jueves, 1 de agosto de 2013

Las nuevas cooperativas cubanas

Las nuevas cooperativas cubanas

El Gobierno ha establecido una tasa de cambio más favorable a la del

mercado corriente entre el peso cubano y el CUC para determinadas

cooperativas.

julio 31, 2013



Las primeras cooperativas de servicios en Cuba cumplen este primero de

agosto su primer mes entre las expectativas del Gobierno porque logren

resucitar deficientes servicios antes estatales y el entusiasmo de los

nuevos socios que sin embargo lidian con el freno de contar con poco

capital.



La iniciativa es completamente novedosa en un país que en los últimos 50

años de revolución sólo permitió el cooperativismo agrícola, y que ahora

intenta reestructurar su sistema económico con un plan de reformas

impulsado por el Gobierno de Raúl Castro para "actualizar" el socialismo

cubano.



Según el diseño de las reformas, la empresa estatal socialista es el eje

central de la economía, escoltada por el esperado desarrollo de las

cooperativas y del sector privado, cuyo alcance ahora se concentra y

limita prácticamente a la gestión de determinados servicios y no a las

actividades productivas.



De las 124 cooperativas creadas en el país a partir del 1 de julio, la

mayora surgió del sector estatal para ocuparse de la venta de productos

agrícolas, operaciones de construcción, o servicios del transporte, uno

de los sectores más carentes y problemáticos de Cuba.



Martin Betancourt, de 60 años y con 42 de experiencia en el mundo del

transporte estatal, se estrenó como presidente de una cooperativa de

taxis colectivos en La Habana, creada a partir de una antigua terminal

del Estado, y asegura que "la diferencia es notable, pero la

responsabilidad es toda".



Betancourt y sus socios han escrito sus propios estatutos, promueven una

alianza con otra cooperativa similar, buscan duplicar la cifra de

vehículos arrendados con que trabajan, y esperan que sus ingresos

crezcan alrededor de un 700 por ciento sobre el salario que tenían como

empleados públicos.



Tienen facilidades de pago de 10 y cinco años para arrendar el inmueble

y los vehículos, respectivamente, que a su vez pertenecen a la misma

empresa estatal para la que trabajaban antes. Además de ese tipo de

contratos de arriendo, las nuevas cooperativas tienen varias cosas en

común: plantillas mínimas –han hecho una drástica reducción del personal

administrativo- facilidades de crédito bancario, beneficios tributarios,

acceso a cursos de capacitación y trabajadores más "motivados".



"No hay terceras personas, nosotros somos los que decidimos el camino a

tomar (...) las expectativas son amplias y buenas", dijo a Efe Alexander

Leyva, un ingeniero mecánico de 32 años que lidera la otra cooperativa

de taxis que existe en la ciudad.



El Gobierno cree que las cooperativas podrían revertir la ineficacia de

actividades tradicionalmente a cargo del Estado y sin "peso

significativo" en el desarrollo económico de la isla, pero también ha

reconocido que se trata de un "proceso de experimentación" y no habrá

impacto económico "inmediato". En buena medida, ese impacto trasciende

la competencia de los socios y depende de necesarias y organizadas

inyecciones de capital, que muchos no tienen idea de dónde sacar.



"Estas cooperativas nacen con lo que tienen. Yo hubiera querido empezar

con equipos nuevos que garanticen un servicio de calidad las 24 horas

del da y sin más preocupación que darles mantenimiento", dijo a Efe

Reynaldo González, quien ahora lidera un vetusto taller de auxilio a

vehículos en la vía.



Él y sus socios dieron un aporte inicial de 500 pesos (21 dólares) y

solicitaron un crédito bancario de 170.000 pesos cubanos (7.083

dólares), pero en total fue una suma insuficiente para modernizar el

parque de gras y camiones de la era soviética que la empresa estatal

arrendadora tampoco pudo sustituir en las últimas décadas. "Quiero ser

rentable, no quiero decepcionar al Estado ni a mis socios, pero es como

yo les dije a ellos: aquí lo que tenemos que hacer es echar pa'alante y

empezamos con esto", afirmó un optimista González. Su salario como

mecánico del mismo taller no llegaba antes a 300 pesos cubanos (unos 13

dólares) en un país donde el sueldo promedio es de 466 pesos (19

dólares) y en el que la situación de los bajos ingresos se suma a los

conflictos creados por la circulación de dos monedas.



Por ejemplo, el Gobierno ha establecido una tasa de cambio más favorable

a la del mercado corriente entre el peso cubano y el CUC (peso

convertible y moneda dura del país) para determinadas cooperativas, con

tal de "compensar sus gastos" y que no alcen los precios a servicios de

interés social, como el propio transporte. "Hay grandes empresas en el

mundo que han nacido as, con un poquito, y lo han logrado. Lo que sí

tiene que haber es unidad", dijo a Efe González, de 41 años.



Source: "Las nuevas cooperativas cubanas" -

http://www.martinoticias.com/content/cuba-economia-comercio-cooperativas-creditos/24991.html

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