jueves, 24 de julio de 2014

¿Son tan incumplidores nuestros cuentapropistas?

IMPUESTOS

¿Son tan incumplidores nuestros cuentapropistas?
ORLANDO FREIRE SANTANA | La Habana | 16 Jul 2014 - 8:12 am.

Un muestreo oficial entre 30 mil trabajadores, arrojó que el 95%
'subdeclaró' sus ingresos personales correspondientes al período fiscal
2013.
Durante los recientes debates en la Comisión de Asuntos Económicos del
Parlamento cubano se informó de un muestreo a 30 mil trabajadores por
cuenta propia, el cual arrojó que el 95% de ellos subdeclararon sus
ingresos personales correspondientes al período fiscal 2013.
Sin dudas, se trata de una cifra alarmante, que denota serias
deficiencias en el cobro de impuestos. Al declarar los contribuyentes
menos ingresos —inferiores a los esperados—, menos serán los impuestos a
pagar, y menores serán también los ingresos al presupuesto estatal, con
la consiguiente afectación a la labor redistributiva que toda economía
debe acometer en mayor o menor medida.
Ahora bien, más de una interrogante aflora ante aquellos que se hallan
familiarizados con el acontecer económico nacional. ¿Es auténtica esa
cifra de subdeclarantes emitida por las autoridades? Y si así fuera,
¿son los trabajadores por cuenta propia los únicos responsables de
tamaño incumplimiento?
Hay que destacar, en primer término, lo cuestionada que ha sido la
fiscalización de las declaraciones juradas presentadas por los
cuentapropistas al término de 2013. Fue en muchos casos una
fiscalización de mesa, en la que los inspectores calcularon los ingresos
a declarar mediante operaciones matemáticas, sin realizar un estudio de
terreno para aquilatar la situación real de cada negocio.
Buena parte de las apelaciones realizadas por los supuestos
subdeclarantes, a los que les han sido impuestas elevadas multas y
recargos, se basa precisamente en ese arbitrario modo de acometer las
fiscalizaciones. Incluso no faltan opiniones que apuntan a presiones
ejercidas sobre los fiscalizadores —por supuesto, por parte de los
niveles superiores de la economía— con vistas a incrementar los ingresos
presupuestarios, y así mitigar el déficit fiscal que presenta el país.
Por otra parte, si se conversa con cualquier trabajador por cuenta
propia notamos el ambiente de temor con que desenvuelve su actividad; un
temor que lo induce, a menudo como una actitud defensiva, a registrar
menos ingresos que los realmente obtenidos.
En los años 90 las instancias municipales de la Oficina Nacional de
Administración Tributaria (ONAT) celebraban reuniones con los
contribuyentes para explicarles las características de la Declaración
Jurada de Ingresos Personales, así como otros documentos tributarios.
Eran encuentros que generaban cierta confianza entre los
cuentapropistas. Hoy, en cambio, son pocas las explicaciones que los
funcionarios de la ONAT les ofrecen a los contribuyentes para que
cumplan con sus obligaciones fiscales.
La alta carga tributaria que enfrentan mes tras mes los trabajadores por
cuenta propia, podría llevarlos también a subdeclarar sus ingresos
totales al final de cada período fiscal. En los años 90, los
independientes pagaban solamente la cuota mensual fijada para cada
actividad. Con la actual ampliación del trabajo por cuenta propia, al
pago de la cuota mensual se añaden el 10% de las ventas o los servicios
prestados, y el aporte a la Seguridad Social.
La porción de contribuyentes que conoce las particularidades de la
Declaración Jurada no puede menos que experimentar intranquilidad ante
la leonina escala progresiva que determina el impuesto a pagar.
Según datos que hemos podido obtener, el mayor tipo impositivo entre los
países latinoamericanos, como promedio, es del 30%, mientras que el
promedio mundial oscila alrededor del 20,1%. En Cuba el tipo impositivo
mayor llega al 50%. Ese porcentaje se aplica al tramo de ingresos
personales que supere los 50 mil pesos, acudiendo a la referida escala
progresiva. Obviamente, ningún cuentapropista desearía arribar a tales
cifras.
Lo cierto es que, de una u otra manera, las desavenencias
Estado-contribuyentes constituyen un mal augurio para cualquier
economía. La ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, acaba de
informar que, solo en la provincia de Villa Clara, la deuda tributaria
de las personas naturales y jurídicas alcanza los 44 millones de pesos,
y llamó a estimular por diferentes vías "una cultura tributaria de la
cual está carente la sociedad cubana". Pero la Ministra obvió el hecho
de que la cultura tributaria no se alcanza por decreto. Es necesario,
entre otras cosas, una flexibilización de la política impositiva que
fortalezca la confianza de los contribuyentes.

Source: ¿Son tan incumplidores nuestros cuentapropistas? | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1405491179_9526.html

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