El hotel Sheraton en La Habana, un negocio con los opresores
Starwood abre el primer hotel administrado por una empresa de EEUU en La
Habana en más de cinco décadas
No es una oportunidad para que los cubanos se ganen la vida sin depender
del gobierno
Tampoco lo es enviar a Shaquille O'Neal como "embajador deportivo a
Cuba" o sumarse al circo de las celebridades
FABIOLA SANTIAGO
fsantiago@miamiherald.com
Sr. Presidente, ¿qué hay de malo con esto?
Starwood Hotels & Resorts Worldwide abre el primer hotel operado por una
empresa estadounidense en Cuba en más de cinco décadas. Pero no es una
compañía conjunta entre una firma norteamericana y un emprendedor
cubano, el tipo que debía beneficiarse de la nueva y amistosa política
de Estados Unidos hacia Cuba. El gigante hotelero estadounidense firmó
un acuerdo con las fuerzas armadas cubanas, propietarias del hotel.
Four Points Sheraton Havana le presta servicios a usted, viajero
norteamericano, de la mano de las mismas personas que reprimen a los
cubanos.
Si la intención del acercamiento es crear oportunidades para los cubanos
de pie, para que se ganen la vida independientemente de su sistema de
gobierno unipartidista, este emprendimiento no pasa la prueba.
Así las cosas, sólo estamos pasando de que los hermanos Castro se
enriquezcan mediante un gobierno totalitario, a que las represoras
fuerzas armadas hagan exactamente lo mismo. Los militares y sus
herederos ya tienen las mejores paladares en Cuba, como en la que
comieron el presidente Obama y su familia. Con este nuevo acuerdo,
también son los únicos socios de negocios de una importante empresa
estadounidense de hotelería.
Lo que veo es que una compañía norteamericana trata de ganar dinero en
contubernio con un régimen represivo. Es la misma ambición, ética
cuestionable y doble rasero norteamericano de siempre. Y en materia de
acercamiento, esto cae en el mismo terreno de los cruceros y la teoría
imaginaria de que si suficientes estadounidenses desembarcan en lugares
selectos y controlados de la isla y siguen una agenda muy estructurada,
de alguna manera Cuba va cambiar mágicamente para mejor.
El Departamento del Tesoro explica que la aprobación del acuerdo de
Starwood por parte del Tesoro es una necesidad. Los estadounidenses que
viajan a Cuba se quejan de la mala calidad de los hoteles del gobierno.
Para hacer que sigan llegando, supuestamente para intercambios con los
cubanos de a pie, hay que darles por lo menos las habitaciones y
servicios que esperan, como los de un Sheraton. Pero, un momento... ¿no
era que iban a la Disneylandia comunista antes que Starbucks y
McDonald's la echaran a perder?
La política debe ser permitir que los viajeros estadounidenses se
empapen de toda la realidad cubana, no protegerlos de ella.
Perdónenme por ser tan franca, pero a mí –a y otros cubanoamericanos que
han apoyado la política de acercamiento de Obama con el objetivo de
mejorar la vida del pueblo cubano– no nos interesan las comodidades de
que disfruten los estadounidenses cuando viajan a Cuba. Si esa necesidad
de comodidad significa seguir oprimiendo al mal pagado trabajador
cubano, si la necesidad de comodidades de los estadounidenses significa
mantener el represivo gobierno cubano como el único empleador en la
isla, si los dólares de esos norteamericanos sólo prorrogan la
supervivencia de la dictadura, entonces que duerman en la playa.
O mejor todavía, quédense en casa de un cubano.
Ya hemos escuchado suficientes historias de estadounidenses que han
viajado a la isla y no han aprendido nada, sólo incorporado propaganda
castrista a sus puntos de visa. Ya hemos enfrentando suficientes
humillaciones, como la disposición de Carnival de hacer cumplir las
represivas leyes del gobierno cubano y discriminar a una clase de
estadounidenses para ser los primeros en conseguir ese contrato de los
cruceros. Ya sabemos que el gobierno cubano vende visas y entonces
cuando algún viajero que llega no les conviene, lo obligan a regresar
desde el aeropuerto, sin devolverle el dinero.
No, nombrar a Shaquille O'Neal "embajador deportivo a Cuba" no ayuda a
los cubanos de a pie a ganarse la vida fuera del gobierno y de su
llamada economía centralizada.
Más circo de celebridades, nada de cambios.
El gobierno cubano sigue violando los mismos derechos humanos que
cínicamente prometió respetar en presencia de líderes mundiales y foros
como las Naciones Unidas.
A las Damas de Blanco las siguen reprimiendo violentamente los gorilas
del régimen cubano, algunas veces a la vista de los turistas. Ya ni
siquiera ocultan los abusos. El sábado pasado, las fuerzas represivas
del régimen arrestaron a docenas de estas mujeres pacíficas para que no
pudieran ir a misa, entraron a la fuerza a la sede de la organización y
trataron de robarse pertenencias.
Sr. Presidente, ¿qué hay de malo en eso?
Mucho. Hasta el momento, las únicas entidades que se han beneficiado del
acercamiento estadounidense son el gobierno cubano, sus aliados y
ciertos estadounidenses que han decidido ganar dinero a costa de los
cubanos, de la misma manera que hicieron los españoles e italianos
cuando llegaron en tropel a la isla durante su "apertura"a la inversión
extranjera en los años 1990. Los que mandan son los mismos que
convirtieron el Habana Hilton en 1959 en la sede de su victorioso
ejército y nacionalizaron el turismo, para solo beneficiarse ellos mismos.
¿En qué punto la indignación por la falta de derechos humanos básicos en
Cuba es lo suficientemente fuerte como para que el gobierno de Obama
eche un paso atrás y vuelva a evaluar una relación de negocios que ha
avanzado con rapidez inusual y sin reformas ni oportunidades legítimas
para el pueblo cubano?
Sr. Presidente, la generosidad y apertura de su gobierno hacia el
estático régimen cubano parecen infinitas.
Es hora de detenerse y evaluar las cosas antes de entregar más dólares
directamente a las arcas de los represores.
Source: El hotel Sheraton en La Habana, un negocio con los opresores |
El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/fabiola-santiago-es/article87575702.html
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