sábado, 22 de agosto de 2015

En defensa de los trabajadores por cuenta propia

En defensa de los trabajadores por cuenta propia
[21-08-2015 17:04:26]
Elías Amor
Economista

(www.miscelaneasdecuba.net).- Hace unos días, Orlando Freire destacaba
en un artículo en DDC las críticas que con frecuencia se pueden leer en
la prensa oficialista del régimen contra los trabajadores por cuenta
propia. Críticas que se concentran fundamentalmente en los precios de
los bienes y servicios ofertados por los trabajadores por cuenta propia
y en el libre juego de la oferta y la demanda en la formación de los
precios.
El diseño de una economía de base estalinista con un sector privado
dependiente del estado está en la esencia de los llamados
"Lineamientos". Allí se sustentan ideas que no dejan mucha esperanza
para cambios en las instituciones que regulan el funcionamiento de la
economía castrista: la empresa estatal socialista seguirá siendo el eje
del sistema y la planificación central de la economía se mantendrá sin
que los derechos de propiedad pasen a estar plenamente reconocidos.


En ese contexto, se antoja que la tarea de los trabajadores por cuenta
propia, parece ciertamente difícil. Convertidos en una parte marginal
del sistema, no resulta extraño que el régimen acometa sus ataques
llegando a afirmar que "actúan según las leyes de la selva".

Las críticas del régimen a los trabajadores por cuenta propia son
interesantes porque abren un espacio desconocido en la homogénea
realidad estalinista de la economía cubana. Que se hable de los nuevos
emprendedores cubanos hasta en las Comisiones Permanentes de la Asamblea
Nacional del Poder Popular, es una muy buena noticia.

Sin embargo, las críticas son injustas. Y desde luego, esconden parte de
la verdad. El trabajo por cuenta propia se desenvuelve en unas
condiciones difíciles, que ha recibido nuestro análisis en diversas
ocasiones. Desde impuestos elevados, a la inexistencia de mercados
mayoristas en los que comprar materias primas, las dificultades para
contratar libremente trabajadores, la falta de un sistema bancario y
crediticio, o la asfixiante presión de las declaraciones juradas de
ingresos personales. Todo ello hace que la complejidad de la actividad
desborde los estándares internacionales.

Ya no es solo una cuestión de precios elevados, que refleja el
deficiente funcionamiento de las leyes de la competencia, por propio
interés del régimen. Es la ausencia de un marco jurídico adecuado para
el desarrollo de unas actividades que, en cualquier otro país del mundo,
solo pueden crecer, generar riqueza y empleo, beneficios y
sostenibilidad a medio y largo plazo. El pequeño sector del trabajo por
cuenta propia en Cuba no podrá experimentar esta evolución, porque al
régimen no le interesa. Y el estado socialista hará todo lo posible por
evitar que se consolide porque le temen.

Se queja el oficialismo de precios elevados. Incomprensible. Si los
trabajadores por cuenta propia se dirigen a un mercado en el que los
sueldos medios no superan los 24 dólares al mes, los precios deberían
ajustarse a ese nivel de poder adquisitivo. Si suben, la demanda será
menor, salvo que se encuentre estimulada por unas remesas procedentes
del exterior que, en las condiciones actuales, son las que permiten a
los cubanos superar las graves carencias de su economía. El régimen
considera a as remesas la única tabla de salvación, y ha adoptado
medidas concretas para facilitar que los recursos procedentes del
exterior reviertan sobre la economía. Los trabajadores por cuenta propia
podrían conseguir una participación importante en ese flujo de renta,
pero el régimen no hace otra cosa que cerrarles el paso.

Otro ejemplo. La dualidad monetaria. ¿Por qué el régimen no pone fin
cuanto antes a esta práctica que viene creando no pocos problemas en el
funcionamiento de la economía? La respuesta es clara. Con las dos
monedas, resulta más fácil mantener el control sobre los trabajadores
por cuenta propia, focalizando sus actividades en el sector de la moneda
fuerte cuyas dimensiones son bien conocidas. De ese modo, no existe
posibilidad alguna de ejercer un efecto tracción sobre la economía
subvencionada y de naturaleza ineficiente. Los trabajadores por cuenta
propia recurren en mayor medida al aprovisionamiento procedente del
exterior, vía "mulas", que a la producción nacional. El régimen no
interviene. La dualidad monetaria supone mayor nivel de complejidad
administrativa e incurrir en unos costes de gestión que, con una sola
moneda, no deberían existir.

No obstante esas evidencias, la prensa del régimen ya ha tomado partido
en contra de los trabajadores por cuenta propia. El oficialismo
castrista se pierde en alegatos contra los precios elevados o la
presunta desprotección de los consumidores. Eso es lanzar bombas de humo
para ocultar los verdaderos problemas. Hay que proteger a los nuevos
trabajadores por cuenta propia, se necesita crear un marco adecuado para
el desarrollo de sus actividades y rebajar la presión. Los mecanismos de
regulación se deben adaptar a las necesidades de los nuevos
emprendedores. Si ello no ocurre, pronto aparecerán las reivindicaciones.

Source: En defensa de los trabajadores por cuenta propia - Misceláneas
de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/55d73dfa3a682e10a03a78fc#.VdhhQPaqqko

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