jueves, 22 de noviembre de 2012

Por qué fracasaron las cooperativas castristas?

Economía



¿Por qué fracasaron las cooperativas castristas?

Dimas Castellanos

La Habana 21-11-2012 - 8:29 pm.



La ignorancia de la esencia del cooperativismo y la subordinación de las

leyes económicas a la ideología nos han llevado a importar café de

Vietnam, país al que enseñamos a cultivar el grano.



El pasado mes de agosto, el Consejo de Ministros aprobó un nuevo

Reglamento General para las Unidades Básicas de Producción Cooperativa

(UBPC), el cual fue complementado con un paquete integrado por 17

medidas. El propósito, según el diario Juventud Rebelde, consiste en

"liquidar la dependencia de esas respecto a las empresas estatales".



El Reglamento original (1993), aunque no reconocía personalidad jurídica

a las UBPC —es decir, capacidad para adquirir derechos y contraer

obligaciones—, estipulaba en sus puntos fundacionales la correlación

entre producción e ingresos y el desarrollo efectivo de la autonomía de

la gestión. El incumplimiento de esos y otros aspectos positivos se

reflejó en los pésimos resultados.



De las 170 mil hectáreas que poseen las 1.989 UBPC existentes, casi el

40% de sus tierras permanecen ociosas; aunque su extensión representa el

27% de la superficie agrícola del país, producen sólo el 12% de los

granos, viandas y hortalizas, y el 17% de la leche; solo el 27% tienen

resultados satisfactorios, las demás, en mayor o menor medida, presentan

dificultades; en el año 2010 el 15% de las UBPC cerraron con perdidas y

otro 6% ni siquiera presentó balance económico; sus perdidas, por otra

parte, superan los 200 millones de pesos.



Las cooperativas que no son tales



Las UBPC fueron creadas cuando quedó demostrado que la concentración de

las tierras cultivables del país en manos del Estado había generado el

desinterés de los trabajadores agrícolas, el desabastecimiento

generalizado de productos agropecuarios y enormes extensiones de tierras

ociosas infectadas de marabú. Se trataba de un deplorable cuadro,

agravado por la pérdida de los subsidios provenientes de los países

socialistas de Europa Oriental.



En ese contexto, las autoridades decidieron convertir una parte de las

tierras estatales improductivas en cooperativas, pero sin darles las

libertades requeridas ni renunciar al monopolio de la propiedad. La

ignorancia de la esencia del cooperativismo y la subordinación de las

leyes económicas a una ideología explican tanto la causa del fracaso

como el intento de reparar aquella decisión con las recientes medidas.



La Declaración de Identidad Cooperativa, adoptada en 1995 en la II

Asamblea General de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), define a

la cooperativa como "una asociación autónoma de personas que se unen

voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones

económicas, sociales y culturales comunes, por medio de una empresa de

propiedad conjunta y democráticamente controlada".



De acuerdo a esta definición —de un organismo como la ACI, que aglutina

y promueve el cooperativismo en el mundo— las UBPC no clasifican como

verdaderas cooperativas, ya que no fueron creadas voluntariamente por

los propietarios de tierras y medios de producción, sino que surgieron

de un acuerdo del Partido Comunista.



A pesar de que con el nuevo Reglamento General (Resolución 574 de 13 de

agosto de 2012) las UBPC contarán con personalidad jurídica —potestad

para elegir a los administradores por mayoría en la Asamblea General de

Socios; comprar productos y servicios a cualquier persona natural o

jurídica; establecer relaciones contractuales directas con las empresas

suministradoras de insumos; y decidir el porcentaje de las utilidades a

distribuir entre los socios— otros aspectos vitales continúan ausentes.



De nuevo es el Estado y no los trabajadores agrícolas quien toma la

decisión de unirse en cooperativas. Si a ello se agrega que esos

trabajadores no son propietarios sino usufructuarios de una propiedad

estatal, no resulta difícil avizorar que estamos ante el inicio de un

nuevo fracaso y por tanto de la necesidad de implementar nuevas

reformas, bien por el gobierno actual o bien por el que le suceda, hasta

que los integrantes de las UBPC se conviertan en dueños colectivos de la

tierra que trabajan.



