¿Qué harán los Castro si cae Maduro?
ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES | Los Ángeles | 4 de Julio de 2016 - 07:26 CEST.
La incógnita de qué va a pasar en Cuba si cae Nicolás Maduro, el hombre
incrustado por los hermanos Castro en Caracas, o todo el chavismo, tiene
preocupados a la cúpula dictatorial y a la población. En la Isla nadie
tiene idea de cómo se podría enfrentar la pérdida de subsidios por
10.000 millones de dólares anuales y del 66% del petróleo que consume el
país.
Aunque de momento Maduro parece tener suficiente respaldo militar, y
obviamente cuenta con todo el apoyo logístico, estratégico y de
inteligencia de La Habana, si continúa agravándose la falta de
alimentos, medicinas, artículos de consumo de todo tipo, y continúa la
progresiva paralización de la planta industrial y comercial venezolanas
por falta de divisas, el protegido de los Castro no tiene un futuro muy
promisorio.
La situación podría hacerse insostenible y la cúpula chavista podría
decidir sacrificar a Maduro, o sea, culparlo de manejar mal la crisis y
sustituido por otro jerarca "bolivariano".
Y ahí está el detalle. Maduro es muy especial para el castrismo. En
Venezuela daban por seguro que si Hugo Chávez moría su heredero sería su
compañero golpista (1992) Diosdado Cabello. Pero Fidel y Raúl Castro le
"sugirieron" que designara a Maduro, quien en los años 80 estudió
marxismo-leninismo en La Habana. Allí fue captado para la inteligencia
del MININT y comenzó a trabajar en el Departamento América, entidad
castrista de subversión comunista en Latinoamérica.
De salir Maduro del Palacio de Miraflores, dado el bajo precio del
petróleo, con toda probabilidad el nuevo gobierno chavista reduciría al
menos la colosal transferencia de cash regalado a la Isla, aun si
mantuviese a miles de médicos cubanos en Venezuela. Y si la oposición
llega al poder los subsidios desaparecerán.
En Venezuela todo se agrava porque los jefes militares que trasiegan
drogas y le roban al Estado no quieren soltar el poder. Y, claro, La
Habana les "orienta" que masacren a la gente en las calles si es
necesario, pues si la oposición llega al poder ellos irán a cárceles
venezolanas o de EEUU.
La nación sudamericana es ya un volcán a punto de hacer erupción. Es muy
difícil hacer pronósticos. Y no habrá una solución justa con el diálogo
que impulsa el expresidente español José Rodríguez Zapatero —conocido
simpatizante del chavismo que además se mueve en aviones de PDVSA— que
sirve para que Maduro gane tiempo, adormezca a la oposición, engañe al
mundo y evite la realización del referendo en 2016.
No más mecenas
En cuanto a Cuba, de ningún sombrero mágico va a aparecer ya otro
mecenas dadivoso que mantenga a los Castro. China y Rusia son "hermanos
solidarios", pero con el billete por delante, o con el compromiso de que
el Gobierno pague de alguna forma lo que le prestan o venden. Ni Moscú,
ni Pekín regalan nada. Además, cayó la exguerrillera Dilma Rousseff en
Brasil, hay un gobierno de derecha en Argentina y muy pronto habrá otro
en Perú. Ni Angola, ni Ecuador, ni México, ni Irán, obsequian petróleo.
¿Cómo podría Cuba comprar internacionalmente los 37 millones de barriles
anuales de petróleo que le regala Maduro? ¿Cómo suplir los miles de
millones de dólares faltantes? Importar 37 millones de barriles de
crudo le costaría al régimen unos 1.850 millones de dólares. Y si solo
comprase 20 millones de barriles tendría que pagar casi 1.000 millones
y se paralizaría parcialmente el país.
Sin combustible suficiente y sin subvenciones, la producción industrial,
el comercio, el transporte, la agricultura y toda la economía se
afectarían dramáticamente. La improductiva economía cubana apenas
produce mercancías vendibles para obtener divisas. En 2015 el valor de
las exportaciones cubanas de bienes fue de apenas 3.900 millones de
dólares. En cambio, la pequeña vecina República Dominicana exportó
bienes por 9.523 millones. Maravillas del socialismo.
