tiendas privadas
Lunes 16 de Agosto de 2010 23:08 Agencias
El Gobierno de Raúl Castro ha permitido a los agricultores de la Isla
adquirir los productos necesarios para su actividad en tiendas de
carácter privado, donde podrán pagar con la moneda nacional, en un paso
más hacia la modernización de un sector agrario fuertemente centralizado.
Según informó a Reuters un funcionario cubano, la finalidad de esta
medida es elevar la producción de alimentos en un intento por combatir
la crisis de desabastecimiento interno que ha obligado al país a
importar grandes cantidades de productos, lastrando así su salida de la
crisis económica global.
En este contexto, el ministro de Economía, Marino Murillo, anunció el
pasado mes de mayo un plan orientado a impulsar el crecimiento del país,
que contempla "la creación de un mercado de insumos donde los
productores puedan adquirir de manera directa los recursos necesarios
para la producción agropecuaria, sustituyendo el actual mecanismo de
asignación centralizada".
Como consecuencia directa de esta estrategia, los cerca de 500.000
campesinos, responsables del 70% de la producción agrícola del país,
podrán adquirir sus insumos en pequeñas tiendas privadas donde podrán
pagar con moneda, en lugar del habitual sistema de cupones estatales.
Sin embargo, estos comercios carecen de la capacidad económica necesaria
para ofertar un amplio escaparate de productos que, hasta la fecha, se
reducen a "unos ocho o diez", según explicó uno de los agricultores
afectados por la medida.
"Yo fui buscando alambre para cercas, pero me informaron que eso por
ahora está solamente en la tienda de los puntos (o cupones) y a mi no me
alcanzan para comprar lo que necesito", dijo Roberto, un campesino en la
provincia de Holguín.
"De todas maneras, lo importante es que ya comenzaron. Yo espero que
poco a poco, según se vaya produciendo o comprando en el exterior lo que
se necesita, se puedan adquirir los productos y equipos que son
imprescindibles para poder trabajar", añadió Alberto, un campesino de la
provincia de Camagüey.
De forma paralela a esta iniciativa, Castro ha subido los precios que el
Estado paga por los productos agrícolas, entregado tierras ociosas en
usufructo a los campesinos, descentralizado la toma de decisiones y
permitido a los productores vender una pequeña parte de sus cosechas
directamente a los consumidores, aunque por lo general a valores fijos.
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