Bienvenida aunque tardía
REINALDO ESCOBAR, La Habana | 30/12/2015
Entre las sorpresas que ha traído el último período de sesiones de la
Asamblea del Poder Popular puede mencionarse el anuncio hecho por la
ministra de Finanzas y Precios, Lina Pedraza, quien aseguró que a partir
de 2016 quedarían exonerados de impuestos sobre sus utilidades las
Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) no cañeras y las
Cooperativas de Crédito y Servicio (CCS), siempre y cuando más de la
mitad de sus ingresos provenga de sus producciones agropecuarias. El
anuncio ha sido recibido con beneplácito, aunque son muchos los que
creen que dicha medida debió implantarse hace mucho tiempo y no como una
solución coyuntural.
La sorpresa se hace más sorprendente, valga la redundancia, cuando están
incluidos los propietarios y usufructuarios de tierras del sector no
cañero que en este caso quedan libres del gravamen anual sobre los
ingresos personales. Liberar a los que siembran y cosechan de toda la
contabilidad que implican estas declaraciones y con ello aceptar que el
que más produce ganará más, pudiera ser beneficioso no solo para los que
están con los pies y las manos sobre la tierra, sino pudiera abaratar, a
largo plazo, los precios de los productos agrícolas, una demanda
omnipresente en todas las asambleas de rendición de cuentas de los
electores ante su delegado.
Finalmente se anunció la exoneración del pago del impuestos por la
utilización de la fuerza de trabajo al personal contratado directamente
a la producción. Esto pudiera beneficiar tanto a cooperativistas,
usufructuarios y propietarios, pues en momentos picos de la cosecha o de
atenciones al cultivo, se hace imprescindible buscar mano de obra
ocasional. El éxodo de zonas agrícolas –especialmente de jóvenes– se
debe, entre otras razones, a las limitaciones burocráticas que no
permiten el libre movimiento de la fuerza de trabajo e inciden en el
fenómeno de convenios fantasmas donde los jornaleros carecen de todo
derecho y protección.
Desde hace mucho tiempo, incluso desde posiciones tenidas por
opositoras, se ha estado reclamando que aquellos que producen alimentos
para la población debieran quedar liberados de cargas impositivas, lo
que podría contribuir a incentivar la producción y garantizar la
alimentación. De aplicarse tal y como se anuncia, se eliminaría entre
los productores de alimentos agrícolas el temor a ganar dinero que se
sustenta en la aplicación de impuestos que pueden vampirizar de forma
creciente a quienes declaran ganancias más altas.
La medida pudiera evaluarse como un paso pragmático, pero también como
una concesión ideológica a la obsesión de que los campesinos no se
enriquecieran, típica secuela de los tiempos del fidelismo clásico.
Source: Bienvenida aunque tardía -
http://www.14ymedio.com/blogs/desde_aqui/Bienvenida-tardia_7_1916878294.html
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