05-07-2011.
Elías Amor Bravo
Economista ULC
(www.miscelaneasdecuba.net).- Todos los días nos llegan informaciones
dispersas y de contenido muy diverso, sobre el efecto de las medidas
incorporadas en los "Lineamientos" en la economía castrista. Se trata de
informaciones parciales, muchas veces cualitativas, que no permiten
obtener una valoración adecuada de un proceso que, por novedoso, está
provocando una atracción muy destacada en los medios y observadores.
Los gobiernos de todos los países someten a escrutinio internacional los
datos agregados de sus principales variables macroeconómicas, como el
PIB, la demanda agregada, el consumo, la inversión, el nivel de precios
y su tasa de variación, las tasas de desempleo, etc. Al realizar esta
función, las economías pueden ser comparadas unas con otras, determinar
su evolución a medio plazo y analizar el impacto de las medidas de
política económica adoptadas por los gobiernos. En suma, ganar
credibilidad y reconocimiento, uno de los objetivos fundamentales para
atraer proyectos de inversión que generen riqueza y empleo.
El problema es que el régimen castrista se niega sistemáticamente a
realizar esta función, y la la ausencia de datos estadísticos sobre la
economía, fiables, de calidad, adecuados para realizar un análisis de
coyuntura se convierte en la norma, en lo habitual, por sorprendente e
incomprensible que sea esta actitud.
De ese modo, a diferencia del resto de países de América Latina, que
exponen de forma objetiva la información de su economía en publicaciones
oficiales elaboradas por organismos internacionales especializados como
CEPAL, con datos elaborados con procedimientos metodológicos, el régimen
castrista no parece implicado en la mejora de las informaciones
macroeconómicas.
Y ello, a pesar de la expectación asociada a la adopción de las nuevas
medidas contenidas en los denominados "Lineamientos" que deben tener
algún impacto en la economía castrista, pero que no se puede evaluar
como consecuencia de la falta de datos. Así, ya han transcurrido seis
meses de año, y en este período, ni se ha facilitado información
estadística que permita medir o evaluar el impacto de las diversas
medidas dispersas que se están adoptando con los denominados
"Lineamientos", lo que está creando serias dudas sobre la viabilidad e
impacto de dichas medidas.
No contamos con información sobre el comportamiento del nivel de precios
y su correlato, la tasa de inflación, y los datos sobre desempleo se
encuentran condicionados por los elevados niveles de subocupación que
existen en la mayor parte de las actividades económicas. Un asunto, por
cierto, denunciado en las asambleas del partido realizadas en los
últimos meses.
La falta de datos agregados alcanza a todos los sectores y actividades
productivas. No es posible determinar el impacto sobre la producción
final agraria las medidas de entrega de tierras en arrendamiento que han
supuesto la puesta en cultivo de tierras hasta entonces abandonadas. Se
ignora el efecto que ha ejercido sobre el comportamiento del consumo
privado la progresiva autorización de apertura de pequeños
establecimientos gastronómicos que atienden a las necesidades crecientes
de una población con bajos niveles de gasto en estos bienes y servicios.
Tampoco se cuenta con información sobre los niveles de la producción en
los principales sectores de la manufactura, muchos de ellos obsoletos e
improductivos. La información relativa a la campaña turística se refiere
a indicadores cuantitativos de viajeros, pernoctaciones, pero no se sabe
el impacto que ha tenido sobre la demanda agregada de consumo o sobre el
PIB de la economía.
Y que conste que esta pereza informativa del castrismo no puede
imputarse al organismo especializado, la denominada, Oficina Nacional de
Estadística de Cuba, que nos consta que se emplea a fondo en publicar
monografías con datos relativos a diversas actividades y sectores
sociales. Pero en el castrismo la información macroeconómica agregada
está ausente de los planes y reformas de las autoridades.
Sin embargo, estos datos son fundamentales, y se les debe otorgar la
máxima prioridad y atención por parte de las autoridades. Pasar de la
demagogia y la propaganda estadística, a la información agregada y
contrastable a nivel internacional, supone un ejercicio de
responsabilidad que el régimen debe hacer cuanto antes, so pena de
perder oportunidades ciertas de credibilidad.
Llegados a este punto, cabe obtener dos conclusiones de lo expuesto es
doble, o bien que el castrismo no dispone de estas informaciones por
incapacidad técnica para adaptar su estadística oficial a los modelos
internacionales, o que, incluso disponiendo de los datos, se niega a
difundirlos por el deficiente estado que presentan los mismos, lo que
impide recurrir a ese tono demagógico con el que históricamente nos
obsequian con la denominada "estadística de cosechas", más fácil de
manipular.
Mientras tanto, seguiremos a la espera de una inexistente mejoría de la
estadística oficial, que permita contrastar la dinámica económica del
castrismo con la del resto de países de América Latina. Ayer CEPAL
formuló favorables expectativas de crecimiento económico para la Región
durante el presente año, pero mucho nos tememos que estos datos no se
puedan aplicar directamente al complejo entramado burocrático e
ineficiente de la economía castrista. También en el ámbito de la
estadística económica agregada el régimen tiene mucho que hacer.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=32841
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