Sombras sobre el verano cubano
Por Patricia Grogg
LA HABANA, 30 may (IPS) - Cuba recibe la temporada ciclónica en medio de
intensas lluvias causantes de inundaciones en varias provincias y el
inicio de estrictas medidas de ahorro de electricidad que, de
incumplirse, traerán de regreso los apagones, especialmente irritantes
en el verano.
La temporada de huracanes se extiende desde el 1 de junio al 30 de
noviembre y podría ser activa, aunque los meteorólogos cubanos se
abstienen desde 2007 de hacer públicos sus pronósticos para la cuenca
del océano Atlántico, región que comprende el mar Caribe y el golfo de
México.
Gisell Aguilar, experta del Instituto de Meteorología de Cuba, admitió
sin embargo en un programa televisivo que esta isla caribeña "tiene
altas probabilidades de ser azotada por al menos un huracán", tras
definir la actual etapa como posiblemente activa en depresiones tropicales.
En la formación de los ciclones se alternan períodos de baja y gran
actividad, que duran de 25 a 30 años. Desde 1981 a 1994 hubo pocos
eventos de esta naturaleza, pero desde esa fecha hasta ahora aumentaron
su frecuencia.
Especialistas del estadounidense Centro Nacional de Huracanes vaticinan
12 tormentas tropicales para la actual temporada y seis huracanes, dos
de los cuales podrían ser de gran intensidad. Estos ciclones entrañan
graves riesgos para toda el área caribeña, donde suelen provocar graves
pérdidas humanas y materiales.
En 2008, la aparición de Gustav, Ike y Paloma costó a Cuba, de acuerdo
con estimados oficiales, casi 10.000 millones de dólares. Lo preocupante
es que la nueva temporada sorprende al país sin haberse recuperado
completamente de los daños causados por esos tres huracanes.
Según datos de la prensa estatal cubana, las viviendas dañadas por los
tres últimos ciclones fueron 530.332, mientras otras 69.700 siguen
afectadas por tormentas anteriores. El lastre es de 600.032 inmuebles,
de los cuales 91.556 colapsaron por derrumbes totales.
Ante el desastre, residentes de la capital no cesan de preguntarse qué
pasaría con el precario fondo habitacional de La Habana si uno de estos
"monstruos" cruza por este territorio, con 2,2 millones de habitantes y
más de medio millón de casas, que incluyen desde sólidas edificaciones
hasta débiles casuchas fabricadas con latón y tablas.
En esta ciudad hay más de 6.000 edificios y casas antiguas subdivididas,
o cuarterías, y 46 asentamientos ilegales donde habitan más de 18.000
personas en más de 6.200 viviendas. Un programa iniciado en 2005 para
enfrentar el déficit habitacional nacional, estimado en más de medio
millón, se ve seriamente obstaculizado por las urgencias que causan los
ciclones.
Las autoridades reconocen que el sistema de prevención de desastres, a
cargo de la Defensa Civil, adscrita al Ministerio de las Fuerzas
Armadas, permite reducir las pérdidas humanas, pero no el impacto
económico debido a "las vulnerabilidades acumuladas en casi todos los
sectores y la infraestructura del país".
En un estudio oficial, el mal estado constructivo de un elevado
porcentaje de las viviendas dañadas figura entre las "insuficiencias" a
subsanar para fortalecer progresivamente la capacidad de respuesta del
país ante huracanes, lluvias intensas u otros fenómenos.
El listado de problemas detectados incluye demora en la limpieza de
tragantes, incumplimiento de las normas técnicas en la colocación de las
estructuras y aseguramiento de los techos y la poca profundidad a la que
se entierran los postes del tendido eléctrico y telefónico.
En coincidencia con el inicio de la temporada ciclónica, este lunes
deberían comenzar las severas medidas de ahorro de energía eléctrica
decididas por el gobierno para frenar el exceso de consumo en los
sectores público y residencial, ante la imposibilidad de financiar un
gasto mayor.
Una resolución firmada por el ministro de Economía y Planificación,
Marino Murillo, no publicada aún, pero que circula extraoficialmente en
estos días, advierte de que en los primeros cuatro meses del año se
consumieron 40.000 toneladas de combustible más de lo planificado en la
generación de electricidad.
Según el texto oficial, es necesario lograr una reducción de 12 por
ciento en el consumo del sector estatal de junio a diciembre a fin de
situarse en los valores presupuestados. De no tener éxito las medidas de
regulación que se aplicarán, será necesario acudir a los "apagones
planificados", añade la resolución.
El recorte energético se llevará a cabo mediante un plan de consumo para
cada provincia, que será supervisado por municipio, por barrio y por
cuadra. "La indisciplina y el derroche pueden llevar a que estos planes
no se respeten y entonces pueden venir los cortes de electricidad",
advirtió Julio Vázquez, viceministro de Economía.
Funcionarios de la empresa estatal Unión Eléctrica han asegurado que el
problema no es de generación, sino de combustible. Al respecto, Vázquez,
añadió que Cuba tiene capacidad para generar más electricidad que la que
consume, pero está obligada a recortar el gasto como resultado de la
crisis mundial.
Según fuentes oficiales, la recesión y el impacto de los tres huracanes
de 2008 obligaron al gobierno de Raúl Castro a revisar a la baja su
previsión de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año
de seis por ciento a 2,4 o 2,5 por ciento, lo que hace prever más
restricciones, aún no anunciadas, en el consumo. (FIN/2009)
CUBA: Sombras sobre el verano cubano (30 May 2009)
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