miércoles, 14 de agosto de 2013

Garroteros mueven economía popular en Cuba

Garroteros mueven economía popular en Cuba

Llegar a fin de mes no es fácil en la isla. Como los bancos apenas

prestan, muchos van a morir con el garrotero. Y no siempre en sentido

figurado.

Rolando Cartaya

Ultima actualización 13.08.2013 08:52



En Cuba la figura del garrotero está volviendo por sus fueros.



Está ocurriendo a medida que ciertas categorías de personas en la

economía interna cubana acumulan dinero, bien o mal habido. Con la

población uncida a un sistema asimétrico de salarios y precios. En

presencia de una oferta creciente de bienes y servicios. Y en ausencia

de un sistema bancario que otorgue préstamos fáciles y suficientes al

cubano de a pie.



Esta actividad cubre una necesidad pública que el Estado no satisface,

pero lejos de ser autorizada entre las nuevas categorías de trabajo por

cuenta propia, es penada–según nos confirmó el el abogado Wilfredo

Vallín, presidente de la Asociación Jurídica Cubana—bajo el artículo 229

del Código Penal, que establece que "el particular que preste dinero con

interés, incurre en sanción de privación de libertad de seis meses a dos

años o multa de doscientas a quinientas cuotas o ambas". Además, se le

confiscará todo el dinero que se le ocupe.



Pese a ello, el garrotero está de vuelta, y la más reciente noticia

sobre su regreso la ofreció la semana pasada en Cubanet el periodista

independiente Frank Correa: si un garrotero es por definición en Cuba

alguien que presta dinero a corto plazo y con interés elevado, algunos

empleados de las "shoppings" de barrio –esos contenedores de carga

adaptados para vender artículos en divisas -- le están haciendo honor al

concepto:



"El colmo del relajo imperante –dice Correa-- es ver a muchos

dependientes de las tiendas recaudadoras de divisas, que además de robar

a la población, en los precios y en el cambio, y al Estado, en la

comercialización de productos fuera de inventario, también han comenzado

a incursionar como garroteros".



"Con la mayor impunidad del mundo, extraen dinero de la caja

registradora del establecimiento y lo entregan al cliente, mientras

guardan los objetos garantes dentro de la misma tienda. A diferencia de

los garroteros tradicionales, sus tasas de interés son realmente leoninas".



"El 26 de julio, una anciana que recibe remesas de su hijo, radicado en

Miami, estaba necesitada de comprar con urgencia los alimentos de su

dieta, y pidió un préstamo, de 10 cuc para pagar 15, en el transcurso de

una semana. El dependiente manifestó que lo más que podía hacer por ella

era un préstamo de 7 cuc para pagar 15, pero en el transcurso de tres

días. La anciana contó después que tuvo que morder el anzuelo y

conformarse, porque su dieta consiste estrictamente en frutas y

vegetales, y no podía esperar hasta el sábado por la llegada de la remesa".



En conversación con martinoticias.com Correa explicó que estos

garroteros-quincalleros suelen tomar en prenda un teléfono celular, una

cámara fotográfica o una joya, que luego venden hasta por el triple del

importe del préstamo si éste no es amortizado a tiempo.



Otro periodista, Iván García, observó que aunque ser empleado en Cuba de

una tienda en divisas es un privilegio que el beneficiario cuida, el

capital principal para la usura viene en estos casos de lo que Correa

llama "la comercialización de productos fuera de inventario": el

dependiente vende sus propios productos en lugar de los asignados por el

Estado.



Pero García apunta que esta es sólo una de las variantes del "garrote"

en la Cuba actual.



GARROTEROS Y GARROTAZOS



Explica que existe otra clase de garroteros en las zonas marginales, de

los que hoy en día pueden encontrarse dos o tres en una misma cuadra. Su

capital de préstamo puede provenir del juego prohibido u otros negocios

ilícitos. El impago de un empréstito puede ser castigado por el acreedor

enviando sicarios al domicilio del endeudado para confiscarle alguna

propiedad, o en su defecto propinarle una paliza. Aunque suelen

conocerse únicamente a través del rumor popular, muchos hechos de

violencia en las ciudades cubanas han tenido ese origen.



En marzo del 2012 el periodista independiente Carlos Ríos Otero informó

en Cubanet que el garrotero Máximo Fernández, de 59 años, había sido

hallado estrangulado, en un aparente ajuste de cuentas, en su domicilio

de la esquina de Empedrado y Aguacate, en la Habana Vieja.



