresidente y heredero aparente.



"Quedan un par de granos de arena en el reloj", afirmó Biniowsky, el

abogado canadiense. "Y lo sabe. Si quieren preservar su legado y

mantener viva la idea de la revolución como institución, algo que sigue,

están en una carrera contra el tiempo".



Source: "Cuba, ¿un país estático que comienza a moverse?" -

http://www.martinoticias.com/content/cuba-estatismo-reformas/30392.html

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