Del voluntarismo al fracaso



La casi inexistencia de cooperativas agrícolas antes de1959 resulta

comprensible por los avances que desde fines del siglo XIX tuvo la

industria azucarera, generadora de enormes latifundios mediante el

despojo de miles de pequeños propietarios. Lo que resulta absurdo es que

con una revolución que se declaró socialista, el cooperativismo, afín a

ese sistema social, haya estado ausente, y en su lugar se haya

experimentado formas voluntaristas y subjetivas aplicadas verticalmente

por el Estado revolucionario.



Antes de 1959 había en Cuba unos cien mil propietarios de tierra, a los

que se unieron otros cien mil a los que la revolución les entregó

títulos de propiedad con la Primera Ley de Reforma Agraria de 1959. Esos

doscientos mil campesinos constituían la base para el desarrollo de un

verdadero cooperativismo. Sin embargo, la concentración por parte del

Estado del 70% de la tierra cultivable resultó un tiro de gracia a un

proceso de asociación que hubiera aportado mucho a la economía y a la

sociedad.



La primera manifestación del voluntarismo estatal en la

cooperativización agrícola fue la creación en marzo de 1960 de las

cooperativas cañeras en áreas que antes pertenecían a los ingenios

azucareros. Sin embargo, la decisión de monopolizar la propiedad de la

tierra hizo que dichas empresas fueran transformadas en propiedad del

Estado. Entonces el verdadero cooperativismo quedó limitado a unas pocas

asociaciones formadas sobre la base de campesinos privados.



El propio Fidel Castro expresó en una oportunidad: "aquellas

cooperativas no tenían realmente una base histórica, puesto que las

cooperativas se forman realmente con los campesinos propietarios de

tierra. A mi juicio íbamos a crear una cooperativa artificial,

convirtiendo a los obreros agrícolas en cooperativistas. Desde mi punto

de vista, y quizás aplicando aquello de unos versos de Martí, esclavo de

la edad y las doctrinas fui partidario de convertir aquellas

cooperativas que eran de obreros y no de campesinos, en empresas estatales".



No satisfechos con la mayor parte del suelo en manos del Estado, en vez

de impulsar el cooperativismo voluntario, se comenzó un proceso dirigido

a disminuir la cantidad de campesinos independientes.



En mayo de 1961 se creó la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños

y se inició una política dirigida a tratar de "cooperativizar" a los 200

mil campesinos propietarios. Se crearon las asociaciones campesinas,

luego vinieron las Brigadas de Ayuda Mutua y a continuación las

Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), integradas por campesinos

que mantenían la propiedad de la tierra y de los medios de producción,

pero carentes de personalidad jurídica.



A partir de 1975, con las tesis del I Congreso del PCC acerca de la

necesidad de la cooperativización de la tierra, se impulsó el desarrollo

de las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA), formadas por

campesinos que unieron sus fincas y demás medios de producción

"voluntariamente" como vía para el desarrollo socialista del campo. A

fines de 1977 el número de CPA era de 136 y en junio de 1986 ya era de

1.369, que representaban el 64% de las tierras campesinas, a la vez que

la propiedad estatal se elevó hasta el 75% de la tierra cultivable

debido a la disminución del volumen de tierra en manos de los campesinos

privados.



Los resultados no se han hecho esperar, Cuba tiene que comprar en el

exterior productos agrícolas que son perfectamente cultivables en

nuestros suelos, como es el caso del café, que se ha tenido que adquirir

en Vietnam, país al cual los cubanos enseñaron ha cosechar el grano.



Insistir en reformar las cooperativas sin permitir que sean los

campesinos los que se organicen voluntariamente y sin contar con la

propiedad colectiva de la tierra que trabajan, es insistir en los fracasos.



http://www.diariodecuba.com/cuba/14133-por-que-fracasaron-las-cooperativas-castristas

No hay comentarios:

Publicar un comentario