El gobierno regresa al monopolio
Los aviones de pasajeros ya no vendrán cargados de mercancías. Se limita
el envío de paquetes.
lunes, septiembre 1, 2014 | Osmar Laffita Rojas |
LA HABANA, Cuba. — A partir de hoy, entran en vigor las resoluciones
206, 207 y 208 de la Aduana General de la República y la 300 del
Ministerio de Finanzas y Precios. Su único propósito es limitar que los
viajeros traigan productos desde el exterior para obligar a los cubanos
a comprar en las desabastecidas y caras tiendas controladas por los
militares. La normative afecta también a los envíos de paquetes desde el
exterior.
El Grupo de Administración Empresarial (GAESA) perteneciente a las
Fuerzas Armadas Revolucionarias, que dirige, controla y administra todo
el comercio mayorista en dólares en Cuba, no podía permitir que su
negocio sucumbiera ante la imparable competencia que le hacían los
pequeños negocios privados dedicados a la venta de productos importados.
Apertura y cierre
La flexibilización de la actividad privada en Cuba empezó a
materializarse con las resoluciones No. 32 de 7 octubre de 2010 y la 33
de 6 de septiembre de 2011 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
respectivamente (MTSS).
La resolución 32 autorizó el desempeño de 83 actividades. Luego, la 33
las amplió a 181. En ambas resoluciones aparecía la actividad de modista
o sastre. Los que poseían dicha licencia la emplearon para justificar la
venta de confecciones textiles, calzado y miscelánea importada.
Este negocio floreció en todas las ciudades y pueblos de Cuba. En los
portales de las casas, en áreas públicas y locales arrendados por las
autoridades municipales que fueron remodelados y convertidos en
boutiques y pequeñas tiendas, se vendían la más diversa gama de
productos comprados en Miami, Quito, Panamá, La Paz y México
Las regulaciones aduaneras permitían la importación no comercial de
hasta 100 libras de mercancía. Esto dio lugar al trasiego hacia Cuba de
artículos de gran demanda entre la población. Principalmente los jóvenes
dejaron de acudir a las Tiendas de Recuperación de Divisas (TRD), porque
en ellas no encontraban ropa a la moda. En cambio, si la encontraban en
los pequeños negocios privados.
En muchos de estos establecimientos privados, los clientes encargaban el
producto que necesitaban y el dueño les garantizaba que en una semana
podían venir a recogerlo. Esto ocurría con la ropa, el calzado,
herrajes, teléfonos móviles, cosméticos y bisutería en general. Un año
después de la entrada en vigencia de la Resolución No. 33, más de 90 mil
personas, entre dueños y trabajadores contratados, estaban involucradas
en la venta de productos importados.
Adiós a las mulas
Las personas que se ocupaban de traer esa mercancía eran cubanos que se
desempeñaban como "mulas". Luego se incorporaron a este lucrativo
negocio, los "cubañoles" (cubanos con nacionalidad española recién
adquirida). Se les contrataba para realizar compras en el exterior. Esta
labor algunos la realizaban hasta dos y tres veces en el mes.
La Terminal 2 del Aeropuerto Internacional "José Martí", de La Habana,
más que una terminal de pasajeros parecía una transitoria de carga por
los altos volúmenes de mercancías que declaraban los pasajeros
procedentes principalmente de Estados Unidos. Los aviones de pasajeros
que venían de Miami, se convirtieron en aviones mercantes.
La oferta de los miles de pequeños negocios particulares que existían en
toda Cuba, provocó la estrepitosa caída en las ventas de las TRD y el
crecimiento de los inventarios en sus almacenes. El gobierno no podía
permitirlo.
El negocio privado
La actividad privada no es prioridad del gobierno cubano. El 26 de
septiembre de 2013 entró en vigor la Resolución No. 42, que amplió a 201
las actividades que se podían ejercer, pero dejó claro que a aquellos
con licencia de modista o sastre, se les prohibía la comercialización de
ropas de fabricación industrial o importada.
Como los inventarios en poder de los dueños de los pequeños negocios
dedicados a la venta de productos importados eran bastante voluminosos,
el gobierno les concedió un periodo de gracia para que pudieran vender
hasta el 31 de diciembre de 2013. De esa fecha en adelante se prohibió
este negocio.
Con esta acción legal contra los pequeños empresarios privados y los que
laboraban como trabajadores contratados, quedo claro que al gobierno le
importaba un comino que miles de personas quedaran sin empleo.
Las visitadoras a domicilio
Todo parecía indicar que la venta de artículos importados había llegado
a su fin. Pero el negocio continuó, aunque de manera encubierta. Surgió
la figura de las visitadoras, que vendían a domicilio, los encargos de
sus clientes.
La Terminal 2 del aeropuerto de La Habana, continuó como centro de
recepción de carga y los aviones mercantes realizaban ente 10 y 12
vuelos diarios de Miami y Tampa con destino a Cuba.
En el 2013, el valor de las mercancías importadas, principalmente de
Estados Unidos, ascendió a 3 506 millones de dólares.
Como las tiendas del estado siguen sin poder competir con los vendedores
privados, el gobierno decidió cortar por lo sano y para complacer una
vez más a los militares del GAESA, puso en vigor las resoluciones 206,
207 y 208 de la Aduana General de la República y la 300 del Ministerio
de Finanzas y Precios.
Como el gobierno es incapaz de competir recurre nuevamente al monopolio,
lo único que siempre ha sabido hacer. Los aviones de pasajeros con
destino a Cuba ya no vendrán cargados de mercancías.
origenesmadiba@gmail.com
Source: El gobierno regresa al monopolio | Cubanet -
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