jueves, 13 de marzo de 2014

Acaso es suficiente con aceptar el diálogo con la UE?

¿Acaso es suficiente con aceptar el diálogo con la UE?

[13-03-2014 14:32:54]

Elías Amor

Economista



(www.miscelaneasdecuba.net).- Atrás quedan los años del tono duro y

desafiante. Por vez primera desde el derrumbe del muro de Berlín y la

desaparición del "socialismo real", el régimen castrista "acoge con

satisfacción" una propuesta de la Unión Europea para negociar un acuerdo

de diálogo político y de cooperación, planteada el pasado 10 de febrero

en Bruselas. Recuerdo que en 2002 escribí un artículo titulado "Cuba y

la UE: historia de un desencuentro" en el que hacía referencia al

lenguaje soez y al tono desafiante que Fidel Castro y sus voceros

dedicaban a la Unión en sus planteamientos legítimos de apertura

democrática del régimen.

¿Acaso lo sucedido significa que se inicia el levantamiento del veto

impuesto contra La Habana en 1996 por medio de la "posición común"?

¿Puede ello conducir a un proceso de apertura democrática? Dudoso.



Nos podríamos preguntar tal vez, ¿qué es lo que ha cambiado?



Sin duda, muchas cosas. En estos 12 años, Fidel Castro, por ejemplo, ya

no es el encargado de alimentar el debate político en la Isla y agitar a

las masas. Aunque mantiene parcelas de poder incuestionables, su rol ha

quedado subordinado al de su hermano, que trata de mostrar un talante

más moderado y reformista.



Segundo, el régimen necesita recursos económicos de manera desesperada.

Más aun ante el previsible derrumbe de Venezuela. Ya no es el momento de

adoptar posiciones numantinas y autárquicas propias del siglo pasado.

Raúl Castro lo ha entendido y en cuanto ha surgido la oportunidad se ha

mostrado favorable a dar pasos hacia el deshielo de las relaciones

bilaterales con la Unión Europea, incluso cuando no se haga la menor

referencia a un posible levantamiento del veto contra La Habana

establecido en 1996 por medio de la llamada "posición común".



Tercero, el mensaje oculto a Obama. Los grupos de presión y lobbies que

tratan de alterar la política de Estados Unidos hacia Cuba pueden

encontrar un instrumento de palanca para mover conciencias y voluntades,

asumiendo que la Unión Europea ha cambiado de estrategia. El tiempo lo dirá.



Lo cierto es que los años, y las décadas, no pasan en balde. Incluso en

el régimen castrista donde 55 años parecen un instante, no deja de

sorprender que se enfatice por el vocero de relaciones exteriores que

"Cuba acoge con satisfacción la propuesta del 10 de febrero de la alta

representante (Catherine Aston) que significa el fin de las políticas

unilaterales de la Unión Europea sobre Cuba y acepta el inicio de

negociaciones al respecto". Toda una frase para la historia. Que esconde

algunas ideas falsas. Primero que la Unión Europea no pone fin a

política alguna. Y segundo, que las negociaciones van a ser más

complicadas de lo que se prevé.



No deja de ser significativo que el ministro de exteriores castrista

haya pronunciado esta frase un mes después que las autoridades europeas

ofrecieran la vía del diálogo a la última dictadura militar comunista de

Occidente. Los tiempos en el régimen castrista siempre ha sido

patrimonio de los Castro. ¿Por qué ahora iba a ser diferente?



La "posición común" se mantuvo desde 1996 como un instrumento

diplomático que trataba de definir las relaciones entre el régimen

castrista y la Unión. Pero en Cuba, los empresarios europeos no habían

reducido sus planes de inversión, sino todo lo contrario. Los turistas

llegaban a la isla por miles y las oportunidades para cualquier

actuación económica o comercial, siempre que se aceptaran las reglas de

la participación asfixiante del estado, se encontraban disponibles para

cualquiera que quisiera o pudiera invertir.



De ese modo, la "posición común" tan solo actuaba en el ámbito político

e institucional y de manera limitada, al explicitar que Cuba era el

único país de América Latina con que la Unión Europea no había suscrito

ningún tipo de acuerdo bilateral. El comercio y las inversiones fluían

sin parar a la Isla, mientras que el avance democrático y el respeto de

los derechos humanos brillaban por su ausencia. Fue a partir de 2008,

con el gobierno socialista de Zapatero y el ministro Moratinos, que la

Unión inició un camino hacia la cooperación con el régimen que le ha

permitido obtener fondos cuantiosos procedentes del gobierno central,

las Comunidades autónomas e incluso algunos ayuntamientos. En suma,

acuerdos bilaterales de cooperación y memorandos de entendimiento para

el intercambio político entre un espacio de naciones democráticas,

libres y plurales, con una dictadura militar comunista enrocada en sus

posiciones más extremas. Así son las cosas.



Ahora, el régimen asume la invitación europea de "manera constructiva",

aunque aprovechó para recordar que mantienen "plena vigencia los

principios acordados en el 2008, cuando se reinició el diálogo político

entre la UE y Cuba", de respeto a la "igualdad soberana de los Estados",

a las leyes vigentes en ambas y a la "no injerencia en los asuntos

internos de los Estados". En ese contexto, el vocero castrista ha

afirmado que el régimen estaría en disposición de discutir "cualquier

tema", "incluidos los temas de derechos humanos sobre los cuales tiene

muchas preocupaciones de lo que acontece en diversos países europeos".



Enunciados de estas características son una novedad histórica en el

castrismo. Por su parte, la Unión Europea ha respondido, a través de una

nota diplomática emitida por la delegación de La Habana, que recibe "con

gran satisfacción la decisión positiva del Gobierno de Cuba y que el

proceso se iniciará "cuanto antes (…), con espíritu constructivo y de

respeto mutuo".



Hasta el momento, la Unión no ha señalado las directrices que van a

fijar las condiciones del diálogo. No tendría por qué hacerlo. Algunos

países, como Alemania, Polonia y la República Checa, desconfían de

cualquier negociación con la dictadura militar comunista de La Habana, y

se han apresurado a exigir a la comisión negociadora que priorice las

medidas que vayan dirigidas al respeto a las libertades políticas y de

expresión en la isla. En las condiciones actuales, cualquier observador

independiente, no podría asumir como válidos estos planteamientos. Mucho

tiene que cambiar el régimen castrista.



La Unión Europea se lanza a una aventura de final imprevisible. Los

diplomáticos y observadores lo saben. No es fácil negociar con quién no

acepta ceder. Quienes crean que el régimen castrista ha dado un gran

paso aceptando la oferta de la Unión, simplemente se equivocan. Tiempo

al tiempo.



Source: ¿Acaso es suficiente con aceptar el diálogo con la UE? -

Misceláneas de Cuba -

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5321b3863a682e0cd0645ad2#.UyHrgvldUx4

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