Economía - Viernes 22 de diciembre (14:20 hrs.)
- A pesar de su PIB de 12.5% logrado en 2006, se resaltan los defectos
- Acusan falta de productividad, falta de ahorro y problemas en transporte
- Fidel castro estuvo ausente en el Informe del Parlamento
El Financiero en línea
La Habana, 22 de diciembre.- A pesar de ofrecer la cifra de crecimiento
más elevada de la historia de la revolución, un 12.5 por ciento, las
autoridades cubanas hicieron hoy un análisis crítico de la marcha de la
economía y la capacidad productiva del país.
Sin abandonar la referencia al embargo económico estadounidense, a los
efectos del periodo especial declarado tras la caída de la Unión
Soviética, y a la, a su juicio, mejor situación del país con relación a
la región, los responsables de las cuentas informaron hoy a la Asamblea
Nacional del Poder Popular (Parlamento), en la que estuvo ausente Fiddel
castro, de los defectos que arrastra la economía cubana.
Falta de productividad y de conciencia del ahorro, despilfarro y
descontrol, problemas en el transporte y en la gestión del sector
alimentario y la indisciplina laboral fueron algunos de los errores
expuestos ante los diputados.
"Estos resultados son insuficientes para logra la satisfacción de las
necesidades del pueblo y asegurar el desarrollo", indicó el ministro de
Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, tras anunciar que el
crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) de este año será superior
en 0.7 puntos al 11.8 por ciento de 2005.
Esa cifra es resultado de un cálculo que pondera valores de, entre
otros, los servicios de salud, educación y deportivo, y que no reconocen
algunos organismos internacionales.
Rodríguez defendió el rigor de las cuentas y aseguró que, incluso de
acuerdo a mediciones convencionales, el PIB ascendió un 9.5 por ciento,
pero no vaciló al señalar que el déficit de recursos que inevitablemente
se debe afrontar con financiación externa tiene límites.
Agregó que "no se logra aún" la conciencia de que se ha de ahorrar
energía y hay que aumentar "la productividad del trabajo".
"No es admisible alentar la expectativa de que la solución a nuestras
dificultades y carencias sólo le corresponde al Estado", dijo.
El ministro y vicepresidente se quejó de que no se dedica "el tiempo
indispensable a la preparación de inversiones" y que éstas se inician
"sin proyectos adecuados, sin presupuesto o sin cumplir las regulaciones
establecidas para su ejecución".
Además, reconoció el "alto nivel de dependencia externa del consumo de
alimentos", al señalar que se debe "desarrollar aceleradamente un
programa de sustitución de importaciones (...), incrementando las
producciones agrícolas e industriales de alimentos".
No le fue a la zaga el presidente de la Comisión de Asuntos Económicos
del Parlamento, Osvaldo Martínez, que afirmó que ese sector tiene que
"eliminar los factores negativos en su gestión y elevar su productividad".
"El Ministerio de Economía señala también otras deficiencias evidentes
en el uso y control del combustible para el transporte de carga y
pasajeros, la insuficiente conciencia en el ahorro de combustible y el
insatisfactorio estado de la planificación, preparación y ejecución de
algunas inversiones", dijo.
Martínez no pasó por alto el problema de la indisciplina laboral, "el
ambiente ideal para la improductividad, la corrupción y el despilfarro",
dijo, al considerar que es "de vital importancia" el "proceso de
rescate" que deben desarrollar en 2007 las administraciones, sindicatos,
revolucionarios y patriotas.
El diputado se refirió a la aplicación de dos nuevas normas en materia
de horario y disciplina en el ámbito laboral, cuya entrada en vigor está
prevista para abril.
La ministra de Finanzas y Precios, Georgina Barreiro, también hizo una
alegato en defensa de la racionalidad en el uso de los recursos, al
afirmar que "lo más importante no es cuánto crecemos en la asignación de
recursos, sino cómo los usamos".
"Debemos combatir con más fuerza los nocivos hábitos del despilfarro y
el descontrol", dijo. (Con información de EFE/GFL)
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