La poca exportación de bienes de Cuba es siempre aliviada por la
explotación —que no exportación— de médicos y otros profesionales
cubanos en Venezuela, a quienes les confiscan el grueso de sus salarios.
Eso en 2015 le permitió al régimen hacer importaciones por valor de
13.500 millones de dólares. De acabarse esa esclavitud moderna, Cuba
sufriría un derrumbe muy pronunciado de ese nivel de importaciones, de
alimentos y de todo tipo. ¿Y el turismo qué?
Como Cuba produce muy poco para vender, tampoco puede comprar, a no ser
que le regalen dinero. Volverían las noches medievales con apagones de
14 horas y la tiradera de piedras contra vidrieras y ventanas, que esta
vez podrían llevar cierto olor a desestabilización política.
Disyuntiva castrista
Tales circunstancias colocarían a los Castro en una disyuntiva: o
adoptan medidas que ellos siempre han rechazado, como ampliar en serio
el sector privado; o sumergen a los cubanos en otro "Periodo Especial"
muy grave, lo cual podría desatar un nuevo Mariel que acabaría con la
política complaciente de Washington hacia la dictadura.
Cuba necesitaría que se aumentasen las transferencias de divisas desde
EEUU, que en 2015 ascendieron a 6.634 millones de dólares, según la
consultora The Havana Consulting Group, sumando las remesas y los bienes
enviados o llevados a Cuba por los viajeros desde territorio
norteamericano. Esa cifra quintuplicó los ingresos netos que dejó el
turismo, y casi duplicó el valor de las exportaciones de bienes cubanos.
El régimen tendría que levantar muchas trabas a los cuentapropistas y
permitir que importen bienes de capital y materias primas, y que los
profesionales presten sus valiosos servicios por su cuenta. Tendría que
moderar al menos los ataques a Washington para facilitar que el Congreso
levante el embargo.
Y quienes en la nomenklatura miran hacia China y Vietnam tendrían
ahora su oportunidad. La dirigencia postmaoísta instauraró un
capitalismo de Estado ("socialismo de mercado en las condiciones
chinas") capitaneado por Deng Xiaoping, quien a la vez ordenó la
masacre de los manifestantes en la Plaza Tiananmen, en 1989.
Capitalismo con terror comunista
El sector privado chino hoy genera el 71% del PIB, pero en el poder
sigue el mismo Partido Comunista represor que fusiló o mató de hambre a
más de 60 millones de personas en 27 años (1949-1976). En Vietnam, con
el Doi Moi (Renovación) igualmente se liberaron las fuerzas
productivas. Hoy es la economía que más crece en Asia, pero la represión
política sigue intacta.
Esa simbiosis de capitalismo con terror comunista fascina a muchos
generales y jerarcas del castrismo, que quieren ser dueños o ejecutivos
de empresas para volverse millonarios igual que los dirigentes
comunistas chinos.
Pero Fidel Castro no quiere que la Junta Militar pierda un ápice del
control patológico que tiene de toda la sociedad cubana. El achacoso
comandante mantiene todavía una influencia retrógrada en el Partido
Comunista (PCC), sobre todo entre los dinosaurios de la Sierra Maestra.
Su principal fanático, su hermano Raúl, controla todos los segmentos del
poder y no se opone a su hermanito.
Los cuentapropistas no tendrían la misma libertad que en China, pero a
causa de los Castro. No comparto la tesis de que el modelo chino no es
aplicable a Cuba por razones culturales, históricas, o por su cercanía
a EEUU. El capital, la propiedad privada y el libre mercado no tienen
nacionalidad ni ideología política. Y en materia de controles y
represión política el castrismo le puede dar lecciones a Pekín y Hanoi.
¿Tendrán los hermanos de Birán una carta secreta bajo la manga por si
sucumben Maduro o todo el chavismo? En todo caso, gústeles o no, Cuba
dependerá más que nunca de los "gusanos" en el exterior, de Estados
Unidos y de aflojarle la mano al sector privado.
De los Castro jamás se podrían esperar medidas beneficiosas para el
pueblo, pero esta vez estarían obligados a mover fichas en el tablero
estalinista. Es cuestión de vida o muerte también para su dictadura.
Source: ¿Qué harán los Castro si cae Maduro? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1467135607_23442.html
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