sábado, 24 de agosto de 2013

Cuba - un país sin publicidad

Cuba: un país sin publicidad

La carencia de anuncios puede sonar utópica, sostiene el autor, pero

insiste en que "hay que tener en cuenta la principal razón por la cual

es tan poca la publicidad: porque no hay muchas cosas que se puedan

comprar, y no hay mucha gente que pueda permitirse el lujo de comprar

martinoticias.com

agosto 22, 2013



En el último de una serie de tres artículos publicados en el portal

digital de la revista Forbes, Eric Goldman reflexiona tras su más

reciente viaje a Cuba sobre la ausencia de publicidad en la isla. Según

el autor, la gente odia la publicidad, y no hay país que escape a los

tediosos comerciales



"Si se le diera la opción a la gente –apunta-, estoy seguro que una

super-mayoría de los consumidores lo harían por un mundo donde la

publicidad no exista. Sin embargo, ese mundo existe y se llama Cuba.

Aunque en Cuba la falta de publicidad pone de relieve algunas

importantes concesiones".



"Cuando me dicen que Cuba no tiene publicidad -continúa Goldman- claro

que estoy exagerando un poco. Lo que pasa es que no hay mucha

publicidad. No hay vallas publicitarias. No hay anuncios de televisión

(por lo que pude ver, aunque canales de cable originarios fuera de Cuba

no tienen anuncios). No hay anuncios por Internet (pocos cubanos pueden

incluso acceder a Internet). No hay volantes. La única "publicidad" que

me encontré fue oral y en los letreros de las tiendas".



La carencia de anuncios puede sonar utópica, sostiene el autor, pero

insiste en que "hay que tener en cuenta la principal razón por la cual

es tan poca la publicidad: porque no hay muchas cosas que se puedan

comprar, y no hay mucha gente que pueda permitirse el lujo de comprar.

En efecto, la falta de publicidad se relaciona con el consumo de la

economía cubana. Solamente con una fina capa de actividad para los

usuarios, la publicidad no es necesaria y rara vez puede ser rentable".



"Asimismo, Cuba no tiene mucha publicidad porque hay poca competencia",

sentencia Goldman. Y puntualiza que el gobierno ejecuta todas las

tiendas de venta al menudeo, por lo que no hay competencia entre

minoristas y no tiene necesidad de los minoristas para anunciar a unos

contra otros. "El sector privado más visible son los servicios

turísticos como de gestión privada como restaurantes y transporte.

Incluso entonces, la mayoría de estos servicios no son de alto margen y

carecen de apoyo suficiente de publicidad".



En cuanto a los fabricantes Goldman nos dice que éstos tampoco se

anuncian en Cuba. "No hay muchos fabricantes en Cuba de bienes de

consumo, y debido al control del gobierno, rara vez compiten entre sí, y

aunque el gobierno subvenciona, la mayoría de los cubanos no puede

permitirse el consumo de los bienes de todos modos. Los fabricantes

extranjeros no tienen incentivos para anunciarse en esas condiciones;

incluso cuando quiebra el pequeño mercado interno, a menudo los

minoristas sólo tienen una elección. Así, por ejemplo, he visitado un

par de tiendas que venden aparatos como refrigeradores y lavavajillas. A

pesar de que la amplitud de los diferentes productos disponibles era

mejor y más tecnológicamente actual de lo que me esperaba, por lo

general, el minorista ofrece sólo una opción del fabricante de cada uno

de los bienes. Por lo tanto, una Cuba consumista que quiere un

refrigerador de 30 pies cúbicos sólo puede tener una elección y el

fabricante garantiza la venta y elimina la necesidad de publicidad".



Así que, ¿cómo te sientes acerca de la publicidad?, pregunta Goldman. Y

se responde:



"Considera dos opciones: Opción A: una economía en la que la publicidad

es innecesaria, porque hay un número limitado de opciones, no hay

competencia en el nivel minorista o fabricante, y hay una pequeña clase

de consumidores capaces de comprar los productos en el mercado. Y opción

B: una economía invadida por la publicidad, que en su mayor parte crea

falsas distinciones entre productos, manipula las preferencias de los

consumidores, crea ansiedad sobre su consumo y las deficiencias

observadas, y aumenta los costos para los consumidores de los productos

de marca".



Antes de finalizar, el autor imagina una tercera opción, la C, "donde

los consumidores obtengan todas las ventajas de un mercado fuertemente

competitivo sin los "costos" del omnipresente estado y a veces de

publicidad manipuladora. Pero la opción C pueden ser contradictoria; una

posibilidad es que la publicidad sea una condición previa a una

competencia feroz. Si la opción A les suena atractiva a ustedes en todo,

vayan a Cuba pronto", concluye.



Source: "Cuba: un país sin publicidad" -

http://www.martinoticias.com/content/cuba-publicidad-forbes/26682.html

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