Las guarderías privadas se abren paso
YOSMANY MAYETA LABRADA, La Habana | Abril 28, 2016
Los niños juegan en el salón con piezas de legos, juguetes de madera y
algunos muñecos de peluche. El lugar es luminoso y dos auxiliares
especializadas mantienen bajo atenta mirada a cada infante. Tras la
puerta, cuelga enmarcada la licencia por cuenta propia de la dueña del
lugar. Las guarderías privadas se abren paso amparadas por la nueva
legalidad y ante el deterioro de los centros estatales.
El Gobierno se ha propuesto revertir esta situación en este 55
aniversario de la fundación de los círculos infantiles. Para lograrlo,
no solo busca ampliar significativamente las capacidades, sino también
someter a reparación integral muchos locales y elevar la calidad en la
formación del personal que labora en tan sensible sector.
Al cierre de 2014 funcionaban en la Isla 1.078 guarderías bajo gestión
estatal con una matrícula de 139.878 niños. Hasta mediados del pasado
año, al menos 49.000 familias que habían solicitado una plaza en uno de
estos centros todavía no habían obtenido respuesta, según una
información brindada por la directora nacional de Educación Preescolar
del Ministerio de Educación, María de los Ángeles Gallo Sánchez.
La funcionaria, no obstante, aseguró que cada año aumenta la matrícula
de los círculos infantiles con más de 2.000 nuevas plazas, aunque
reconoció que es un crecimiento insuficiente para la demanda que
presenta el país. Varios especialistas consultados por este diario
apuntan que entre ese problema incide también en la baja natalidad por
la que atraviesa el país.
Desde el año 1978, la tasa global de fecundidad en Cuba se mantiene por
debajo de los 2,1 hijos por mujer y en 2012 alcanzó un preocupante 1,69,
una cifra que amenaza con convertir a Cuba en el noveno país más
envejecido del mundo. Pero ni siquiera esa caída en los números de
nacimientos ha aliviado los problemas para que las familias accedan a
cupos en los círculos infantiles.
Para que un niño pueda ser matriculado en ese nivel de enseñanza, se
establece como requisito indispensable que la madre sea una trabajadora
en activo. Sin embargo, cumplir con ese punto no garantiza la
asignación. Las Comisiones Municipales de otorgamiento analizan cada
caso y otorgan las plazas en correspondencia con la demanda del
desarrollo económico y social del territorio.
Una vez conseguida la plaza, la familia debe abonar una mensualidad casi
simbólica por el servicio, que en el caso de hogares de muy bajos
ingresos puede ser prácticamente nula.
Carmen, trabajadora de la empresa eléctrica, se encuentra en el caso de
las madres que aún no han logrado que su hija acceda a uno de estos
locales estatales. "Desde que la niña tenía seis meses llené la
solicitud, para que supiera caminar, comer y decir algunas palabras
cuando la aceptaran, pero hasta ahora no he recibido respuesta".
Con un salario que apenas supera los 500 pesos cubanos mensuales, Carmen
está pensando optar por una plaza en una casa privada dedicada al
cuidado de infantes. Sería un sacrificio económico importante pero
asegura que se sentirá "más tranquila" porque "hay mucha gente bien
preparada que se ha ido del sector estatal por las malas condiciones y
ha montado su propio negocio de cuidado de niños".
A finales de junio de 2015 existían en el país 1.726 personas dedicadas
a trabajar como "asistentes para el cuidado de niños" en el sector no
estatal y el 34 % de esa cifra se encontraba en La Habana. Van desde los
locales más modestos, como el de Juana Núñez, una maestra retirada que
ha abierto en su casa uno de estos círculos infantiles privados.
"Soy jubilada y ahora atiendo a 12 niños", comenta la señora residente
en Arroyo Naranjo. "Aquí les enseño a caminar, hablar, comer solos,
además de las materias escolares fundamentales de su edad", explica
mientras enseña algunos libros con ilustraciones, juegos de aprendizaje
y lápices de colores que tienen en el lugar para el uso de los pequeños.
La tarifa mensual para contratar los servicios de Juana es de unos 20
pesos convertibles, el salario mensual de un profesional. A pesar del
alto precio, la cuidadora comenta que ya no tiene ya no tiene más lugar
para responder a la alta demanda. "Muchas veces llegan padres y me
aseguran que pueden pagar más, pero ya no tengo espacio", asegura la
educadora.
Los locales más caros también están prácticamente llenos. En la céntrica
calle 23 de La Habana se ubica una guardería privada bajo la dirección
de Yaquelín Cárdenas. En el sitio las empleadas son graduadas en sus
respectivas especialidades e imparten clases de idioma, teatro y otras
habilidades. Además se enorgullece de su servicio de enfermería.
El local está dividido en tres salones a partir de la edad. "Cada área
puede tener de 10 a 12 niños con su educadora y su auxiliar, el salón de
lactante está climatizado y tiene una educadora con 3 nanas calificadas,
recibimos infantes desde el primer mes de nacido", detalla Cárdenas.
Los precios para un servicio así puede llegar hasta los 80 pesos
convertibles al mes, según los servicios contratados, que pueden incluir
el almuerzo, las meriendas, uniformes y transportación.
Sin embargo, Cárdenas tampoco está aceptando nuevos ingresos hasta que
no haga unas ampliaciones constructivas en el lugar. "Lo único que
espero es que después que termine la inversión haya un baby boom y me
lluevan los clientes", especula. Pero la cigüeña se muestra desconfiada
en el caso cubano. Al nido más popular que son los círculos infantiles
estatales le faltan espacio y condiciones para para responder a un
eventual aumento en la natalidad.
Source: Las guarderías privadas se abren paso -
http://www.14ymedio.com/sociedad/guarderias-privadas-abren-paso_0_1988801102.html
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