Todos los empresarios del General
Los verdaderos favorecidos por las medidas aperturistas estadounidenses
están a ambos lados del Estrecho de La Florida
jueves, abril 28, 2016 | Camilo Ernesto Olivera Peidro
LA HABANA, Cuba.- En el año 2003, un conjunto de acaudalados
cubanoamericanos de Florida vieron en el entonces aspirante a senador,
Barack Obama, un potencial vehículo de cambio en la política
norteamericana hacia Cuba.
Ese grupo, formado por Joe Arriola, sus hijos Ricky y Eddy, Manny Díaz,
en ese entonces alcalde de Miami, y los empresarios Jorge Pérez y Carlos
Saladrigas, organizaron la primera de una serie de recaudaciones de
fondos a favor de quien se perfilaba como figura prominente del Partido
Demócrata. El evento inicial tuvo lugar, en 2004, en la residencia de
Jorge Pérez. Allí se recaudaron, de entrada, 50 000 dólares.
Según narró el propio Arriola a David Adams, periodista de Univisión,
esto se llevó a cabo en la mayor reserva pues, tanto él como Manny Díaz,
eran funcionarios públicos. La historia fue revelada bajo el título El
cubanoamericano que acercó a Obama a Cuba, pocos días antes de la
llegada del presidente a la isla.
Después, Ricky y Eddy Arriola formaron parte del Comité de Finanzas de
la campaña presidencial de Obama en 2007. En ese sentido, pesó también
el papel de Carlos Saladrigas, directivo del denominado Cuba Study Group.
La reelección en 2012 fue definitoria en el paisaje inmediato entre las
dos orillas. El compromiso del gobierno estadounidense con la política
de "engagement" hacia la isla requería de evitar choques con el sector
del exilio opuesto a entendimientos con el castrismo. El equipo
demócrata optó, desde ese año, por negociar en secreto con La Habana la
reanudacion de las relaciones diplomáticas.
Para ese momento, varios exfuncionarios y descendientes de personeros
del régimen cubano estaban llegando para establecerse en Estados Unidos.
Este flujo se ha mantenido hasta el día de hoy y, mayoritariamente,
podría no ser obra de la casualidad o "diferencias irreconciliables" con
la dictadura.
Un ejemplo es el de Pedro Álvarez Borrego, exdirectivo de la estatal
Alimport, quien siendo ejecutivo en las compras de alimentos para Cuba
en el país del norte, pidió asilo en Tampa a fines del 2011.
Supuestamente era investigado por las autoridades cubanas, debido a
sospechas de corrupción y desvío de recursos. Además de especular y
prosperar en breve tiempo en el negocio inmobiliario, es consultor de
empresarios estadounidenses interesados en invertir en la isla a partir
del probable cese del embargo.
U-turn, la ruta del dinero
El 15 de marzo, unos días antes del viaje de Obama a Cuba, los
Departamentos del Tesoro y Comercio dieron a conocer un grupo de medidas
que suavizaban las sanciones a la isla. Una de ellas, se refiere a la
transferencia de dinero utilizando como puente entidades bancarias de
Estados Unidos.
Las modificaciones incluyen que instituciones gubernamentales cubanas, y
sus representantes, puedan utilizar el dólar en transacciones empleando
cuentas corresponsales en terceros países.
También podrían favorecer que los colaboradores y familiares de
personeros del régimen cubano, establecidos en países como Canadá,
España, Francia o Estados Unidos, transfirieran miles de dólares desde
paraísos fiscales a cuentas legales. Testaferros de personajes como
Marcos Portal, cuya fortuna se localiza en bancos canadienses (según
Kenneth Rijock Consultor de Crímenes Financieros) y Julio Casas
Regueiro, entrarían en acción.
Esta dinámica incluiría inversiones y joint ventures sin la presión
derivada de la fiscalización de la OFAC (Oficina de control de Activos
Extranjeros de Estados Unidos, en español). Modus operandi semejante al
empleado por los llamados "boliburgueses" venezolanos. Estos últimos,
han tenido en el estado norteamericano de Florida bastante seguimiento y
cuestionamiento público respecto a sus operaciones.
Ganancias derivadas de esta movida serían remitidas a la isla, e
invertidas en entidades relacionadas con el todopoderoso Grupo de Apoyo
Empresarial (GAESA) de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias).
Todos los empresarios del General
Tal y como fue revelado en Cubanet por el periodista Ernesto Pérez
Chang, GAESA estaría blanqueando expedientes y preparando a directivos
supuestamente civiles. El régimen prevé que el Senado estadounidense
pudiera aprobar medidas restrictivas al comercio entre entidades
estadounidenses y empresas cubanas dirigidas por militares.
La metamorfosis de la casta verdeolivo está en marcha. Los jefes y sus
testaferros ganan tiempo para asumir los compromisos contractuales,
derivados de esta inyección de capital que debería llegar pronto. No
sería raro que empresarios cubanoamericanos, presentes en la delegación
presidencial de Estados Unidos que visitó la isla en marzo, aparezcan
involucrados.
En 2015 fue creado el Consejo de Negocios Estados Unidos-Cuba cuyo
diálogo ha sido, exclusivamente, con representantes del régimen. Forman
parte del mismo Joe Arriola y Mike Fernández, multimillonario y
ejecutivo del sector de la salud que fue uno de los principales donantes
de la campaña presidencial de Jeb Bush. También Carlos Gutiérrez,
exsecretario de comercio durante el gobierno de George W. Bush.
A inicios del pasado mes de marzo Arriola, Fernández y Gutiérrez
viajaron a La Habana para "presionar a los funcionarios cubanos". Según
narra Arriola a David Adams, les dijo: "necesitamos victorias.
Necesitamos que ustedes digan que las cosas van a cambiar".
La reciente ola de ataques públicos que el régimen cubano ha realizado
contra la visita del presidente Obama tiene dos objetivos: borrar en la
población de la isla el impacto de este histórico suceso, poner una
cortina de humo sobre el antes mencionado flujo de capitales, empleando
una jugada de "psicología inversa" aplicada a la política.
El castrismo necesita inducir en la población la idea de que nada va a
cambiar en lo interno, para aplacar los ánimos y desestimular las
exigencias de mayores libertades. Por eso limitará el crecimiento de
sectores como el cuentapropismo, que pudieran aspirar a ser
beneficiarios de las más recientes medidas aprobadas por el ejecutivo
norteamericano, en lo referido a los créditos y la posibilidad de
importar y exportar hacia y desde Estados Unidos.
Las denominadas Cooperativas Agropecuarias y No Agropecuarias,
supuestamente poseen la personalidad jurídica para favorecerse, pero
están sujetas a la política trazada por el Partido Comunista. La
reciente y limitada apertura por parte del régimen del mercado mayorista
a esas cooperativas forma parte de esta estrategia de control.
Los verdaderos favorecidos por las medidas aperturistas estadounidenses
están a ambos lados del Estrecho de La Florida. Obedecen a una misma voz
de mando que está en La Habana.
No son, ni lo serán, los cientos de pequeños negociantes que en la isla
malviven sin personalidad jurídica, atenazados por los impuestos y la
corrupción del sistema.
El pueblo de Cuba paga los platos rotos y, con suerte, recogerá las
migajas que caigan de la mesa.
Source: Todos los empresarios del General | Cubanet -
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