Crónica del "NO" en La Habana
octubre 28, 2014
Vicente Morín Aguado
HAVANA TIMES — Les propongo un viaje al reino del NO. Basta una mirada
atenta, algunas notas y varias fotos para corroborar la negativa
persistente que enfrentan las personas al chocar con los servicios
creados supuestamente para hacer llevaderas sus vidas. Asoma en primera
instancia el crónico desabastecimiento imperante en la capital cubana,
un hecho que la prensa oficial soslaya en tanto las autoridades
gubernamentales tratan de ocultar o al menos disimular.
En la mañana nos encontramos en los llamados "Cuatro caminos", entronque
de varios municipios de alta densidad poblacional, donde predomina la
gente humilde: Centro Habana, La Habana Vieja, El Cerro y Diez de
Octubre. Las imágenes nos guían:
A la derecha y detrás del dependiente, un estante vacío espera por las
cajetillas de cigarrillos, en tanto el trabajador nada tiene que hacer.
Sencillamente, ¡NO HAY!
Buscando si la situación es excepcional, caminamos calle arriba desde la
esquina Belascoaín/ Monte, hasta llegarnos a la calle Matadero, donde
nos esperan otros empleados con deseos de vender algo porque lo
contrario es vivir el aburrimiento del hombre antes retratado:
De comer, unos panes con algo adentro, les aclaro, son tortillas porque
la foto furtiva no permite mayor definición, sin embargo, el estante
sólo ofrece una calculadora portátil y al menos podríamos comprar la
botella de ron, que bien parece otro adorno y no mercancía en venta.
Al fondo nos desean "feliz año", sin saber si se refieren al próximo, al
presente o al anterior, tal vez será la prometida felicidad de construir
un socialismo próspero y sustentable. El letrero sobrevive en su lugar
desde quién sabe cuándo.
Sin embargo, administrar la pobreza es un arte bien aprendido por la
burocracia gobernante, al día siguiente tenemos una imagen diferente, ya
que "de vez en cuando traen uno o dos cajones de cigarrillos"- le
escucho decir a un camarero, quien le advierte a sus amigos: "esto se
acaba rápido porque la ansiedad es mucha y la gente compra por cantidad".
Entonces una imagen algo diferente nos espera al día siguiente:
Al menos hay cigarrillos y el dependiente está ocupado. Bueno es
recordar, de acuerdo a las estadísticas que pueden obtenerse en los
murales de cualquier unidad gastronómica de La Habana, que la venta de
cigarros, tabacos y bebidas alcohólicas suponen casi el 90 % del plan
asignado a cada establecimiento de la gastronomía popular.
Por cierto, los tabacos tal como se llaman en Cuba- Cigars en inglés-
andan perdidos de la red que vende a los pobres, son acaparados al
momento, comprados por mazos de a 25 unidades- un peso nacional cada
una- para revenderse al menos al doble de esta cifra fijada por el
monopolio estatal sobre la mercancía, uno de los símbolos del país.
Tiempo de refrescar, llegamos hasta uno de los pocos restaurantes con
aire acondicionado, ofertando a la vez sus servicios en moneda nacional.
La mesa más allá de la barra debiera ofrecernos una variedad de
productos, pero sólo nos queda mirarnos a nosotros mismos gracias al
espejo sobreviviente luego de, como dijo el poeta, "los tantos palos que
nos dio la vida:"
Pero el revolucionario Roque Dalton no alcanzó a ver un país dominado
por décadas de comunismo. Imagino su sensible sacudida, acompañada de
otro de sus magníficos poemas si como turista salvadoreño se ubicara
junto a la oficina de correos-Zona # 3- calle Belascoaín/ Carlos III.
A la vista todo un moderno sistema de comunicaciones:
Mensajería electrónica, FAX, DHL líder mundial en paquetería a todo lo
largo y ancho del mundo, fotocopias y…
No creo que la mujer de la foto ande creyendo en tantos anuncios
bonitos, tal vez espere su turno para cobrar un giro o algo similar,
siempre dentro del limitado horario del día, porque de 24 horas nada,
esta oficina cierra al caer la tarde, ni siquiera garantiza eficazmente
los telegramas de urgencia.
Lo peor de una negativa aguarda aún por venir, porque a veces, aunque
hay productos y servicios disponibles, pueden aparecer negaciones
sorprendentes:
El cartel generalmente aparece en la mayoría de las oficinas públicas
del país: habrá fumigación, destinada a combatir los vectores de
diversas enfermedades contagiosas propias del trópico y por tanto la
unidad interrumpe su horario habitual. En el caso visto, serán 3 horas y
media a favor de los complacidos trabajadores.
Tal forma del NO carece de normativa reconocible, se aplica sin
programación previa, seguramente hubo advertencia anterior pero los
presuntos clientes no son adivinos, frecuentemente se enterarán ante las
puertas del establecimiento.
El NO persigue nuestro destino desde hace medio siglo, se presenta
siempre, aunque suele aparecer a intervalos, hay una extendida práctica
de la sobrevivencia que nos deja tomar aliento entre una de estas crisis
y la próxima, de tal manera, aunque no sea posible diagnosticar
completamente la enfermedad, finalmente vivimos, sentimos, que estamos
ante una dolencia crónica de la cual no podemos escapar.
Vuelvo a los poetas, recordando al cantautor amigo de Roque, quien
últimamente se nos ofrece un tanto espantado de la realidad y digo con
sus propias palabras que ¡vaya forma de saber que aún quiere llover
sobre mojado!
Vicente Morín Aguado. vicentemorin@yahoo.com
Source: Crónica del "NO" en La Habana - Havana Times en español -
http://www.havanatimes.org/sp/?p=100274
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