lunes, 3 de marzo de 2014

Transición a ritmo de dictadura

Transición a ritmo de dictadura

Demócratas cubanos deben ser más creativos y eliminar la recurrencia de

viejos errores

lunes, marzo 3, 2014 | Jorge Olivera Castillo



LA HABANA, Cuba, marzo -Latinoamérica y ahora la Unión Europa se acercan

a la dictadura cubana sin grandes exigencias. El respeto de los derechos

fundamentales, como requisito para estrechar relaciones con La Habana,

pasa a un plano más distante del que ya tenía.



La prioridad es garantizarle al régimen su supervivencia como garantía

de estabilidad política dentro de la Isla, y tal vez para lograr un

aterrizaje suave hacia alguna forma de gobierno menos autoritaria. Es,

cuando menos, arriesgado afirmar que el punto final de este recorrido

que apenas comienza es la democracia con todos sus atributos.



El socialismo de partido único no va a desaparecer en Cuba por una

revolución cívico-militar. Tampoco parece que su fin esté asociado a una

mesa de negociación formada por personas del actual régimen, la iglesia

católica y los grupos opositores. Si la historia concede la posibilidad

de tal escenario, se conformaría cuando los herederos de la

gerontocracia asuman el mando, en un plazo imposible de determinar.



Quien afirme lo contrario, está, como se dice popularmente, perdido en

el llano. La debilidad de la oposición, en un ambiente social donde la

anarquía hace tiempo dejó de ser una excepcionalidad, es una realidad

que pesa a la hora de definir políticas. Por supuesto que no son las

únicas motivaciones, pero no hay dudas de que han contribuido a que las

cosas discurran a favor del pragmatismo conservador.



A esto habría que añadir la poca importancia de nuestro país en el orden

geopolítico. Sin grandes atracciones económicas ni relevancia

estratégica para los centros de poder mundial, el tema Cuba se disuelve

entre la indiferencia y los enroques de interés bien específico. Nada de

compromisos respecto a una evolución política que supere el

unipartidismo y la imposibilidad de ejercer los derechos fundamentales

sin condicionamientos. Eso vendría asociado al desarrollo de la apertura

económica.



El único gobierno que mantiene una política de confrontación es el de

Estados Unidos, aunque de poco provecho para adelantar la agenda

prodemocrática. El embargo pierde cada vez más efectividad a partir de

una tendencia a la moderación que incluye a importantes sectores

vinculados a la política y la economía de esta nación.



Por momentos parece que las incidencias de los abusos perpetrados por el

régimen caen en saco roto. Salvo unas pocas organizaciones no

gubernamentales, la mayoría de los gobiernos permanecen impasibles ante

las cifras de arrestos arbitrarios, actos de repudio y condenas a

prisión por causas políticas.



Resignarse no sería una buena opción ante la secuencia de hechos

irrebatibles, pero también hay que tener cuidado con las visiones

románticas.



Es necesaria una profunda reflexión en torno a las circunstancias. La

oposición y los miembros de la sociedad civil alternativa que no lo

hagan quedarán en el camino. Hay que insistir en los esfuerzos por ser

más creativos y eliminar la recurrencia de viejos errores que continúan

lastrando los planes prodemocráticos.



oliverajorge75@yahoo.com



Source: Transición a ritmo de dictadura | Cubanet -

http://www.cubanet.org/opiniones/transicion-a-ritmo-de-dictadura/

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