McDonalds controlados por el Partido Comunista
"Ni tú ni yo, ni nadie que no sea militar o seguroso va a dirigir esas
empresas yanquis"
lunes, febrero 23, 2015 | Ernesto Pérez Chang
LA HABANA, Cuba. -De normalizarse las relaciones entre Cuba y los
Estados Unidos, numerosos empresarios norteamericanos estarían
dispuestos a invertir sus capitales en la Isla. Es lo que vienen
reiterando las noticias en todo el mundo. Por la premura que demuestran
algunos, ni siquiera esperarían a un cambio en las leyes cubanas sobre
las inversiones y el comercio, disposiciones que, a juzgar por el número
de firmas extranjeras que año tras año han decidido retirarse de la
aventura inversionista, el gobierno cubano suele interpretar y aplicar
siempre a su favor y en detrimento de la contraparte.
De llegar al punto de un comercio pleno con los Estados Unidos, tan
deseado por los gobernantes cubanos, urgidos de dinero para continuar
"construyendo el socialismo al precio que sea necesario", y de
mantenerse el estado actual de las cosas, algunos sectores tanto de la
oposición como de la oficialidad pudieran preguntarse si los empresarios
del norte tendrían que aceptar la colaboración con un sistema político
que en cuestiones laborales se convierte en intermediario forzoso entre
las empresas y los trabajadores.
Teniendo en cuenta la tajada de más del 90 por ciento de los salarios y
los métodos que usa para seleccionar el personal a contratar, se pudiera
afirmar que más que un mediador, al Estado cubano sería mucho más justo
compararlo con una especie de señor feudal.
Sin embargo, para muchos cubanos, más preocupante que la extorsión a que
el gobierno somete a los trabajadores al incautarle casi la totalidad de
los salarios, es saber si, llegado el momento, continuará el actual
sistema de privilegios y selectividad por el grado de lealtad a la
revolución y al socialismo.
El Partido Comunista dentro de las empresas estadounidenses
"No me imagino a un cuadro de dirección del Partido [Comunista] o a un
coronel de las Fuerzas Armadas dirigiendo un McDonald´s o siendo un
gerente de una sucursal de la Coca-Cola, pero eso es lo que viene",
responde Manuel Ramírez, un trabajador de 52 años, cuando se le pregunta
cómo avizora un futuro de relaciones normales con los Estados Unidos.
"Me gustaría ver qué cara pondrían los yanquis cuando les digan que a
las 10 de la mañana hay que cerrar el negocio porque hay un mitin del
Sindicato para ir a echarle flores a Camilo o que los trabajadores deben
ir a una reunión del Partido, o que debe enviar a un grupo de gente a
gritarle cosas a las Damas de Blanco. Es como para morirse de la risa",
bromea Manuel para después agregar: "Yo no sé cómo va a ser la cosa,
pero puedes apostar lo que quieras a que ni tú ni yo, ni nadie que no
sea militar o seguroso [en la jerga popular, se dice de los oficiales
del Minint e informantes o colaboradores del gobierno], va a dirigir
esas empresas yanquis. No hay que pecar de ingenuos. Si para un
trabajito cualquiera te piden un aval del CDR, para trabajar con los
americanos te van a pasar hasta por el detector de mentiras".
En la actualidad, acceder a un cargo de dirección o a un empleo de
relativa importancia en cualquier empresa cubana, requiere de un aval de
las llamadas "organizaciones políticas y de masas". En Cuba, nadie ni
por libre voluntad ni por sus capacidades físicas o intelectuales puede
aspirar a un puesto de trabajo estatal bien remunerado si antes el
gobierno no lo somete a un examen acerca de su "idoneidad política e
ideológica", donde el mayor grado de confiabilidad lo ostentan los
oficiales de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior, seguidos
por los llamados "cuadros de dirección" del Partido Comunista, a quienes
se les entrena en una escuela especial y, hasta en algunos casos, se los
somete a rigurosas verificaciones por parte de los órganos de la
Seguridad del Estado.
A Michel Prendes, que actualmente se desempeña como chofer en una
cooperativa agropecuaria, le negaron un empleo en la Zona de Desarrollo
del Mariel tan solo porque no tuvo una verificación favorable en su CDR.
Según nos asegura, el Jefe de Vigilancia de la cuadra donde vivía, en el
municipio de Jaruco, lo declaró con "problemas ideológicos" tan solo
porque se había negado a realizar las llamadas "guardias cederistas":
"Me dieron el bate por el problema de las guardias. Yo y ese tipo no nos
llevamos bien. Él sabía que a mí me hacía falta esa pincha [trabajo] y
me jodió. Yo no sabía que me iban a verificar en el CDR, a mí eso jamás
me pasó por la cabeza. Yo pensé que eso ya ni se hacía y mira, me
jodieron. Si me dijeran que yo aspiraba a dirigir o algo de eso, pero
era para una simple plaza de chofer. […] Todo el mundo sabe aquí que los
que dirigen todos son militares, algunos son los más corruptos, pero
nadie los verifica".
¿Es real el empoderamiento al cubano?
En la actualidad, se puede afirmar que el ciento por ciento de los
ministros, viceministros, directores, gerentes y presidentes de los más
importantes ministerios, organismos y empresas nacionales o mixtas (o de
capital extranjero) son o han sido militares de mediano y alto rango,
dirigentes partidistas de los niveles provinciales y nacionales o
personas que guardan alguna relación de familiaridad o de consanguinidad
con los principales dirigentes del país.
Desde la perspectiva de una destacada escritora cubana y profesora
universitaria, que no desea ser identificada: "De establecerse en el
futuro inmediato una empresa cubano-norteamericana tal como existen hoy
con otros países, sin dudas se revelaría una cadena de contradicciones
entre la voluntad de –según palabras del presidente Barack Obama–
"empoderar al pueblo cubano" y "facilitar una transición democrática en
Cuba", por un lado, y las facilidades para que la revolución se
fortalezca y, por ende, se legitime aún más".
De manera directa en sus intervenciones públicas y discursos sobre el
proceso de restablecimiento de relaciones con los Estados Unidos y la
eliminación del embargo, Raúl Castro ha reiterado lo que espera de una
futura normalización: el fortalecimiento económico de la revolución. El
gobernante cubano sabe que un considerable ingreso de dólares le
aseguraría a la dinastía insular unos cuantos años más en el poder y le
proporcionaría el capital suficiente para garantizar tanto a sus
familiares como a los principales y más fieles seguidores una solidez
económica como única garantía para mantenerse con vida en las más
desfavorables circunstancias de cambio político.
A la luz de los más recientes acuerdos con Rusia y a sabiendas de que
fueron las viejas academias militares soviéticas el caldo de cultivo de
las mentalidades castrenses de la isla, no hay que perder de vista que
no son las experiencias del comunismo-capitalista chino el que nuestros
militares observan con embeleso sino el feliz desenlace de los rusos en
los años 90 cuando numerosos generales y agentes de la KGB terminaron
transformados en empresarios exitosos, dueños de inmensas fortunas y
hasta en prominentes figuras de la política internacional.
Aunque pudiera parecer insignificante y, como consecuencia de tantos
años de totalitarismo, algunos lo asuman como un proceso normal e
insignificante, en Cuba el sistema de avales para acceder a un puesto de
importancia funciona como un pacto de lealtad y complicidad entre el
gobierno, las empresas y los trabajadores, y nada parece insinuar que
desaparecerá.
Source: McDonalds controlados por el Partido Comunista | Cubanet -
http://www.cubanet.org/destacados/manager-de-mcdonalds-y-militante-del-partido/
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