Fuentes de la barriada dijeron al colaborador de Cubanet que Máximo

solía afirmar: "yo le resuelvo a la gente casos graves, pero cobro

piedra fina". En la charada, el número 25 es piedra fina, por lo que se

deduce que cobraba por cada préstamo un 25 % de interés.



El garrotero presumía de que su "banco" contaba con sicarios que

disciplinaban a los morosos con palizas y, si era necesario, les

quitaban los objetos de valor que tuvieran para pagar la deuda. Algunos

vecinos comentaron que Fernández era protegido por policías corruptos.



USUREROS DE CUELLO BLANCO



Sin embargo, los préstamos de los garroteros marginales no son

cuantitativamente comparables con los que hacen sus colegas de cuello

blanco.En este nuevo período de acumulación de capital en la sociedad

cubana los últimos se están preparando para el tránsito que avizoran a

un capitalismo de Estado a la rusa, multiplicando en el negocio de la

usura la fortuna amasada gracias a su fidelidad al castrismo.



García menciona a un ex funcionario del Ministerio del Azúcar que reside

en La Víbora y que viajó mucho y manejando altas sumas de moneda dura

asignadas a la compra de piezas para los ingenios. Este nuevo rico

revolucionario no toma propiedades como garantía de sus préstamos, sino

que procura conocer y escoger bien a sus clientes. Estos deben tener una

entrada fija en divisas, sea por remesas desde el exterior, o por un

trabajo en una rama estratégica de la economía como el turismo, el

tabaco, o las empresas extranjeras.



Como las sumas suelen ser de cientos de CUC, los intereses no son tan

altos (10 a 20 %); el trato es casi un acuerdo de caballeros; los plazos

para pagar son breves, generalmente en el mismo mes, pero después de

reembolsado el principal, puede que el prestamista le dé más tiempo para

pagar la "gabela" (intereses).



El ex funcionario del MINAZ es sólo uno de su especie, asegura el autor

del blog Desde La Habana. También se dedican a prestar ese servicio

gerentes de hoteles, funcionarios del turismo y otros personajes bien

situados en Cuba cerca del chorro de las divisas.



EL NUDO GORDIANO DE LOS PRESTAMOS BANCARIOS



Desde Cienfuegos el periodista independiente Alejandro Tur Valladares le

dijo a la colega Norma Miranda que el oficio de garrotero ha ido

cobrando vitalidad, con un número significativo de personas que se

dedican a hacer préstamos y cobrar intereses.



"Lamentablemente hemos conocido de casos que han terminado en tragedia a

consecuencia del impago. Se sabe incluso de individuos que se han

suicidado, presionados por no poder pagar estas deudas", apunta Tur.



Agrega que aunque los intereses son altos y los plazos de amortización

son cortos, las personas cada vez están acudiendo más a este tipo de

servicio, debido a que el servicio bancario en Cuba es bastante precario

y no está dirigido a satisfacer las necesidades de la población, sino

más bien orientado a beneficiar las finanzas del Estado. "Ante la

carencia de este servicio a través de las instituciones establecidas, la

gente recurre a estas formas ilegales o semiilegales", concluye Tur

Valladares.



Iván García señala que aunque ahora el Estado está concediendo algunos

préstamos –por ejemplo para reparación de viviendas-- el papeleo es todo

un "cuéntame tu vida", incluyendo carta del CDR, del centro de trabajo,

etc. Y la cantidad máxima son apenas 10.000 pesos moneda nacional,

equivalentes a unos 400 CUC. De ahí que la gente recurra más a los

garroteros para solventar sus urgencias financieras de todos los meses.



LLEGAR A FIN DE MES



"Es muy habitual que aquí la gente esté enredada a fin de mes", dice García.



Los cubanos se ven presionados a hacer maravillas para cubrir cada mes

todos sus gastos en un sistema monetario enloquecedor que paga bajos

salarios en moneda nacional y cobra por muchos bienes y servicios altos

precios en moneda convertible, a razón de 25 pesos MN por cada peso fuerte.



Antes de que el gobierno empezara a eliminar las gratuidades y subsidios

de su modelo socialista, algunos analistas calculaban que una familia

promedio cubana necesitaría siete salarios medios (actualmente es de 466

pesos o unos 19 CUC mensuales ) para alcanzar a cubrir todas sus

necesidades básicas.



Mientras ese río continúe así de revuelto en Cuba, los garroteros

seguirán llenando sus redes. Y reinvirtiendo en el negocio.



Source: "Garroteros mueven economía popular en Cuba" -

http://www.martinoticias.com/content/garroteros-cuba-dinero-/26173.html

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