En marcha atrás el almendrón 'revolucionario'
EUGENIO YÁÑEZ | Miami | 5 de Octubre de 2016 - 08:39 CEST.
Los perros ladran cuando tienen miedo. Las dictaduras también.
Los actuales escándalos en La Habana y el resto del país contra "el
imperialismo" no muestran fortaleza, sino temor. El comején dejado en la
Isla con la visita del presidente Obama carcome las estructuras
"ideológicas" de una supuesta revolución que no sabe vivir sin un
enemigo a mano para acusarlo de todos los males.
Como el presidente de EEUU declaró en La Habana el entierro del hacha de
la guerra; la Unión Europea (UE) adoptó una política más tolerante hacia
el régimen; y las cosas en América Latina no son favorables con la
crisis de Venezuela, el rechazo del pueblo colombiano a la "paz" con las
narcoguerrillas, y el descalabro del partido de Lula da Silva en las
elecciones municipales brasileñas, es imperativo para la gerontocracia
inventarse un enemigo a toda costa: de no tenerlo no quedaría nada de
que hablar en la prensa oficial, la única permitida. De manera que
pusieron la marcha atrás permanente al vetusto almendrón
"revolucionario", para involucionar con prisa y sin pausa, y no piensan
detenerlo, si por ellos fuera, hasta una edad media cuyo equivalente
"socialista" sería la Ofensiva Revolucionaria de 1968.
Véanse algunas perlas:
La primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), aquella
psicóloga que siendo segunda secretaria se pagó "con sus ahorros" el
viaje a Panamá para escandalizar en la Cumbre de Las Américas
presentándose como parte de una supuesta sociedad civil, acusa ahora a
una verdadera organización no gubernamental de EEUU de ser instrumento
de Washington para subvertir el orden en el paraíso proletario
antillano. El Gobierno cubano es uno de los pocos en el mundo que se
molesta porque países mucho más desarrollados le ofrecen becas a sus
nacionales.
En el colmo del desespero y la falta de argumentos, la dictadura falsea
todo, desde un programa de estudios de verano en EEUU hasta una obra y
un autor literario. Ahora dice Juventud Rebelde, al referirse a la obra
cumbre de José Lezama Lima: "¡Qué gozo leer Paradiso! Ella nos saca de
la dorada mediocritas, nos eleva y nos da el orgullo de saber que obra
tal haya nacido y crecido aquí, entre nosotros, los cubanos". Orgullo
para engañar a quienes no tengan memoria o sean demasiado jóvenes en un
país donde la historia se tergiversa y se retuerce continuamente.
Yo personalmente recuerdo, en 1966, al entonces miembro del Secretariado
del Partido Comunista Blas Roca —posteriormente ascendería hasta el Buró
Político— ante una conferencia de instructores políticos militares en lo
que era entonces el Círculo Social de las FAR Gerardo Abreu Fontán, en
La Habana, hablando pestes no solamente de Paradiso, sino de su autor,
calificando la obra de inmoral, contrarrevolucionaria, mediocre,
indecente, pornográfica, y cuanta cosa más se le ocurriera.
Aunque aquella novela había sido publicada en Cuba por una editora
oficial, no hubo límites en todo lo que recitó el cacique partidista
tanto contra la novela como contra el autor. Al fin y al cabo nadie
podría replicarle, y mucho menos el creador infamado. Ni en Cuba
socialista existen mecanismos para demandar a los innumerables
difamadores oficiales, esos macabros personajes que constituyen la flor
y nata de la "lucha ideológica".
Poco tiempo después, la cultura cubana se movería entre los oscuros
huracanes del "quinquenio gris" y las campañas contra "el diversionismo
ideológico", aunque ahora el oficialismo no quiera ni acordarse de eso.
En estos momentos, tras el fracaso del VII Congreso del PCC y la abulia
de los cubanos frente a los conspicuos "Lineamientos" y la
"Conceptualización del modelo" que ni conduce a una economía socialista
ni mucho menos a una próspera y sustentable, el régimen sabe que la
batalla ideológica la tiene perdida desde antes de comenzarla. Y
razonando como de costumbre, con mentalidad guerrillera que siempre
busca esconderse y atrincherarse cada vez que sabe que la población no
apoya sus desmanes y dislates, trata de imponer por la fuerza
—propaganda y represión de por medio— sus disparatadas y fracasadas
ideas y sus fantasías sobre un supuesto futuro luminoso que cada vez
está más lejos.
Por eso han colocado el desvencijado almendrón "revolucionario" en
marcha atrás permanente y sin intención de detenerse.
Sin embargo, el problema del régimen en estos momentos radica en que
cada vez son más escasos el combustible… y el tiempo.
Source: En marcha atrás el almendrón 'revolucionario' | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1475542043_25756.html
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