domingo, 24 de abril de 2016

Martín Guevara - "En Cuba todos los negocios particulares, sin excepción, son mejores y más lindos que los estatales"

Martín Guevara: "En Cuba todos los negocios particulares, sin excepción,
son mejores y más lindos que los estatales"
Por: Claudia Peiró cpeiro@infobae.com

Es una de las "venganzas" de la gente contra el régimen, dice el sobrino
del Che, luego de pasar unas semanas en la isla, donde había vivido en
los 70. Sus impresiones sobre la visita de Obama y la reaccción de Fidel

Una clase dirigente "dinosauria" que todavía no muestra la generosidad
suficiente para abrir el juego a todos los sectores, liberar las
energías de una sociedad contenidas durante décadas y habilitar así el
desarrollo económico social tanto tiempo postergado: esa, dice Martín
Guevara, es una de las mayores rémoras en un país que tiene sin embargo
muchas ventajas para salir adelante.

Martín Guevara emigró a Cuba con su familia siendo un niño, a los diez
años, en 1973. Vivió más de una década en la isla, tiempo suficiente
para decepcionarse. Esa experiencia quedó plasmada en un libro,
publicado en el año 2014.

El mes pasado, el fallecimiento de un familiar muy cercano, lo obligó a
regresar a la isla. El destino quiso que coincidiera su viaje con la
llegada de Barack Obama. Desde España, donde reside, compartió con
Infobae su análisis de una visita que logró sacar a Fidel Castro de su
retiro...

—Viviste varios años en Cuba, parte de tu infancia, adolescencia y
juventud, y ahora tuviste la oportunidad de volver. ¿Cómo es esta Cuba
comparada con la que conocías?

—Yo viví allá desde el 73 hasta el 83 y del 86 al 88 y ahora tuve que
regresar por el deceso de un familiar cercano y estuve atendiendo eso,
pero también tuve la oportunidad de andar por La Habana y escudriñar en
las cosas que más me interesaban, la gente y lo que expresa. En aspectos
formales, ha cambiado mucho; en el fondo de la cuestión, no. Da la
casualidad de que recientemente también estuve en Rusia, en lo que era
la Unión Soviética, y allí el poder lo siguieron ostentando las mismas
personas que lo habían tenido, lo que es lógico porque tienen vocación
de poder, conocen sus entresijos, porque en sus agendas figuran los
teléfonos de todos ministros del mundo, y en las de los disidentes no.
Por otro lado, a las empresas del resto del mundo no les interesa que en
Cuba o en la ex URSS pase a gobernar una persona con moral intachable;
les interesa gente corruptible, entonces está bien que los sucesores
sean los hijos de Raúl y tal. Encontré entonces más parentesco con Rusia
que con China, aunque formalmente se parezca más a China, porque Cuba
mantiene el Partido Comunista, mantiene al líder que hizo la revolución
–fue Fidel (Castro), pero (su hermano) Raúl también estuvo desde el
Moncada (1953)- y sin embargo va abriendo el mercado y permitiendo un
capitalismo de Estado. La transición cubana viene más parecida a lo de
Rusia. Quizás terminen abriendo el juego a distintas posibilidades de
manifestaciones políticas, de nuevos partidos, pero como un barniz, sin
abrirles el grifo de la financiación, con lo cual es casi imposible que
alguien pueda comunicar su política a toda la isla.

—¿Cuál es el ánimo político de los cubanos hoy?

—La principal "venganza" de la gente es que no le importa un bledo la
política, no quieren saber nada, y por primera vez tienen la posibilidad
de hablar de dinero sin hablar de política. No pueden hablar mal del
sistema pero pueden no hablar y dedicarse a buscar dinero. Este castigo
tiene doble filo, porque Cuba va a necesitar que su población crea en
algún proyecto en algún momento. Pero las nuevas generaciones están muy
lejos de sentir que unidas pueden lograr algo y he ahí que la disidencia
esté tan atomizada, tan diseminada.

