¿Pero qué está pasando en la economía castrista?
ELÍAS AMOR | Valencia | 30 de Junio de 2016 - 09:47 CEST.
El Consejo de Ministros castrista, presidido por Raúl Castro, se reunió
para analizar los resultados de la economía cubana en el primer semestre
del año y formular una previsión de su comportamiento para lo que resta
de 2016. La noticia ha sido divulgada en la mayoría de los medios
dependientes del Estado, pero la realidad es que no han trascendido
cifras al uso, es decir, estimaciones del crecimiento económico o de las
principales variables.
Como viene siendo habitual en estos cónclaves, la información fue
facilitada por el titular del Ministerio de Economía y Planificación,
Marino Murillo y aprobada, sin más, por los miembros del Consejo de
Ministros. Sería deseable que en los próximos días, cuando este informe
se traslade a la Asamblea Nacional, se presenten los datos numéricos que
permitan realizar una valoración objetiva del estado de la economía
castrista y sus perspectivas. De momento, solo podemos basarnos en lo
que dice Murillo.
En todo caso, las cosas no deben estar bien. En la reunión, Murillo
ofreció explicaciones del escenario económico del semestre, del que solo
ha trascendido que "se garantizan aquellas actividades que posibilitan
mantener la vitalidad del país, en particular las que generan ingresos y
sustituyen importaciones". Esta es la misma historia del siempre. Nunca
hay margen para el crecimiento sostenible. Siempre las cifras de la
economía castrista se mueven en el filo de una navaja de la escasez en
la que se hacen malabarismos para "ahorrar, no gastar y reducir", en vez
de apostar por la libertad y el dinamismo de las fuerzas productivas de
la economía, su expansión y crecimiento. La única receta que puede
servir para que la economía castrista supere su atraso.
Esa obsesión compartida por el equipo dirigente del régimen de destacar
la necesidad de eliminar "gastos innecesarios y aprovechar las reservas
de ahorro y eficiencia que existen en la economía", se viene repitiendo,
en mayor o menor medida, desde los años 60 del siglo pasado, una
doctrina comunista de viejo cuño, autárquica, cuartelera, basada en el
racionamiento impuesto a la población provocado por la falta de una
oferta en cantidad y calidad adecuada a las necesidades sociales e
individuales.
Con los escasos datos que se han ofrecido, poco podemos apuntar al
respecto. Solo se sabe que la ministra de Finanzas y Precios, Lina
Peraza, aprovechó el Consejo de Ministros para presentar la liquidación
del presupuesto del Estado en el año 2015, que también será trasladada a
los diputados de la Asamblea, sin precisar cuándo. El dato más alarmante
ofrecido por la señora Peraza es el aumento, una vez más, del déficit
del Estado, uno de los desequilibrios estructurales de la economía
castrista que la impiden crecer plenamente. El desajuste entre ingresos
y gastos ascendió a 5.055 millones de pesos que representa el 6,1% del
PIB, una cifra insostenible para una economía poco productiva como la
castrista.
Según la señora Pedraza Rodríguez, la actividad presupuestada que en el
caso de Cuba representa más del 65% del PIB, "se comportó en el entorno
de lo aprobado, concentrando el 54% de los gastos en los sectores de la
educación, la salud pública y la asistencia social", en tanto que las
infraestructuras, de las que tan necesitada está la economía nacional,
ni se habló. Mientras el gasto corriente siga disparado, provocado
déficit, la economía seguirá mostrando su debilidad para crecer y
satisfacer plenamente las necesidades de la población, y ya van así 57 años.
Como dato curioso, la ministra informó que se destinaron recursos para
subsidiar acciones constructivas en las viviendas por 1.117 millones de
pesos, de los que se ejecutaron 809 millones. Totalmente insuficiente.
Con esta financiación se beneficiaron más de 16.469 personas, aunque
quedaron recursos pendientes de distribuir al cierre del ejercicio, lo
cual "denota que los órganos en provincias y municipios deben agilizar
este proceso". Es evidente que los procesos de gestión existentes en el
sector presupuestado castrista no facilitan el dinamismo de la economía,
incluso en un sector clave para el bienestar de la población, como es la
vivienda, que se sigue moviendo a unos niveles muy bajos. Se hace
necesario dar rienda suelta a la empresa privada en el sector de la
construcción y dejarse de fórmulas alternativas.
El otro punto fuerte del Consejo de Ministros lo lanzó Gladys Bejerano,
contralora general del régimen, que centró su exposición en explicar el
centenar de acciones de control al proceso de liquidación del
presupuesto del Estado del 2015 y a la elaboración del anteproyecto del
2016. La Contraloría funciona a pleno rendimiento para atacar "las
limitaciones y deficiencias en el control de los recursos en unidades
presupuestadas y entidades de base". Una función que se complementa con
la vigilancia atenta del "comportamiento de las indisciplinas,
ilegalidades y manifestaciones de corrupción administrativa reportadas
en el 2015".
La Contraloría sigue castigando lo que denominan "hechos delictivos que
ocurren en las organizaciones económicas" y confirma que las "acciones
desarrolladas para disminuirlos no tienen aún todo el efecto deseado,
pues prevalece en algunas administraciones un ambiente de descontrol e
impunidad". Para añadir que "estos se concentran en entidades de base y
fundamentalmente en la subordinación local, con mayor incidencia en la
actividad del comercio y la gastronomía y en el sector agroalimentario",
que son precisamente las actividades que han avanzado, en mayor medida,
hacia la gestión privada.
Los hechos denunciados por la Contraloría van desde "la conducta asumida
por parte de quienes se asocian para delinquir o faltar a la ética en
beneficio propio y de terceros; los fallos en los sistemas de control
interno; la inobservancia de los deberes funcionales; y el abuso en el
ejercicio del cargo y en la utilización de facultades por parte de los
directivos y funcionarios", ni más ni menos.
Se tiene la impresión que la economía castrista, pese a estar bajo
absoluto control del Estado y no permitir el ejercicio jurídico de la
propiedad privada, presenta numerosas deficiencias que están en el
origen de su pésimo funcionamiento. La cuestión es que tal vez la vía
elegida para corregir esos problemas, "desde la mejora de la calidad de
los análisis sobre el comportamiento del presupuesto en los consejos de
dirección y colectivos laborales, así elevar la exigencia sobre los
compromisos de aportes, contribuciones y la disciplina en el
cumplimiento de los convenios de pagos de la deuda tributaria" no parece
que esté dando los frutos deseados.
La sensación de desconcierto que se trasmite, con este tipo de
informaciones en los medios dependientes del régimen, no ayuda para
mejorar la credibilidad externa de la economía, tan necesaria para
atraer capital extranjero. Es todo un galimatías que se tiene que
resolver de otro modo, propiciando las libertades económicas, el
ejercicio de la propiedad privada y la gestión responsable, combinando
con un papel del estado regulador, no intervencionista.
Este artículo apareció en el blog Cubaeconomía. Se reproduce con
autorización del autor.
Source: ¿Pero qué está pasando en la economía castrista? | Diario de
Cuba - http://www.diariodecuba.com/cuba/1467235333_23481.html
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