Mi sueldo por 40 minutos de móvil
Cientos, tal vez miles de cubanos hicieron cola para hacerse con un
móvil: otro cambio de Raúl pese al alto precio del servicio y a las
otras muchas carencias
La economía de Cuba es una de las más raras del mundo. El nivel de vida
y los ingresos reales no suelen guardar relación directa y convencional
con empleos y salarios. Sólo así se explica el que cientos de cubanos se
lanzaran ayer, en virtud de una de las medidas de Raúl Castro, a comprar
y dar de alta un móvil a precios elevadísimos en relación con los sueldos.
Hasta ayer, sólo los residentes en el exterior, los extranjeros y
algunos altos funcionarios o ejecutivos podían ser titulares de un
contrato de telefonía celular en Cuba. El resto podía acceder al
servicio si un foráneo firmaba por ellos: cada extranjero podía dar de
alta cuatro aparatos.
Según fuentes de la compañía Etecsa, en la isla había hasta ayer 200.000
móviles habilitados, de los que unos 50.000 eran usados por cubanos
aunque figuraban a nombre de un tercero
La medida aprobada por Raúl permite a los ciudadanos tanto contratar una
nueva línea como regularizar la titularidad de una existente. Los
cubanos que ayer hicieron cola en una treintena de oficinas del país se
mostraban encantados tanto por el derecho de comprar un celular como por
el de figurar como su legítimo propietario sin tener que ocultarse tras
un yuma (extranjero) o un familiar residente en el exterior.
Las remesas que esos familiares proporcionan, los sobresueldos en
trabajos vinculados al turismo y las divisas y las ingentes sumas que se
mueven en el mercado negro ayudan a entender el éxito visto ayer y aún
por ver: Etecsa prevé una demanda total de cientos de miles de móviles.
Por mucho que la variedad de ingresos extrasalariales en Cuba arroje
alguna luz, la excelente acogida de la liberación de los móviles - como
en días anteriores la de los DVD, ordenadores y demás- no deja de ser
chocante. No, si se considera que sólo el alta del servicio celular
cuesta 120 dólares, equivalentes a más de seis mensualidades del salario
medio en este país (19 dólares). O que el precio de la llamada de móvil
a móvil es de medio dólar por minuto, de forma que un sueldo normal se
va en menos de 40 minutos. Si a ello se añade que en Cuba también se
pagan las llamadas recibidas (salvo las de fuera)... Es la ruina.
En las colas de Etecsa vimos ayer de todo. Desde jóvenes vestidos a la
moda y con gafas de Armani que llegaron en un Hyundai tuneado a tope y
aparentaron mudez absoluta ante nuestras preguntas, hasta discretas pero
amables personas mayores que, como Juana Verdecia, explicaron su
necesidad del celular para compensar la carencia de un simple fijo
porque en su cuadra "no había conexiones suficientes". O como el taxista
Víctor Morales, quien explicó el peculiar uso que él y muchos otros
cubanos darán al celular para no arruinarse en horas: más que como
teléfono, lo utilizarán a modo de busca ( "como medio de avisar o de que
me avisen para después llamar o que me llamen desde un fijo").
El precio del renovado servicio y las carencias pendientes en otros
campos impiden a Raúl tirar cohetes por el paso de ayer. Pero la Cuba de
hoy, la Cuba de Raúl, es más comunicativa.
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