—Esa es una incógnita: ¿por qué, aunque haya críticas en términos
individuales, colectivamente en Cuba se ve resignación?

—Es una de las cosas que investigamos desde hace tanto tiempo: cómo las
dictaduras mal llamadas de izquierda han inducido a las personas a la
autocensura. Aparte de la gran represión que implica tener en cada
cuadra un comité [Comité de Defensa de la Revolución, CDR], y al haber
secuestrado al terminología del bien -el campesinado, el proletariado,
la solidaridad, la revolución-, han logrado crear una sensación de
culpabilidad en el que se rebelaba. No sabemos por qué en Alemania
prefirieron saltar un muro, aún a riesgo de ser baleados, antes que
unirse para cambiar algo. En Rusia, un amigo mío se escapó del ejército
atravesando todos los montes hasta Viena, y ahora cuando lo visité
hacíamos esa reflexión: ¿cómo la gente prefiere pasar esos riesgos, el
frío y las balas, el muro y las balas, y en Cuba arrojarse al agua,
antes que organizarse para pelear? No tengo la respuesta.

—El bloqueo interno, del que nadie habla, el informativo –un solo
diario, televisión estatal, Internet muy incipiente-, ese total
monopolio de los medios por la elite en el poder, ¿se está resquebrajando?

—Se está resquebrajando por eso que mencionaste al final, la incipiente
Internet, que ahora se va a abrir más y es imposible pararla. Yo fui a
las zonas de wi-fi, donde la gente paga dos dólares por una hora; es muy
caro todavía pero el que quiere y puede está una hora viendo qué pone
Martí Noticias o Infobae o sencillamente viendo cosas del mundo, que es
lo que necesitan allá, recibir información. El que tiene interés, más
allá de divertirse, puede acceder a mucha información a través de
Internet. Tener las opiniones de primera mano, prescindir de los
intermediarios oficiales.

—¿Cómo fue recibido Barack Obama?

—Yo estuve cuando vino y también cuando vino el team de las Grandes
Ligas de béisbol de Estados Unidos, algo que en Cuba tiene un simbolismo
muy grande, y ex profeso me fui antes de la llegada de los Rolling
Stones –reitero que mi viaje fue por motivos de duelo. Pero tengo que
decir que me interesaba mucho más lo de los Rolling, habida cuenta de
que era un símbolo revolucionario de Inglaterra, de más de 40 años,
echándose un careo con otro símbolo de más de 50 años en Latinoamérica;
sólo que unos por el hedonismo, lo lúdico, tienen un significado de
liberación, mientras que el otro es un símbolo de represión. A ver cuál
de esos dos dinosaurios ganaba esa semana... Me interesaba más esa pelea
que el careo Obama-Raúl.

—¿Y cómo resultó?

—Bueno, el careo Obama-Raúl fue muy interesante aunque la gente no tenía
ninguna expectativa. Decían: "Sí, que venga Obama todos los meses",
porque arreglaron la ciudad: fue alucinante, ni con Leonid Breznev [N.de
la E.: jefe de Estado soviético entre 1964 y 1982] vi yo una cosa igual.
Por donde iba a pasar la comitiva, pintaban las caras de los edificios
para que los viese Obama, pero no pintaron los costados ni la parte de
atrás. La gente decía "que Obama se busque una novia y venga todos los
meses". Son los chistes que ayudaron a los cubanos a no tener que
suicidarse en todos estos años.

—Pero decías que el careo fue interesante...

—Sí, cuando llegó Obama, todo el escepticismo desapareció, se metió a la
gente en el bolsillo. Después en el discurso fue duro y a la vez muy
respetuoso, algo que cae bien porque el cubano es celoso de su
soberanía. Pero fue un discurso que puso muy nervioso a Fidel o a quien
sea que le haya escrito el texto que publicó una semana después. Esa
reflexión de Fidel tiene doble destino, va un poco contra Obama pero no
es contra Obama porque éste no lee el Granma sino contra la gente de
Raúl y contra quienes se podían estar entusiasmando con una posible
apertura.

