domingo, 8 de febrero de 2015

La última batalla de Fidel

La última batalla de Fidel
PEDRO CAMPOS | La Habana | 8 Feb 2015 - 11:09 am.

Su objetivo estratégico: ralentizar los eventuales avances en las
negociaciones con EEUU.

Fidel Castro ha vivido de batalla en batalla. No imagina otra forma de
vida. Así lo deja escrito en su última "reflexión".

Hoy todo el mundo se pregunta porqué no ha salido a la luz pública
ningún encuentro suyo con los agentes cubanos liberados por EEUU, al
tiempo que se observa, con asombro, la forma distante en que trató los
arreglos entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro para la
normalización de relaciones entre Cuba y EEUU.

Como los gobernantes cubanos están mal acostumbrados a no informar
adecuadamente al pueblo de los acontecimientos que afectan a la nación y
que ellos consideran solo de su incumbencia, la gente se ha acostumbrado
a buscar sus propias explicaciones.

Dos son las más comunes entre muchos cubanos con los que he conversado
sobre esas actitudes del ex Presidente.

Una es que al parecer él puede no estar compartiendo la forma en que se
han manejado las negociaciones con EEUU.

De acuerdo con sus posiciones históricas, cualquier acuerdo con el
poderoso vecino sólo podría tener lugar luego del levantamiento total e
incondicional del bloqueo/embargo y los agentes cubanos no deberían
haberse canjeado por un "traidor", sino ser liberados incondicionalmente
por EEUU, gracias a la campaña internacional por él desatada.

Según esta explicación, en el fondo estarían no sólo las discrepancias
suyas con las políticas "raulistas" de buscar un entendimiento con EEUU
y la comunidad internacional, sino también, en el orden interno, sus
desacuerdos con permitir un espacio mayor a las formas "no estatales de
producción" que él calificó anteriormente como "mal necesario",
específicamente el trabajo por cuenta propia y el cooperativismo.

La otra idea más difundida es que Fidel y Raúl Castro siguen el guión
del policía bueno y el policía malo. Según esa versión, las actitudes
presentes del mayor de los Castro serían parte de una componenda
destinada a justificar el paso de tortuga en la "actualización" y en
relación con los cambios en política internacional que demanda el mundo
en la era post-soviética.

Todo sería una maniobra para dar tiempo a que llegue el momento de la
salida del Gobierno del menor de los Castro sin haber hecho cambios
sustanciales en el modelo político-económico de socialismo de Estado y
dejar la responsabilidad de los hechos posteriores a quienes vengan detrás.

Así, podrían afirmar de cara a la historia: "mientras nosotros
estuvimos, la revolución se mantuvo en pie sin hacer concesiones, sin
retroceder un milímetro, sin ir atrás ni para coger impulso".

En cualquier caso, sería la última batalla de Fidel Castro por tratar de
preservar, mientras viva, el sistema político-económico forjado durante
los años en que se mantuvo al frente de los destinos de Cuba, tratando
de obstaculizar la democratización política y la socialización económica
que demanda el país y que los socialistas democráticos y otras fuerzas
vienen exigiendo.

Sea una o la otra hipótesis, o una tercera, lo cierto es que las ultimas
expresiones públicas del ex Presidente sugieren su indisposición con los
últimos acontecimientos en las relaciones entre Cuba y EEUU. Si bien ya
no ocupa la presidencia, sabemos que aún se le ve como guía espiritual
del Partido y parte de la sociedad.

Por lo que, en todo caso, se trataría de un manejo publicitario de la
influencia de Fidel Castro para tratar de neutralizar la buena acogida
popular a la "normalización", y ralentizar sus avances y previsibles
consecuencias al interior del país. Aunque por sí solos esos movimientos
no implicarán cambios directos en el sistema político, sí estarían
creando condiciones para que se produjeran en un futuro, más temprano
que tarde.

Source: La última batalla de Fidel | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1423345664_12766.html

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