viernes, 24 de marzo de 2017

El intercambio con Cuba y la claudicación

El intercambio con Cuba y la claudicación
ANDRÉS REYNALDO

Fue apenas cuando Barack Obama ganó en el 2008. Primero, los tanteos.
Luego, una que otra voz. Y de súbito, el coro. En la radio. En la
televisión. En los periódicos. En las redes. En los foros organizados
bajo el manto ecuménico de las universidades. Los agentes y cooperantes
de la dictadura en Miami se lanzaron en campaña por los intercambios
artísticos y académicos. Intercambios, por cierto, de una sola vía. Con
la sincronía del plan y el ímpetu de la misión.

Yo lo vi. Tú lo viste. Bajaban del avión y ahí estaban las cámaras, los
reporteros, los productores, los mercaderes de la reconciliación, los
procónsules, ¡los dueños de las agencias de pasajes! Da igual que el
recién llegado fuera Juan Formell o una oscura actriz de provincias, un
taimado camarógrafo del ICAIC o la siempre sonriente Rosita Fornés, un
ebrio locutor de Radio Reloj o uno de esos nuevos trovadores que visten
de negro y cantan sin enunciar las consonantes. La veda de Miami,
finalmente, había sido levantada para todo aquel que estuviera dispuesto
a venir a cazar un dólar sin dispararle un reproche, ni siquiera una
infantil pulla, a los Castro. Aquí estaban abiertas las primeras páginas
y los programas de mayor audiencia. Hasta el meteorólogo de la
televisión nacional cubana recibió el tratamiento de un ídolo de la salsa.

En la academia, exhibieron con regocijo al último filólogo de la
metatranca, a filósofos que escriben "haber" sin "h" y a los narradores
de la conformidad postfidelista. Con sus tenis recién comprados en Ñooo,
Qué Barato y en la mirada el ávido brillo de los cazadores de proyectos,
becas, excursiones a Disney y cuanto mecenazgo permitiera extender la
estadía, reponer la dentadura, recalibrar la vista y, en el caso de las
damas, acceder a unas sesiones de pedicuría para eliminar grietas,
callos y onicopatías propias de una irrevocable condición peatonal por
seis décadas de mugre, los pensadores de Baracoa y los politólogos de
Zaza del Medio llegaban a disertar con empinada cátedra sobre la
decadencia de las sociedades de consumo y la más reciente encuesta
contra el exilio salida de la metodología del dúo Grenier y Duany.

La circunstancia trajo sus oficios, modificó la escena teatral y
musical, y estableció plazas que operan en un múltiple ámbito bailable,
gastronómico, narcótico, jineteril y de tráfico humano. En la figura del
productor-que-trae-gente-de-Cuba se combinaron el loable espíritu
comercial y la insidiosa avanzadilla del censor. "Fulano concede la
entrevista si no se le hacen preguntas políticas", advierten los
productores-que-traen-gente-de-Cuba en los pasillos de las radios y los
canales de televisión. "No le vayas a preguntar a Laritza Bacallao por
qué estaba hace unos días en la Tribuna Antimperialista", advierten. "De
política, no le preguntes a Descemer, a Gente de Zona, a Robertico
Carcasses, a Kelvis Ochoa…"

Las cámaras que ayer mostraron a Guillermo Alvarez Guedes, Eddie
Calderón y Los Fonomemecos, perfectos todos en el arte de desollar a
Fidel y Raúl, ahora nos revelan a Pánfilo (la estrella del horario
principal de la pantalla castrista) reincidiendo en la ambigua
sangronería de la servidumbre. En el auditorio del Condado Miami-Dade,
administrado por el Departamento de Asuntos Culturales del Condado
Miami-Dade, con el apoyo de los fondos de la mismísima oficina del
alcalde del Condado Miami-Dade, el dúo Buena Fe entona la épica de la
opresión días después de condenar a las Damas de Blanco en un concierto
en La Habana.

Los agentes. Los cooperantes. La frenética campaña de la dictadura por
imponerle al escenario de los cubanos libres el espectáculo de la
claudicación.

Source: El intercambio con Cuba y la claudicación | El Nuevo Herald -
http://www.elnuevoherald.com/opinion-es/opin-col-blogs/andres-reynaldo/article140355198.html

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