lunes, 22 de junio de 2015

Cómo alimentarse bien en Cuba

Cómo alimentarse bien en Cuba
¿Podemos los cubanos renunciar a las barras de chocolate, pizzas con
anchoas y champiñones y malteadas?
lunes, junio 22, 2015 | Iris Lourdes Gómez García

LA HABANA, Cuba. – Hace pocas semanas, como parte del Paquete Semanal,
recibimos en casa un documental datado en 2012 y con hora y media de
duración: Hungry for Change (¿Hambre de cambio?), dirigido por James
Colquhoun, Carlo Ledesma y Laurentine Ten Bosch. En este material,
diferentes especialistas en temas de nutrición tratan de ilustrarnos
sobre lo mal que se alimenta la mayoría de los norteamericanos, y lo que
deberían cambiar en su dieta para ganar en salud desde todos los puntos
de vista.

En la primera parte del documental se hace énfasis en la comida chatarra
y se exhiben personas comiendo muy surtidas pizzas con grandes agregos
como anchoas y champiñones, tomándose enormes malteadas y mordiendo todo
tipo de barras de chocolate. Se habla de los químicos que crea la
industria alimentaria para hacer al consumidor adicto a toda esa basura;
se hace especial énfasis en los refrescos (en particular los dietéticos).

Esta primera parte me recordó un documental brasileño que participó en
un festival de cine en los años 90. En él hablaban de dulces; cada vez
que salía una mesa surtida, en la sala se oía un murmullo general, que
según avanzó el material se fue convirtiendo en un rugido, pues casi
todos los espectadores gritaban al unísono frases del estilo de "¡con el
hambre que tengo!".

Volviendo a Hungry for Change, en su segunda parte se da a conocer la
forma correcta de alimentarse. Se habla de jugos de diferentes frutas,
se muestran infinidad de vegetales y se expone lo saludable que es para
el individuo comer cilantro y perejil. Se le explica al espectador lo
conveniente de alejarse de todo eso que mostraron en la primera mitad y
de tomar como estilo de vida el consumo de lo que se exhibió en la
segunda parte del material.

Yo, que nací en época de la Revolución, lo estaba viendo desde el punto
de vista de mi realidad, y no sé cuál de los dos aspectos del documental
me dejó más azorada. Los cubanos no podemos renunciar a las barras de
chocolate, pizzas con anchoas y champiñones ni malteadas, porque, ¡casi
ni las conocemos! Tampoco hemos creado vicio de refrescos gaseados como
los de cola o los dietéticos, porque en general no están al alcance de
nuestros bolsillos y los últimos casi nunca se encuentran.

En la segunda parte se muestra un enorme mercado con todo tipo de
verduras y frutas. Yo acababa de recorrer varios puntos de venta en la
barriada habanera de El Vedado tratando de conseguir un mazo de acelga y
me aclararon que hace más de un mes que ese producto no está en
existencia. También se encuentran pocos y malos los pimientos y tomates,
que son de los pocos vegetales que consumimos los cubanos.

Habría que hacer una versión especial para Cuba de este material, donde
se le explique al televidente que debe dejar de comer tanto pan solo,
con mayonesa casera o con salsa de tomate. Que además del pollo, los
perritos calientes y los picadillos de varios tipos (con mayor o menor
concentración de grasa), existen otros alimentos. Que los cuadritos de
pollo —lo único que podemos usar para sazonar— son un veneno.

También deben hacernos conciencia de que dejemos de comprar maquillaje
para que podamos gastar el salario en verduras: según el documental,
éstas le dan brillo al pelo, a la piel y hasta al blanco de los ojos.
Pues la triste realidad es una: de todo lo que sale en el documental,
nuestra única coincidencia con los americanos es que nos gustaría tener
los ojos blancos…

Source: Cómo alimentarse bien en Cuba | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad-destacados/como-alimentarse-bien-en-cuba/

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