—¿Hay una interna entre los hermanos?

—Creo que sí. Raúl, a la postre, en estos años que ha gobernado, ha
mostrado más pragmatismo que Fidel; él sabe que no puede manejar ninguna
utopía, tiene cero encanto, pues entonces ha sido más práctico, ha hecho
cosas, pequeñas, para disimular, el policía bueno y el policía malo,
como le quieran llamar, pero el día a día de la gente cambió mucho, la
gente está comiendo, puede viajar, ¡puede viajar! eso es increíble,
puede comprarse una casa, un coche, carísimo, pero lo puede hacer.

—¿Se nota un cambio en lo económico entonces?

—Bueno, está aquella cosa que decía (el ex presidente norteamericano
Ronald) Reagan, de la política del "chorreo" [derrame], muy de los
republicanos, eso de que no hace falta el Estado porque al haber ricos
el dinero va cayendo... pues no estoy de acuerdo con eso de que nadie
debe gestionar, pero sí, al entrar dinero, alguien trabaja para el
cubano que abre el paladar (restaurante privado)... Justamente, otra
venganza que se ve es que todos los negocios particulares, todos,
absolutamente todos, sin excepción, son mejores, están mejor atendidos,
más iluminados, más pintados, son más lindos, que los estatales, incluso
los que eran por ejemplo los mejores hoteles.

—¿Se puede imaginar qué le depara el futuro a ese país?

—Cuba tiene varias ventajas, una es que si se solidifica el trabajo de
Obama en pos de un deshielo entre ambos países, volvería a contar con
Estados Unidos como socio en sus correrías en el mercado, además de que
buena parte de los países desarrollados están muy interesados en tener
participación en los cambios de la isla, más creo como un hito, como
símbolo, que por los dividendos que permita recaudar el mercado cubano.
Otra ventaja es que Cuba sólo debe saciar once millones de estómagos, y
además parte de cero en cuanto a que puede elegir el sistema
socioeconómico que más le plazca. Pero por otro lado cuenta con rémoras
como por ejemplo una clase política muy autoritaria, anticuada, una
clase empresarial incipiente pero a años luz de competir con sus colegas
del exterior y un pueblo muy escéptico, desconfiado e incrédulo con todo
proyecto común.

—¿Qué pensás del último Congreso del Partido Comunista (PCC)? Que, nunca
está de más recordarlo, es el único partido político de Cuba...

—¿Sabés que hace añares que en Cuba no se puede usar como referencia en
el tiempo los períodos presidenciales? En Argentina podemos decir "en
tiempos de Alfonsín", por ejemplo, como pasa en cualquier país
democrático, con sus más y sus menos: "cuando asumió Clinton", y así.
Allá las épocas se miden por la iconografía revolucionaria en los
altares del poder. Y en cada congreso del PCC se presenta el debate:
¿qué imágenes deben presidir el escenario? Fueron cambiando según las
intenciones y las conveniencias de cada etapa. Desde el comienzo, Fidel
fue un maestro de la manipulación y de las maniobras palaciegas.
Recordemos que creó el Movimiento 26 de Julio que no se casaba con
ninguna ideología, y cada vez que podía Fidel aclaraba enfáticamente que
él era un revolucionario "no comunista", incluso denunciaba que el
comunismo se plasmaba a través de una dictadura, y que él luchaba para
reinstaurar la democracia. Pero cuando Moscú le prometió el oro y el
moro, pasó a ser un marxista leninista convencido, que desde su infancia
no hacía otra cosa que leer a Lenin. Cuando la URSS cayó, fue más
martiano que marxista, más latinoamericanista que internacionalista
proletario, más bolivariano que leninista. Claro, estaba el petróleo de
la Venezuela de Hugo Chávez.

—¿Y ahora?

