Maneras de arruinar a un horticultor disidente
El procedimiento de acoso contempla cambios de agentes, para que el
esquema de demolición del activista no dé oportunidades de conocer a nadie.
Jorge Ignacio Pérez
marzo 17, 2015
Hace aproximadamente un mes (ocurrió el 19 de febrero pasado), al
agricultor Erlán Driggs Batista, de Buenaventura, Holguín, le
intervinieron insumos de trabajos; entre éstos, materiales químicos y
una turbina de agua.
No es la primera vez que ocurre. Desde hace dos años, cuando se
incorporó a la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), organización opositora
al Gobierno, Driggs Batista está siendo acosado en sus propias tierras.
El método se basa en perjudicar sus cosechas utilizando a terceros que
se introducen por la noche en las plantaciones, haciendo un daño
material –y emocional– muy fuerte.
Driggs Batista, de 47 años de edad, lo narró en otra ocasión para los
reporteros de UNPACU, con los tomates picados en las manos. Se le notaba
la angustia, más bien la impotencia, al comprobarse solo en aquellas
tierras que heredó de su familia; un sustento también para sus hijos
cuando tuvo que dejar un oficio anterior, también por acoso. Es
informático convertido en agricultor. Pero "su pecado" ha sido, durante
los últimos años, enrolarse en la oposición pacífica.
La emoción que le produce hablar de sus hijos le rompe la voz en
pedazos. No es para menos.
Su vida ha ido de desgracia en desgracia. Dice que la policía política
(lo que en Cuba se conoce como Seguridad del Estado) logró captar a la
madre de sus hijos y, mediante el reclutamiento pasivo, la mujer se fue
alejando hasta que sobrevino un divorcio.
El programa Contacto Cuba, de Radio Martí, lo entrevistó esta semana
para recabar un criterio acerca de la extorsión que están sufriendo
campesinos no afines al Gobierno. Campesinos con tierras en usufructo a
quienes les retiran su actividad sin mediar documento escrito, y otros,
como Erlán, que trabajan en tierras propias.
A él le iba bien con las hortalizas, comenta, hasta que la policía
política se enfocó en su vida. Le cuesta recordar nombres de agentes,
pero sí habló de un tal Douglas, de Banes. El procedimiento de acoso
contempla cambios de policías, para que el esquema de demolición del
activista no dé oportunidades de conocer a nadie.
Erlán Driggs se encuentra solo en un proceso que le está destruyendo
lentamente. No tiene siquiera un teléfono. La conversación tuvo lugar
gracias a una línea suministrada por un familiar cercano.
Él vive con su hijo varón, Jonathan, de 15 años. Lo cuida y le explica
con claridad todo lo que sucede. Según narró Erlán, su hijo tiene que
caminar 16 kilómetros diarios para asistir a la escuela, 8 kilómetros
por trayecto. En la escuela, para colmo, le hacen mobbing, un sistema de
acoso moral muy común hoy en el mundo pero no por razones políticas,
como es el caso de Jonathan.
En Cuba, ser hijo de un opositor político es un estigma, nos confirmó el
activista de UNPACU.
Lo de su hija Anai es mucho más fuerte de llevar: 10 meses sin verla,
viviendo en el mismo municipio. No hay un juez capaz de dictar una
custodia compartida cuando se trata de disidentes. Hasta ese punto no
llega la judicatura en la isla. Un juez que intervenga, basado en la
ley, en el código penal, podría perder su empleo.
Es por esto que el horticultor Erlán Driggs Batista se halla perdido,
sin cosecha y si parte de su familia. No puede demostrar nada en un
tribunal ni en la policía más cercana. Sería ignorado.
Los tiempos deben cambiar para que su oficio –cultivar cebollas y
tomates– no haga sitio en los planes de la policía política; ya no
vender los productos sin licencia, que sería el pretexto de quienes lo
vigilan, sino simplemente cultivar en paz.
Aun así, asegura, seguirá sembrando.
Source: Maneras de arruinar a un horticultor disidente -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-campesino-cosecha-arruinar-unpacu/88956.html
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