—Desde que Raúl tomó la presidencia, siempre bajo la escudriñadora
mirada de su hermano gravemente enfermo pero en absoluto distraído, fue
mostrando de a poco simpatía por el área capitalista y todo ello
concluyó en un clímax histórico, tras besos y caricias con USA y
Francia, con la visita de Obama, su derroche de encanto, su aporte de
esperanzas al pueblo cubano de algo genuinamente nuevo y, como te decía,
un discurso preciso, respetuoso de la soberanía y de los valores
cubanos, pero severo, con ternura de amigos, respecto de las libertades
individuales, de mercado y de asociación y participación ciudadana en la
política interna. Volviendo al Congreso, se sabe la importancia de la
iconografía en las puestas en escena de estos regímenes, y últimamente
habían desaparecido las figuras del comunismo. Era de suponer que,
acorde con el futuro que se pretende, se iban a usar en este VII
Congreso próceres más cercanos a Estados Unidos, pero la alerta ante la
simpatía profunda que despertó Obama, los llevó a replegarse. La
escenificación de este retorno cíclico a un tiempo perenne se hizo
colocando en el altar de las imágenes santorales, con una chapucería que
traicionó la prisa, a Carlos Baliño, fundador junto a Martí de los
mambises [guerrilleros] de la guerra de independencia y treinta años más
tarde del PSP (el Partido Comunista), junto a Julio Antonio Mella, uno
de los precursores del comunismo en Cuba, el segundo que sale en el
cartel, y con un tamaño desproporcionado, en colores, Fidel Castro
cuando aún podía articular un discurso.

—O sea que la visita de Obama los inquietó un poco...

—Y, ante el tsunami de simpatía "Obamense" y la abulia que transmite la
insipidez "Rauliana", decidieron sacar del sarcófago a la momia
"Guarapo" [Fidel], no sólo en imágenes, sino de cuerpo presente en el
cierre del Congreso, en primera fila. Y en las conclusiones,
lamentablemente, dejaron claro que han decidido tomar una actitud
profundamente reaccionaria, bloqueando por 5 años más cualquier cambio
en el sentido que se venía insinuando, con ataques retóricos pour la
gallerie hacia el prematuro y veloz acercamiento a la presidencia de
Estados Unidos y recuperando el lenguaje de trincheras ante la
sorpresiva simpatía que mostró el pueblo cubano por el presidente
norteamericano.

"NO HAY DERECHO A QUE SECUESTREN A CUBA Y LA MANEJEN A SU ANTOJO"

—No significa que se vaya a cortar toda apertura, ¿o sí?

—No, claro que no, por lo bajo siguen firmando todo tipo de contratos
con poderosas empresas norteamericanas de capital ciertamente no
comunista. Pero no hay derecho a hacer sufrir más a la gente. No hay
derecho a que secuestren a Cuba y la manejen a su antojo, destruyendo
una y otra vez, todas y cada una de las riquezas, bajo la excusa de
darle al pueblo precisamente lo que más le han escamoteado: libertad y
progreso. ¿Hay derecho?

—¿Podemos cerrar con una nota optimista? Por ejemplo, si volvés dentro
de diez años, ¿cómo te imaginás que encontrarás a Cuba?

—Tiene todos los elementos para que la encuentre regia, estupenda, con
una calidad de vida alta; otros países no tienen ese potencial. Pero lo
que no me atrevo a asegurar, de verdad, es que su dirigencia actual vaya
a mostrar la generosidad necesaria para abrir el juego a todos los
sectores de la población y que tal desarrollo económico social se haga
realidad.

Source: Martín Guevara: En Cuba todos los negocios particulares, sin
excepción, son mejores y más lindos que los estatales | Cuba, Fidel
Castro, Raúl Castro - Infobae -
http://www.infobae.com/2016/04/23/1806576-martin-guevara-en-cuba-todos-los-negocios-particulares-excepcion-son-mejores-y-mas-lindos-que-los-estatales

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